Telecomunicaciones
Con la integración de Tigo y Movistar, y la presencia de Claro, habría duopolio. “Es necesario tomar medidas”, dice MinTIC
En un documento de 37 páginas, esta cartera fijó su posición frente a la eventual integración de estas compañías de telecomunicaciones. Manifestó su preocupación por “el riesgo de coordinación tácita en un mercado altamente concentrado”.

El pasado 12 de marzo, Telefónica informó al mercado que había llegado a un acuerdo con Millicom para la venta de su participación en Colombia Telecomunicaciones (Coltel), que es del 67,5%, por un valor que asciende a los 400 millones de dólares.
Esta operación hace parte de dos estrategias: por un lado, la de Millicom de fortalecer su presencia en Colombia, pues además de esta adquisición compraría la participación que tiene la Nación —a través del Ministerio de Hacienda— en Coltel (de cerca del 32 %), y buscar llegar a un acuerdo con EPM para comprarle su participación (del 50 %) en Tigo UNE, en donde Millicom tiene la otra mitad.

Y, por otro, esta operación se enmarca dentro de la política de gestión de cartera de activos del Grupo Telefónica y está alineada con su estrategia de reducir gradualmente la exposición a Hispanoamérica.
El cierre de la transacción de Millicom con Telefónica, como se informó en ese momento, está sujeto a determinadas condiciones de cierre, incluyendo la obtención de las aprobaciones regulatorias y a acuerdos con la Nación con EPM.
Lo más leído
Uno de esos procesos está relacionado con temas de competencia y participación de mercado, para lo cual distintas autoridades deben pronunciarse.
Así lo hizo el MinTIC, alrededor de la operación de integración de Tigo UNE y Movistar (Telefónica). En un documento de más de 37 páginas, esta cartera fijó su posición ante esta movida.
Señaló que esta operación de integración podría generar potenciales eficiencias y la posible mejora en el equilibrio competitivo frente al operador dominante.

“No obstante, existe preocupación por los efectos negativos esperados sobre la competencia en ausencia de medidas mitigantes. En particular, el riesgo de coordinación tácita en un mercado altamente concentrado y el impacto adverso sobre los competidores más pequeños y los operadores móviles virtuales (OMV)”.
Sugirió que, en caso de que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) decida autorizar la operación, debería supeditarse al cumplimiento de medidas encaminadas a preservar un entorno competitivo saludable. Entre ellas, destacó el MinTIC, estabilidad de condiciones comerciales a los OMV, acceso mayorista a la red de acceso del ente integrado en favor de terceros operadores móviles, tarifas reguladas basadas en costos marginales para el acceso mayorista, al igual que la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) “continúe adelantando el proceso regulatorio de carácter general que extienda obligaciones diferenciales equivalentes al otro operador de red de gran escala en el mercado, es decir, a Claro”.
La cartera de telecomunicaciones también pide un seguimiento “estricto” de precios minoristas posintegración, al igual que una ventana de portabilidad en implementación de la integración.
Además, considera que, durante los primeros cinco años contados a partir de la fecha efectiva de cierre de la integración entre Tigo y Movistar, la entidad integrada no podrá desmontar, desactivar o retirar estaciones base móviles ubicadas en municipios clasificados como rurales o rurales dispersos.

“El MinTIC reafirma que la defensa de la competencia en el sector TIC es parte integral de sus responsabilidades y una prioridad de política pública nacional. Permitir una integración de gran escala sin las debidas salvaguardas sería contrario a dicho propósito y podría consolidar situaciones de dominancia y colusión que afectarían el bienestar de los consumidores (precios más altos, menor calidad, menos opciones)”, advierte el ministerio.
Y agrega que con la imposición de condiciones se equilibra el interés privado de las empresas de lograr sinergias, con el interés público superior de mantener mercados competitivos.
“Esta visión es congruente con los principios doctrinales internacionales (OCDE, ICN) que abogan por intervenciones proporcionales en fusiones que alteren estructuras de mercado en detrimento de la competencia, y se sustenta en precedentes locales donde la SIC y la CRC han actuado para prevenir efectos anticompetitivos”, indica.
Para el MinTIC, tras la integración, el mercado móvil colombiano esencialmente se configuraría como un duopolio técnico en manos de Claro y Tigo-Movistar, con >90% del mercado combinado entre ambos, y un único competidor de red de menor tamaño (WOM) con <8%. “Esta estructura de muy pocos participantes es inherentemente propicia para la coordinación tácita, pues es más sencillo para dos o tres empresas sostener un entendimiento que para cuatro o cinco. Como ha indicado la SIC en otros análisis, un aumento en la concentración por fusiones en mercados oligopólicos puede “recomponer” el mercado hacia menos competencia, elevando precios y reduciendo incentivos a innovar o mejorar calidad”, afirma.
Recuerda que antes de la operación, Claro tenía una clara ventaja de escala sobre Movistar y Tigo individualmente. Después de la misma, se daría una situación de mayor simetría entre Claro y el nuevo ente integrado, en cuanto a tamaño, base de usuarios y portafolio de servicios. “Dicha simetría puede facilitar que ambos alcancen entendimientos implícitos, al tener estructuras de costos y objetivos de mercado más alineados. La teoría de juegos aplicada a la competencia sugiere que cuando dos actores dominan en partes similares, es más fácil estabilizar equilibrios cooperativos (tácitos)”, advierte el MinTIC.