Economía
Este será el impacto del paro arrocero en la inflación de julio. “Cuando hay bloqueos, se siente en el abastecimiento”
El proceso de desinflación entrará en una fase de estancamiento durante el segundo semestre. “Sin nuevas políticas, los paros seguirán teniendo fuertes consecuencias económicas”, advierte un estudio de Bancolombia.

Durante cerca de dos semanas, desde mediados de julio, Colombia registró un paro del sector arrocero. Los productores bloquearon vías estratégicas en el territorio nacional por lo que argumentaron fue el supuesto incumplimiento por cuenta del Gobierno a los acuerdos firmados en marzo.
¿Qué los llevó a la parálisis y a los bloqueos? En especial, las razones detrás de las protestas responden a unos bajos precios. Según Fedearroz, para los productores colombianos, “el precio, en los comienzos de 2025, estaba en 225.000 pesos por carga. Luego bajó a 185.000 y ahora está en 170.000, lo que está muy por debajo de los costos de producción”.
La situación no es exclusiva de Colombia. Induarroz, la Cámara de la Andi, explicó que el bajo precio no se trata de un fenómeno local, puesto que la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) ha confirmado que el precio internacional cayó 30 % en el último año y, en Estados Unidos, el precio del arroz paddy –que es el que comercializan los productores– ha disminuido 31 % desde junio de 2024.
De acuerdo con cálculos de Bancolombia en un reciente informe, la reducción de precios les ha representado a los productores pérdidas por hectárea cosechada que rondan entre 2,5 y 2,8 millones de pesos, citando al gremio productor. “Esto no solo ha sido desafiante para productores pequeños y medianos, sino que además demanda una revisión de la regulación vigente para la producción y comercialización del grano”, señaló el informe.
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Y agregó: “En efecto, los bajos precios y algunos incumplimientos frente a los acuerdos pactados en la primera parte del año los llevaron nuevamente a protestar (a los arroceros). Los bloqueos afectaron zonas clave en la cadena logística del arroz, lo que incluye departamentos como Huila, Tolima, Casanare, Santander, Meta, Córdoba, Cesar, Sucre, Norte de Santander, Valledupar y Arauca”. Es decir, las afectaciones se concentraron en departamentos claves para la producción y transporte del grano.
Induarroz advirtió que la situación actual se origina en una sobreoferta nacional e internacional que calificó “sin precedentes”. En 2024, las siembras alcanzaron un récord histórico de 631.000 hectáreas, lo que generó el mayor nivel de inventarios registrado. Según la Bolsa Mercantil de Colombia, a junio de 2025 las existencias de arroz eran un 92 % superiores frente al mismo periodo del año anterior y casi el doble de lo recomendado en el Plan de Ordenamiento Productivo del Arroz. “Pese a las señales de mercado y alertas emitidas desde inicios de año, las siembras en departamentos como Casanare continuaron creciendo en el primer semestre de 2025, alcanzando un nuevo récord”, dijo este gremio.
Luego de cuatro días de negociaciones, el Gobierno, en cabeza de los ministerios de Agricultura y Desarrollo Rural, Comercio, Industria y Turismo, e Interior, logró un acuerdo de siete puntos con el sector arrocero, entre ellos se destaca que el Ejecutivo someterá al régimen de libertad regulada de precios al arroz paddy verde. Las partes aceptaron la fórmula de cálculo establecida en la resolución propuesta por el Ministerio de Agricultura y concordaron en que los precios establecidos garantizan los costos de producción al productor sin generación de utilidad.

El Gobierno se comprometió a revisar las tarifas de riego y a fijar un precio mínimo de 205.673 pesos por carga de arroz paddy verde (es decir, sin procesar), para el centro del país. También se pactaron precios mínimos similares en otras regiones, acorde con condiciones productivas, con precios por carga de 125 kilos que se ubican, dependiendo de la zona, entre los 186.434 pesos y los 194.424 pesos.
Además, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo evaluará la viabilidad de promover la implementación de medidas de defensa comercial y de medidas con fundamento en la política de aranceles inteligentes frente a las importaciones de arroz paddy y/o de arroz blanco.
Induarroz, luego de conocerse el acuerdo, advirtió que expedir el régimen de libertad regulada de precios al arroz paddy verde implica “adentrarnos en un terreno desconocido, que altera profundamente las fuerzas naturales de oferta y demanda. Llama la atención que el precio que se acordó con los agricultores, a través de la resolución para el arroz paddy verde, es superior al precio con el cual los agricultores, en su momento, tomaron la decisión de sembrar. En otras palabras, esta resolución va a terminar incentivando el cultivo de arroz en el país y, por ende, la sobre oferta de este cereal”.
También señaló como un factor complejo en este escenario, ingreso constante de arroz importado desde Ecuador y Estados Unidos, amparado en compromisos comerciales vigentes, lo que aumenta aún más la presión sobre los precios y la comercialización.
“Es muy positiva, la iniciativa de generar un bloque de lucha contra el contrabando que les hace tanto daño a los productores colombianos. Por estas razones, desde Induarroz alertamos que las dinámicas que se desencadenarán a partir de esta medida no están claras y podrían generar desequilibrios duraderos en toda la cadena productiva. La historia ha demostrado que el camino más seguro y sostenible para el agro colombiano es el de la planeación, la información transparente, la competitividad, el ordenamiento productivo y el respeto por los principios de mercado”, afirmó el gremio.

