Salud
Deuda y morosidad récord en el sector farmacéutico, laboratorios advierten de los graves impactos de esta situación
La cartera de los laboratorios, que subió 31 % entre el cierre de 2023 y marzo de 2025, cada vez tiene un mayor nivel de vencimiento y requiere más días para ser recuperada.

La crisis en el sector salud ha generado un creciente número de víctimas colaterales. En esta ocasión, quienes alzaron la voz para expresar su preocupación fueron los laboratorios farmacéuticos afiliados a Afidro. Esta asociación encargó un estudio a la firma de análisis Sectorial, la cual presentó un panorama alarmante.
Según el estudio, a los 25 laboratorios afiliados a Afidro les debían 4,3 billones a marzo de 2025, lo que implica un alza de 31,19 % frente al dato registrado al cierre de diciembre de 2023, cuando la deuda era de 3,3 billones.
Alejandro Escobar, gerente de Sectorial, explicó que más grave que el aumento de la cartera es el incremento del porcentaje de ella que se encuentra en mora de más de 90 días, que pasó de 17,38 % a 31,18 % en ese mismo periodo de tiempo. Es más, también aumentó el tiempo necesario para recuperar esa cartera de 125 a 154 días.
Como lo han advertido desde diferentes sectores, la explicación para la mayor morosidad está en el hecho de que el flujo de recursos hacia el sistema crece menos de lo necesario. En el primer trimestre de este año, la Adres giró 31 billones de pesos, 5,8 % más que un año atrás.

No obstante, Escobar indicó que, usualmente, las necesidades financieras del sector salud crecen más que PIB por temas como los desarrollos tecnológicos, las frecuencias de uso y el envejecimiento de la población. “Diversos estudios estiman que esos recursos deberían subir entre 15 % y 18%, pero al solo crecer 5,8 %, no solo generan desfinanciación, sino también un aseguramiento más siniestrado e insuficiente dinero para los actores del sistema, lo que a su vez implica retrasos en las citas y en la entrega de medicamentos”, enfatizó Escobar.
Si se desagrega la cartera vencida de los laboratorios farmacéuticos afiliados a Afidro, se evidencia que de los 4,3 billones que les adeudaban, el 60 % corresponde a los gestores farmacéuticos, cuyo indicador de vencimiento a más de 90 días pasó de 18,40 % al cierre de 2023 a 45,82% en marzo de 2025.
Escobar agregó que como consecuencia de esta situación ha cambiado la participación de los compradores de los laboratorios. Estos le venden principalmente al canal comercial (droguerías o médicos particulares) y al institucional, este último tiene como pagador final a las EPS. En 2023, 82 % de sus ventas eran institucionales y hoy son el 79,07 %.
“Aunque no parecería un cambio muy drástico, en realidad sí lo es, pues evidencia los problemas del canal institucional y un aumento del gasto de bolsillo, que en el pasado era del 13 %, actualmente va en 15 % y se proyecta que pueda llegar al 18%”, puntualizó el analista.
El gasto de bolsillo se refiere al dinero que deben sacar los colombianos para pagar por su salud, que usualmente era uno de los más bajos de América Latina, dado que la mayoría de los productos y servicios los cubría el sistema. Ahora, por las demoras, más personas tienen que hacer erogaciones para tener el tratamiento a tiempo.

Los laboratorios enfrentan un problema financiero adicional y es que sus ingresos operacionales crecen menos que su cartera. Como resultado, algunas de estas compañías podrían decidir dejar de traer o de fabricar tecnologías.
“Estamos en una situación de criticidad en el sistema nunca vista. Siempre ha habido demoras en los pagos, pero nunca al nivel actual”, advirtió Escobar, al tiempo que explicó que, debido a la tradicional desfinanciación del sector, los diferentes gobiernos fueron creando nuevas fuentes de financiación, pero desde 2022 eso se frenó.
Si bien la Corte Constitucional obligó al Gobierno a girar recursos pendientes de presupuestos máximos y a mejorar la estimación de la UPC, esto último no ha tenido respuesta. Por ahora, los actores del sector han mantenido su apuesta firme, el gran riesgo es que en 2026 la UPC de nuevo no se estime de manera adecuada, lo que podría llevar a que se materialicen riesgos como la salida de empresas.