Este es el emprendedor rumano que, sin conocer Colombia, hoy genera 70 % de sus ingresos en el país

Todo comenzó con un contacto a través de LinkedIn. El emprendedor rumano Andrei Cretu había acabado de vender su aplicación, la cual permitía a acceder a diferentes gimnasios de su país con una sola suscripción, y recibió un mensaje del colombiano Julián Torres, quien tenía una empresa similar en el país y que se llamaba Fitpal.

Julián le pedía consejos a Andrei para desarrollar su negocio y esa conversación derivó en una charla en la que el rumano le contó al colombiano su siguiente idea de negocios. Se trata de una plataforma que facilita a las empresas el acceso a una red amplia y flexible de espacios de trabajo, incluyendo oficinas privadas, salas de juntas, escritorios compartidos y salones para eventos, con la idea de apoyar a equipos remotos e híbridos, permitiendo que las empresas reserven espacios de trabajo según sus necesidades, ya sea por horas, días o períodos más largos.

El empresario colombiano le dijo al rumano que su idea era excelente y que debería probarla en el país. Aunque para ese entonces Andrei ya se había mudado a Madrid y estaba lanzando su emprendimiento en España, no estaba completamente seguro de que el siguiente paso debería ser en Colombia, un país del que no tenía conocimiento alguno.

Pese a su prevención, Andrei decidió hacerle acaso a su amigo virtual —para ese momento aún no se habían conocido en persona— y fue así como trajo a Pluria a Colombia, país en donde hoy genera el 70 % de sus ingresos.

Al participar en el South Summit, uno de los eventos de emprendimiento más grandes del mundo, que se realiza en Madrid y que es coorganizado por IE University, Andrei explica que en ese momento no tenía muy claro por qué a su negocio le fue tan bien en Colombia, pero que tras tres años de operaciones ya tiene la respuesta correcta.

“Básicamente, nuestro éxito en Colombia se explica por tres razones: la primera tiene que ver con el hecho de que, cada vez más, es un país que se ha convertido en un importante centro de contratación remota. Hay un creciente número de teletrabajadores de tecnología, especialmente contratados por Estados Unidos, debido a que son de alta calidad y su costo es muy bueno para las empresas estadounidenses, además, están en el mismo huso horario. Es perfecto, pero el lío es que muchas de esas personas no tienen buenas condiciones para trabajar desde casa, bien sea porque el espacio es pequeño o porque lo tienen que compartir con una familia extensa. A eso se suma posibles fallas de internet”, explica el emprendedor rumano.

El segundo factor del éxito de Pluria en Colombia es el tráfico, el cual hace que los desplazamientos de muchos trabajadores sean muy largos.

“Y cuanto más tiempo pasan las personas en promedio desplazándose, menos factible es para las empresas establecer la obligatoriedad de presencialidad todos los días. El tercer factor es el hecho de que América Latina es uno de los continentes con más personas de la generación Z en su fuerza laboral y estos trabajadores son los que más valoran y demandan en el trabajo remoto”, dice Andrei y recuerda que cuando les contó a sus amigos en Rumania de su idea de abrir en Colombia, muchos pensaban que estaba loco, pero él les explicó que “Latinoamérica es como Europa del este con esteroides”. Esto porque comparten el mismo tipo de problemas y el mismo tipo de deseo de alcanzar a un vecino más rico, como Europa occidental, en su caso, y Estados Unidos, en el nuestro.

Pluria inició con tres personas en Bucarest y hoy ya tiene un equipo de 35, la mayoría de ellos en Colombia. También opera en México y Argentina. Para Andrei, trabajar con colombianos ha sido una buena experiencia por su ética de trabajo, porque están disponibles desde temprano en la mañana y porque se toman muy serio el servicio al cliente.

Aunque su amigo emprendedor colombiano no se asoció con él para desarrollar el negocio en el país, sí es uno de sus clientes —acá operan en 30 ciudades— y solo lo vino a conocer físicamente el año pasado, cuando se pusieron cita para tomarse un café.

“En ese momento le dije: tú fuiste ese empujón extra de confianza que necesitaba para intentarlo. Fue un empujón que cambió mi vida y me permitió enamorarme de Latinoamérica y de Colombia”, puntualiza.