Aunque se superó la etapa del paro, las tensiones y los bloqueos seguramente pasarán una cuenta de cobro a la inflación del mes de julio, tal como lo anticipa un estudio de Bancolombia.
“Según nuestras estimaciones, cada semana de bloqueos puede traducirse en un alza de hasta 11 puntos básicos en la inflación mensual de alimentos, y entre 2 y 6 puntos básicos en la inflación total. Esto refuerza nuestra proyección de inflación mensual para julio en 0,21 %, ligeramente por encima del consenso de analistas (0,18 %)”, señaló el informe de esta entidad financiera.
¿Cómo llega al cálculo? Sus estimaciones analizan cinco episodios de paro desde 2013 con datos por ciudad, lo que les permitió concluir que solo los de mayor duración resultaron significativos. Además, la ubicación de los bloqueos es un factor que profundiza los efectos. Explicó el estudio que la mayoría de paros ha ocurrido en zonas rurales e intermedias del centro y sur del país, caracterizados por ser epicentros agrícolas, conectados a los grandes centros urbanos por corredores logísticos. Las ciudades comúnmente afectadas son Neiva, Ibagué, Popayán, Pasto y Villavicencio, cuyas ubicaciones son clave para el transporte de alimentos. Comparten además otros desafíos estructurales: baja inversión, conflictos territoriales y una alta dependencia de actividades agrícolas.
“En estas condiciones, cuando hay bloqueos, los efectos se sienten de inmediato en el abastecimiento, tanto a nivel local como nacional. Como resultado, el costo de transporte también se incrementa, lo que ejerce presiones adicionales sobre la canasta. En medio de este paro, el gremio de los transportadores mencionó que cada día de bloqueo genera una pérdida de alrededor de 4.500 millones de pesos”, aseguró el informe de Bancolombia.
A esto se suma, agregó, la posibilidad de que el Gobierno ajuste al alza los precios del diésel para cerrar la brecha faltante en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). “Considerando las múltiples afectaciones que este tipo de episodios generan sobre el desempeño de la economía, resaltamos que el país necesita diseñar nuevas estrategias de política pública que avancen en soluciones para el conflicto rural, mejora de infraestructura vial y canales de abastecimiento”.
Anticipó que, mientras eso no ocurra, los paros seguirán teniendo fuertes consecuencias económicas. ¿Qué pasará con los precios en los próximos meses? Según las cuentas de Bancolombia, el proceso de desinflación entrará en una fase de estancamiento durante el segundo semestre. Los efectos base dejarán de jugar a favor y los nuevos choques podrían complicar aún más el panorama. Además de los bloqueos, los fenómenos climáticos también podrían jugar un papel importante en el comportamiento de los precios de los alimentos.

“El Ideam ha señalado que, por histórico climatológico, los periodos de lluvias se extienden en la Orinoquía y la Amazonía hasta agosto. Nuestros análisis han identificado que tanto La Niña como El Niño tienen efectos significativos sobre los ciclos agrícolas. La Niña trae lluvias intensas que inundan terrenos, interrumpen cosechas y dificultan el transporte. El Niño, con sus sequías prolongadas, por el contrario, reduce la productividad de cultivos clave como el arroz y el maíz. Con esto, prevemos una inflación anual del 5,1 % al cierre de 2025, por encima del techo del rango objetivo del Banco de la República. La indexación en servicios, las tarifas públicas y la incertidumbre comercial seguirán pesando”, afirmó el estudio.
En cuanto a alimentos, espera un cierre del año en 5,9 %, impulsado por factores climáticos y efectos base. Recordó que en algunos meses de 2024 se registraron inflaciones inusualmente bajas, lo que hace más difícil mantener tasas moderadas en los mismos periodos de este año, puntualizó el estudio.
Ahora, tras superarse la protesta de los arroceros, las tensiones vendrán por el lado de los productores de papa y de cebolla que ya han hecho advertencias sobre la compleja situación de sus sectores.