Finanzas personales

¿Quiere saber por qué la plata no le alcanza? La respuesta puede estar en la forma como usted se relaciona con el dinero

Establecer una conexión entre las emociones y la billetera no es sencillo. No use frases como “el dinero es lo peor” o “soy pobre, pero honrado”.

31 de enero de 2025, 12:07 p. m.
El éxito de atraer dinero también depende de las acciones de cada persona.
El estrés financiero se acumula y aleja las personas del bienestar emocional. (Imagen de referencia). | Foto: Getty Images/iStockphoto

Las emociones y las finanzas se encuentran directamente relacionadas y la sensación de que el dinero no alcanza afecta a muchas personas. Obligaciones financieras como las cuentas por pagar, el arriendo, la alimentación, las inversiones y, cómo no, las deudas, se pueden transformar en cargas emocionales que generan estrés financiero, el cual se manifiesta de muchas maneras.

La mayoría de los problemas emocionales, fruto del estrés financiero, se reflejan a través de problemas físicos como acné, sudor, gastritis y hasta cáncer. Se pierde de vista el hecho de que un ‘poquito’ de malestar se puede convertir en una consecuencia que repercute en la salud cotidiana.

En este contexto, Catalina Tello, psicóloga experta en bienestar emocional, explica que las redes sociales, al igual que la presión social, originan el miedo al rechazo.

“Ha surgido ese fear of missing out que se traduce como el miedo de perderse de algo. Es un fenómeno psicológico en el que una persona siente miedo a no formar parte de algo importante, ya sea un evento, una tendencia o no tener algo material. Esa misma angustia es lo que hace que muchos empiecen a invertir en cosas innecesarias y es entonces cuando aparecen las deudas y como resultado se genera inestabilidad financiera y emocional”, aseguró Tello.

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Las deudas, más que un número en un pedazo de papel, se convierten en una carga emocional que afecta la calidad de vida. (Imagen de referencia). | Foto: Getty Images

De allí surge la sostenibilidad emocional en las finanzas, la cual reúne varias propiedades, comenzando por lo básico: los sentimientos. La mejor manera de alcanzar esta sostenibilidad emocional parte de aprender a identificarla y reconocer cuáles sensaciones generan pensar en el dinero o en el tema financiero; puede ser frustración, miedo, tensión o agobio. Al respecto, la experta asegura que, cuando se adquiere la práctica de identificar y gestionar las emociones, es mucho más sencillo tomar decisiones financieras más sabias, estables y equilibradas.

Así mismo, hay un punto muy importante que no se puede omitir, que son las creencias preconcebidas sobre el dinero, cuyo origen proviene de la infancia y la educación construida a lo largo de la vida.

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Las concepciones arraigadas que se tienen con respecto al dinero, a menudo, son construidas desde la infancia. (Imagen de referencia). | Foto: Getty Images

La sostenibilidad financiera se fundamenta en la percepción y la relación que se tiene con el dinero, ya que estas determinan las emociones asociadas, sean positivas o negativas. Frases como “el que tiene dinero es malo”, “el dinero es lo peor”, “soy pobre, pero honrado” o “hay que trabajar durísimo para ganar dinero”, refuerzan creencias de escasez y carencia, moldeando una narrativa que limita la abundancia personal.

“La clave está en entender que el dinero funciona como una herramienta. Si desde pequeños fuimos criados con cimientos conservadores, si nos inculcaron la importancia de ahorrar o nos infundieron pensamientos de carencia, se pueden convertir en el desencadenante del desmerecimiento. Desde esa relación que generamos a temprana edad, se construye la manera como formamos la percepción que mantenemos constantemente sobre el dinero y las finanzas,” enfatizó Tello.

Entre algunos de los errores más comunes que se pueden cometer con respecto a la sostenibilidad emocional en el tema financiero está la culpa. El autoperdón, relacionado con los desaciertos financieros, trata de cambiar la narrativa interior al preguntarse: ‘¿por qué hice esto?’, y reemplazarlo con: ‘¿cómo me sirve esto de aprendizaje?’. Es decir, no contemplar los errores cometidos como un castigo o condena, sino como una oportunidad para instruirse.

Otro error es el desconocimiento, que es donde radica la importancia de la educación financiera. Catalina Tello hace énfasis en que, cuando podemos llegar a entender conceptos como intereses, presupuestos y ahorros, automáticamente empezamos sentir un control que reduce significativamente el estrés.

“Existen muchas herramientas que nos pueden brindar conocimiento. Hoy en día hay talleres, referentes o libros que siguen vigentes, como el libro El hombre más rico de Babilonia, que enseña los principios básicos para gestionar el dinero y las finanzas, pues, muchas veces, a causa del desconocimiento y los impulsos, las personas tienden a acostumbrarse a gastar más de lo que ganan”, resaltó.

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Psicóloga Catalina Tello, experta en bienestar emocional y en el abordaje de temáticas cotidianas con un enfoque sostenible. Con experiencia de acompañamiento a más de 300 personas en América Latina y Europa sanando heridas emocionales. | Foto: Doc

La psicóloga también ofrece consejos para quienes identifican síntomas de estrés emocional y buscan alcanzar estabilidad. “Todo comienza con la gratitud y la positividad diaria, lo cual ayuda a generar confianza y reducir el impulso de gastar”, señala.

Como segundo paso, resalta la importancia de la educación financiera. “Si disfruta escuchar, existen numerosos pódcasts sobre el tema; si prefiere leer, hay una gran variedad de libros sobre dinero; y si le gusta ver videos, YouTube ofrece una abundante cantidad de material para aprender sobre finanzas”, agregó Tello.

Establecer un registro de gastos y contar con un fondo de ahorros no solo brinda seguridad, sino que también reduce la frustración y genera una sensación de control. Sin embargo, muchas personas lo practican solo por un corto período. Para que este ejercicio cumpla su propósito, debe hacerse de forma constante. El objetivo es convertirlo en un hábito de revisión semanal o mensual de la situación económica, lo que permite ajustar cualquier error o desajuste a tiempo.