Especial Colegios
El mejor colegio oficial de Colombia está en Barranquilla y busca la excelencia académica
Su estrategia consiste en identificar y potenciar los talentos de sus alumnos. Contrario a otras instituciones sí le ve la utilidad a dejar tareas.

Ser un colegio de alta calidad no es fácil y menos si se tienen recursos limitados por el presupuesto público. No obstante, desde hace 50 años la institución educativa Alexander Von Humboldt de Barranquilla, no solo ha logrado posicionarse como una de las mejores del país (puesto 18 en el ranking de este año), sino que se ha consolidado como el mejor colegio oficial de Colombia, medido por sus puntajes promedio en el Pruebas Saber 11.
Liliana Martes, rectora del Humboldt, atribuye los buenos resultados a la política del colegio de explorar la fortaleza de cada estudiante desde la primaria, para posteriormente darles espacios en los que puedan desarrollar sus talentos.

“Otra de nuestras fortalezas es que tenemos papás presentes, que son aquellos que no solo están en los procesos académicos, sino también atentos a las distintas actividades que hacemos”, explica Martes y dice que los padres de familia de sus estudiantes también son claves a la hora de gestionar recursos y ayudan con contactos y alianzas. En su concepto, la clave está en construir comunidad con papás presentes, estudiantes interesados y un equipo docente apasionado por el conocimiento.
Con respecto a sus altos resultados en las pruebas de Estado, la rectora dice que no solo se deben a la preparación en décimo y undécimo grado, sino a la fundamentación que imparten desde primaria.
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Admite que son un colegio exigente, pues eso es justo lo que cimenta los hábitos. Igualmente, expresa que, contrario a la tendencia de otros colegios, ellos sí dejan tareas, dado que consideran que el trabajo en casa es esencial, pues permite también la vinculación de la familia. “El estudio permanente es parte de esa exigencia que te va dando excelencia”, dice la rectora y agrega que cuentan con estudiantes competitivos, que se autoexigen bastante, por esto, también trabajan en su salud mental para bajar los niveles de ansiedad.
Actualmente, el Humboldt tiene 740 estudiantes, con grupos de 20 o máximo 30 estudiantes por salón, un promedio inferior al de muchos colegios públicos. Esta limitación en la cantidad de alumnos no solo se debe al espacio físico, sino también porque es un proyecto que necesita hacer seguimiento a los estudiantes para potencializar sus habilidades. “Cuando identificamos esas dimensiones en las que sobresalen, es posible acomodar estrategias de aprendizaje para que sigan creciendo en lo que ya son buenos y para que se nivelen en las demás áreas”, precisa Martes.
Específicamente una de las herramientas pedagógicas del Humboldt consiste en ofrecer nivelaciones y profundizaciones en cuarto y quinto grado para sus alumnos. Les brindan estrategias que los ayudan a nivelar a los que van rezagados y a los que van bien les ayudan a identificar su talento para que puedan profundizar en él.
“Somos un colegio netamente académico, los estudiantes se agrupan por intereses o talentos, bien sea matemáticas, lenguaje, ciencias sociales o ciencias naturales, y allí van desarrollando un componente que es investigación. Son muchachos que también van llevando esa estructura mental. Eso los incentiva más y, sumado a los idiomas, nos permite obtener los resultados que tenemos”, puntualiza la rectora y comenta que además de inglés, desde sexto grado ofrecen formación en francés.
Uno de sus proyectos actuales consiste en fortalecer nuevamente el arte en el colegio con clubes de música, danza y artes plásticas.
