Economía
Donald Trump: esto es lo que puede pasar con las tasas de interés y el dólar, y las consecuencias para Colombia
Aunque la atención con el regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos se la han llevado sus anuncios, hay expectativa en los mercados por la posición de la FED frente a las tasas de interés y el crecimiento de esta potencia que, al parecer, dejó atrás las amenazas de recesión.
Tras la posesión de Donald Trump, como presidente de Estados Unidos, lo que marcó su regreso a la Casa Blanca, una parte muy importante de las expectativas está enmarcada en el campo económico.
En el acto, Trump anunció una serie de medidas que van desde el tema arancelario, hasta la recuperación de la industria en el país, la reducción de los precios y el control de la inflación, y el objetivo de fortalecer su capacidad petrolera y energética.
Existe una alta incertidumbre por la implementación de las políticas económicas anunciadas por Donald Trump, dentro de las cuales está la reducción de impuestos corporativos, la desregulación empresarial y el aumento de aranceles, especialmente a China. “Aunque es probable que se moderen en su paso por el Congreso, estos anuncios han impulsado un fortalecimiento global del dólar y se espera que generen presiones inflacionarias adicionales, un mayor deterioro fiscal y condiciones financieras más restrictivas”, señala un estudio de Corficolombiana.
El mundo también está atento a las decisiones de la Reserva Federal (FED) y del impacto que se pueda generar en el planeta, en especial, en materia de tasas de interés y su efecto en el dólar.
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Según el análisis de Corficolombiana, en la última reunión de la FED el año pasado, a mediados de diciembre, la institución redujo en 25 puntos básicos la tasa de interés de los fondos federales al rango 4,25-4,50 %, en línea con lo esperado, al tiempo que revisó al alza sus proyecciones de crecimiento para 2024 y 2025 a 2,5 y 2,1 %, desde el 2,0 % que proyectaba en septiembre para ambos años. Además, redujo los pronósticos de tasa de desempleo de 4,4 % para 2024 y 2025, a 4,2 y 4,3 %, respectivamente, mientras que aumentó las proyecciones de inflación a 2,5 % en 2025 y 2,1 % en 2026, indicando que la inflación se ubicaría en la meta de 2,0 % sólo hasta 2027.
Bajo este contexto, los mercados también ajustaron sus previsiones sobre la tasa de interés de la FED y actualmente esperan que en 2025 haya sólo un recorte de 25 puntos básicos, que además se demoraría en ocurrir y se efectuaría en el segundo semestre. Lo anterior contrasta con los recortes de 125 puntos básicos que esperaban en septiembre y de 75 puntos que esperaban hace apenas un mes.
Por ello, la expectativa de un mayor diferencial de tasas de interés entre Estados Unidos y otras economías desarrolladas ha llevado a un fortalecimiento global del dólar, especialmente respecto al euro. El índice DXY, que mide el comportamiento del dólar estadounidense frente a otras seis monedas, explica el análisis, se ha apreciado 9 % desde finales de septiembre y 3,5 % en el último mes.
“A su vez, en las primeras semanas del año, las tasas de interés de los bonos del Tesoro estadounidense a diez años alcanzaron sus niveles más altos desde finales de 2023, llegando a 4,8 % en algunas jornadas, aunque después del dato de inflación de diciembre –que estuvo en línea con las expectativas– corrigieron parcialmente y cerraron la semana pasada en 4,62 %. Lo cierto es que la tendencia de empinamiento de la curva de bonos del Tesoro continúa en 2025; el diferencial entre los rendimientos a diez y dos años de estos títulos se ubica alrededor de 40 puntos básicos, lo que representa el nivel más alto desde mayo de 2022″, agrega Corficolombiana.
Este panorama genera presiones para que las monedas de países emergentes, como Colombia, se deprecien frente a la solidez del dólar. En Colombia, la tasa de cambio registró incrementos a finales de 2024 y llegó a negociarse por encima de $ 4.500 en la segunda semana de noviembre, en que a la fortaleza global del dólar se sumaron las preocupaciones por la situación fiscal interna por cuenta de un menor recaudo y las amenazas en torno al cumplimiento de la regla fiscal.
El tipo de cambio cerró el año anterior en $ 4.405 y en lo corrido de 2025 se ha negociado entre $ 4.273 y $ 4.400, en un contexto en el que los precios del petróleo Brent han aumentado de 73 dólares por barril a niveles cercanos a 80 dólares por barril.
