Cápsula
Córdoba busca consolidarse como potencia porcina en Colombia
Con más de 433.000 animales censados y casi un millón de hectáreas aptas para la actividad, el departamento ve en la porcicultura una opción para fortalecer su economía rural y reducir la dependencia de importaciones.

Córdoba, históricamente reconocido como un territorio agrícola y ganadero, está abriendo espacio para convertirse en uno de los principales centros de producción porcina en el país.
Según cifras oficiales, las importaciones de carne de cerdo en este departamento superaron los 11 millones de dólares en 2024, lo que representa un aumento del 20,2 % frente al año anterior.
La Unidad de Planificación Agropecuaria (UPRA) estima que Córdoba dispone de cerca de 990.000 hectáreas con alta y media aptitud para la porcicultura.
Además, su inventario supera los 433.000 animales, lo que equivale al 4 % del total nacional.
Esta base, junto con las condiciones agroecológicas, ofrece una oportunidad para avanzar en procesos de tecnificación de granjas y en la construcción de infraestructura clave, como plantas de beneficio.

En el contexto nacional, el consumo de carne de cerdo sigue en ascenso. En 2024 alcanzó un promedio de 14,7 kilos per cápita, consolidándose como la cuarta proteína animal más consumida en Colombia.
Este escenario representa un incentivo para que Córdoba se posicione como proveedor estratégico, no solo para el mercado interno, sino con miras a la exportación.
La ubicación geográfica del departamento, cercana a los puertos del Caribe y de Urabá, se suma a la calidad de sus tierras y a la inversión en infraestructura moderna, factores que podrían impulsar el desarrollo de un sector tecnificado capaz de generar empleo, dinamizar la economía rural y aportar a la autosuficiencia alimentaria.
Instituciones como ProColombia y la agencia de promoción regional ProMontería han manifestado interés en respaldar este proceso, con el fin de atraer inversión, fomentar la innovación y fortalecer la competitividad.
En este escenario, Córdoba busca dar un salto hacia un modelo de producción sostenible que combine crecimiento económico con prácticas responsables y de bajo impacto ambiental.