Economía

Los impactos de un aumento del salario mínimo desbordado: esto es lo que podría subir la inflación

No solo generaría presiones inflacionarias, sino que retrasaría los recortes de tasa previstos para 2026 y prolongaría los costos de financiamiento para hogares y empresas.

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22 de octubre de 2025, 10:54 a. m.
Aumento salario minimo
Un aumento desbordado del salario mínimo podría generar presión a la inflación en 2026. | Foto: Adobe Stock

El país está a pocas semanas de iniciar una de las discusiones clave en materia económica: el incremento del salario mínimo para el año entrante.

Este aumento, en especial en el Gobierno del presidente Gustavo Petro y al final del mandato de Iván Duque, ha venido teniendo adiciones sustanciales, muy por encima de la inflación del año inmediatamente anterior y de los logros en productividad.

De hecho, el Gobierno actual ha anunciado que el incremento del salario mínimo va a estar por encima de la inflación y la productividad, y algunos analistas, como el Banco de Bogotá, lo sitúan en 1.600.000 pesos.

Como se pregunta un informe del Grupo Cibest, al que pertenece Bancolombia, ¿cuánto debería subir el salario mínimo? “La respuesta parece simple: lo que se perdió por la inflación durante 2025 más lo que se ganó en productividad. Sin embargo, el debate suele inclinarse hacia ajustes mayores, motivados por el comprensible propósito de proteger el poder adquisitivo de los hogares”, se explica en el análisis.

Gustavo Petro salario minimo
El Gobierno anunció que aumentará el salario mínimo por encima de inflación y productividad. | Foto: Presidencia / Adobe Stock

Cualquier decisión en materia de salario mínimo tiene un impacto en los precios, pues muchos de ellos se indexan a este aumento.

Hoy, la suerte del salario mínimo es clave, porque la inflación no solo se ha mantenido en un rango cercano al 5 % en los últimos meses, sino porque en estos periodos recientes ha venido en aumento, ubicándose en septiembre en 5,18 %, una cifra similar a la del cierre de 2024. Esta situación ha golpeado las expectativas de inflación para volver al rango meta del Banco de la República de entre 2 % y 4 %. Este año no será el retorno a esa convergencia, completando cinco años por fuera del rango, y las proyecciones indican que para 2026, en el mejor de los casos, estaría ubicándose en la parte alta del rango, aunque para algunos analistas podría seguir por fuera.

“Nuestro análisis indica que uno de los factores que ha limitado el proceso desinflacionario está relacionado con los elevados aumentos del salario mínimo. Para 2026, la determinación del salario mínimo marcará la senda de convergencia que exhiba la inflación”, dice Cibest.

Salario Mínimo
Los aumentos del salario mínimo deben garantizar el bienestar de los hogares sin poner en riesgo la estabilidad de precios, el empleo formal y la credibilidad de la política monetaria, dice Cibest. | Foto: 123RF

Según el análisis, cuando el aumento del salario mínimo supera con creces la suma del dato de inflación más la productividad, “se abren presiones que suelen erosionar parte de ese mismo poder de compra que se busca preservar”.

Los efectos de un aumento del salario mínimo sobre la inflación no ocurren de manera directa, sino a través de distintos canales que se refuerzan con el tiempo. El primero de ellos, señala el estudio, es el canal de costos. Muchas empresas, sobre todo en sectores intensivos en mano de obra como el comercio, los restaurantes y el transporte, ajustan sus precios cuando los costos laborales aumentan por encima de su productividad.

“En un entorno donde la competencia es limitada o los márgenes son estrechos, la única forma de absorber un alza significativa del salario mínimo es trasladarla a los consumidores a través de los precios”, agrega.

Trabajadores trajo, empleados
En un entorno donde la competencia es limitada o los márgenes son estrechos, la única forma de absorber un alza significativa del salario mínimo es trasladarla a los consumidores a través de los precios. | Foto: Adobe Stock

El segundo mecanismo es el efecto indexación. El salario mínimo no es solo un piso legal, sino que también es una referencia para varios contratos y tarifas. “Su incremento desencadena ajustes sobre remuneraciones cercanas al mínimo, pensiones y precios regulados. Así, un aumento fuerte termina amplificándose más allá de los trabajadores que directamente lo perciben”, advierte Cibest.