Además, con el cambio de dos codirectores en la junta directiva del Banco de la República, y con la llegada de Laura Carla Moisá y César Augusto Giraldo, con quienes el Gobierno tendría mayoría, la expectativa es que se acelere la reducción en la tasa de interés, en contrario a la posición conservadora que venía trayendo la junta en sus decisiones recientes.
Por ello, la expectativa frente al diferencial de tasas con respecto a Estados Unidos podría presionar al alza el precio del dólar en Colombia, en un medio de alta incertidumbre en torno a la situación fiscal del país. “Anticipamos que el tipo de cambio registrará un promedio de $ 4.355 durante 2025, con una alta volatilidad que podría llevarlo a superar los $ 4.500 en algunos momentos del año”, agrega el informe de Corficolombiana.
También destaca las opiniones de Dan Restrepo, asesor del expresidente Barack Obama para temas de América Latina, sobre el regreso de Trump a la Presidencia de Estados Unidos. “Si bien un mayor crecimiento de Estados Unidos, como nuestro principal socio comercial, y con una histórica relación bilateral, podría dinamizar nuestra economía, sus políticas proteccionistas y migratorias restrictivas podrían limitar las remesas y afectar el crecimiento económico. Además, las tensiones derivadas del aumento de la inseguridad y las diferencias ideológicas dificultarían la cooperación y los acuerdos bilaterales entre ambos países”, puntualiza el análisis de Corficolombiana.
El contexto
Todo indica que la economía de Estados Unidos logró un aterrizaje suave, luego de que muchos anticiparan que el país caería en una recesión, en algún momento en los años anteriores, y se ha convertido en una locomotora en el planeta ante la desaceleración de otros países desarrollados, como los de la Unión Europea. Ese aterrizaje lo tuvo a pesar de las altas tasas de interés y la inflación elevada, que estuvo impulsada por el consumo privado, la inversión en maquinaria y equipo y en productos de propiedad intelectual.
“Los efectos de la inteligencia artificial en la productividad –explica el estudio- están contribuyendo a ampliar la brecha respecto a otras economías desarrolladas, lo cual se evidencia en el desempeño de los índices accionarios. Los datos del mercado laboral de diciembre sorprendieron positivamente y reforzaron la expectativa de tasas altas por más tiempo. Sin embargo, algunos sectores clave como el manufacturero, que había mostrado signos de recuperación a partir de 2022, enfrentan mayores dificultades en medio de tensiones comerciales y altos costos de producción”.
La economía estadounidense, dice el análisis de Corficolombiana, mantiene un desempeño muy superior al de sus pares en la zona euro, Reino Unido y Japón. En su actualización de proyecciones económicas más reciente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento del PIB de Estados Unidos de 2,7 % en 2025, superior en 0,5 puntos porcentuales al cálculo de octubre, mientras que el de la zona euro lo redujo a 1,0 %, desde 1,2 %.
Sin embargo, enfrenta un reto asociado al aumento de la deuda pública posterior a la pandemia, a niveles de 121 % del PIB en 2024, cerca de su máximo histórico. Desde 2020, el déficit fiscal de Estados Unidos ha sido muy superior al promedio de 3,5 % del PIB del lustro prepandemia y se estima sería de 6,7 % en 2024 y 6,5 % en 2025, solamente comparables con episodios de crisis, advierte Corficolombiana. “El ajuste fiscal no es una prioridad en el programa económico de Trump. Por el contrario, si se aprueba la extensión permanente de la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos, una reforma que estaba prevista para expirar en 2025, las finanzas públicas estadounidenses podrían deteriorarse aún más. Bajo este contexto, anticipamos que en 2025 continuará la divergencia entre la política monetaria, de carácter contractivo, y la política fiscal, que seguiría siendo expansiva. El costo de la deuda podría llegar a ser un lastre para el crecimiento económico de Estados Unidos, exacerbando los riesgos fiscales y limitando el margen de maniobra tanto del gobierno como de la FED”, indica el análisis.
Entre tanto, en el mercado laboral, la creación de empleo en diciembre fue la más alta desde marzo de 2024, impulsando una reducción en la tasa de desempleo a 4,1 %, inferior al 4,2 % que esperaba el mercado. Por su parte, la lucha para llevar la inflación a la meta de la FED de 2,0 % sigue siendo una prioridad. “La inflación medida a través del IPC cerró 2024 en 2,9 %, con presiones al alza del sector energético, mientras que la inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, se ubicó en 3,2 % anual, impulsada por alzas en vivienda, transporte y seguros de automóviles”, explica el documento.