Finanzas públicas
Finanzas públicas: arrancan 2025 desfinanciadas y con presupuesto por decreto
Este año se estrena con un Presupuesto General de la Nación que, al igual que el de 2024, llega desfinanciado. Suben las apuestas sobre la magnitud del recorte que será necesario en el gasto.
Sin lugar a dudas, las finanzas públicas son hoy uno de los mayores talones de Aquiles de la economía nacional. Esto no solo porque las cuentas no cuadran, sino porque generan incertidumbre, lo que afecta la confianza de consumidores, empresarios e inversionistas.
Por primera vez, en la historia moderna del país, el Presupuesto General de la Nación no fue aprobado por el Congreso, sino por un decreto del Ejecutivo, lo que ha producido dificultades adicionales, dado que limita el margen de maniobra para hacer ajustes. Precisamente, como está establecido que bajo esta modalidad de aprobación se debe adoptar lo que se radicó originalmente en Congreso, el decreto deberá salir con un plan de gastos por 523 billones de pesos. El lío está en que no hay suficientes ingresos para cubrir esa suma, pues no fue aprobada la ley de financiamiento con la cual se iban a conseguir los 12 billones de pesos que, según el Gobierno, le faltaban para completar sus gastos de 2025.
Así las cosas, todo indica que se repetirá la situación de 2024, cuando no se pudo cumplir con el presupuesto aprobado para el año y fue necesario hacer un recorte de 28,4 billones de pesos. “Esto agudiza el desajuste en el presupuesto de 2025. Según nuestras estimaciones, para cumplir este año el déficit de 4,9 por ciento del PIB que permite la regla fiscal, el gasto del Gobierno nacional central debería reducirse en 35,4 billones de pesos (2 por ciento del PIB). Si se recorta menos, el déficit ascendería a 6,8 por ciento del PIB y no se cumpliría la regla fiscal”, advierte César Pabón, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.
De la misma manera, Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa, indica que desde que se conoció el presupuesto de 2025, se sabía que estaba inflado y que ahora al Gobierno le toca sincerarse, no solo para poder cumplir la regla fiscal, sino también para no sufrir un nuevo recorte en la calificación crediticia, lo que aumentaría la prima de riesgo país, encareciendo el crédito y el precio del dólar.
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Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, coincide en que este año se va a repetir la incertidumbre fiscal de 2024, aunque con un tono de mayor complejidad. “Los números que publicó el Gobierno hace algunos meses daban cuenta de unos ingresos tributarios por concepto de eficiencia de la Dian elevadísimos, algo así como unos 29 billones de pesos que difícilmente se van a poder cumplir. Así, de entrada, uno arranca con pie izquierdo, porque el presupuesto se construye con base en los ingresos que va a haber disponibles y si uno se equivoca en ese número, que fue lo que sucedió en 2024, se le complica todo y solo queda el camino complejo de recortar gastos y de limitar todo el tema de caja”, alerta.
La preocupación de los economistas es que se volvió a caer en hacer cuentas con ingresos inciertos, pues el año pasado eran unos 10 billones de pesos que dependían de un proyecto de ley para facilitar los pleitos tributarios, el cual nunca vio la luz y esta vez hay una estimación bastante optimista de la capacidad de recaudo de la Dian.
“El recaudo por eficiencia de la Dian hay que estarlo monitoreando todo el año, pues cualquier desfase, que seguramente se va a dar porque es una meta muy difícil de alcanzar, va a ser el que determine la magnitud de los recortes que tocará hacer”, dice Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital.
Los expertos consultados consideran, entonces, que arrancando el año el presupuesto de 2025 bajará a 511 billones de pesos, lo que implica un plan de gastos alto, que equivale a unos 29 puntos del PIB y que es un máximo histórico.