El tercer canal tiene que ver con las expectativas. Cuando el mercado anticipa que el salario mínimo crecerá muy por encima de la inflación, las empresas ajustan sus precios de manera anticipada, mientras que los sindicatos y los trabajadores buscan compensaciones similares en sus negociaciones futuras. De esa forma, el aumento salarial termina anclando expectativas de inflación más elevadas.

“Nuestros cálculos a partir de una metodología basada en la estructura de costos y el traspaso salarial a precios sugieren que por cada 1 % de aumento del salario mínimo por encima de la inflación más la productividad, la inflación anual podría incrementarse en alrededor de 0,06 puntos porcentuales. De ahí, estimamos que el aumento del año pasado de 9,54 % del Salario Mínimo Mensual Legal Vigente, en tanto estuvo 2,52 % por encima de la inflación más productividad, ha generado cerca de 0,15 puntos porcentuales de presiones adicionales sobre la inflación este año”, explica Cibest.

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Cibest advierte que el traspaso salarial a precios sugieren que por cada 1% de aumento del salario mínimo por encima de la inflación más la productividad, la inflación anual podría incrementarse en alrededor de 0,06 puntos porcentuales. | Foto: Adobe Stock

Estas implicaciones se observan en Colombia y en otros países de la región. El análisis pone como ejemplo el caso de México, donde los incrementos del salario mínimo han sido superiores al doble digito en años recientes, “la inflación de servicios ha mostrado mayor persistencia, incluso con subsidios energéticos que suavizan su impacto. En contraste, Chile y Brasil han mantenido aumentos más alineados con la inflación más la productividad, lo que ha favorecido una convergencia más rápida de sus precios al rango objetivo de sus bancos centrales”.

En su informe, este grupo financiero asegura que los ajustes del salario mínimo deben analizarse en el marco de la productividad y las condiciones del mercado laboral. Advierte que aumentos reiterados del salario mínimo superiores a la suma de la inflación y la productividad incrementan los precios de bienes y servicios básicos, lo que diluye el beneficio inicial sobre el poder adquisitivo de los hogares. Además, eleva los costos de contratación, desincentiva la formalidad y frena la capacidad de incorporación de los hogares en el mercado laboral.

“En este escenario, un aumento del salario mínimo que exceda de manera significativa la inflación esperada de 2025 más la productividad, introduciría un sesgo alcista sobre nuestro escenario actual de inflación de cierre de 2026. Nuestra previsión por ahora anticipa un registro de 4,1 % para diciembre del próximo año. Sin embargo, aumentos desproporcionados del Salario Mínimo Mensual Legal Vigente podrían generar nuevamente un año de estancamiento en el proceso desinflacionario”.

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Aumentos desproporcionados del Salario Mínimo Mensual Legal Vigente podrían generar nuevamente un año de estancamiento en el proceso desinflacionario. | Foto: Adobe Stock

Y añade: “Los aumentos del salario mínimo deben garantizar el bienestar de los hogares sin poner en riesgo la estabilidad de precios, el empleo formal y la credibilidad de la política monetaria. Un equilibrio responsable entre inflación, productividad y remuneración es la base de una mejora sostenible del poder adquisitivo. De mantenerse esa coherencia, la desinflación podrá consolidarse y la economía colombiana recuperará gradualmente su capacidad de crecimiento y de generación de empleo de calidad. En caso contrario, los avances recientes podrían diluirse en un nuevo ciclo de presiones inflacionarias y costos financieros elevados”.

Además, anticipa el análisis que un ajuste del salario mínimo que se ubique muy por encima de la inflación esperada elevaría las expectativas de precios y obligaría al Banco de la República a mantener una postura monetaria más restrictiva durante más tiempo. “Esto no solo retrasaría los recortes de tasa previstos para 2026, sino que también prolongaría los costos de financiamiento para los hogares y las empresas”, puntualiza.