Música
Desorden Público celebra 40 años con concierto en Bogotá: “Somos cronistas de nuestra realidad latinoamericana”
Maestra de la fusión, institución del ska latinoamericano, la agrupación venezolana viene al Astor Plaza a celebrar cuatro décadas de música, humor negro y comentario social. Hablamos con su baterista Danel Sarmiento sobre el género y el recorrido de la banda.

El ska es un ritmo jamaiquino que nació en la década de 1950 y que rápidamente se tomó la isla, combinando elementos del jazz y el rhythm and blues estadounidenses con ritmos caribeños. Y este ritmo cautivó a los ingleses, quienes le dieron forma al 2Tone, pero siguió en constante evolución. Para finales de los años ochenta y comienzo de los noventas, el ritmo se fusionó con el punk, el hardcore y, por supuesto, la música latina. Y es precisamente en esa intersección donde se origina Desorden Público.
La banda venezolana, nacida en 1985 en Caracas, se tomó el país desde su aparición gracias a una música en la que, a través del sarcasmo, el humor negro y la alegría, retrataron la realidad de Latinoamérica. Desorden Público ha mantenido un estilo inconfundible que fusiona ska, rock y elementos de la música latina, convirtiéndose en una referencia obligada del género en Latinoamérica.
Y ahora que la banda venezolana cumple 40 años tocando por el mundo, con más de 10 discos en estudio, álbumes en vivo y compilatorios que respaldan su trayectoria, escogió a Bogotá como uno de sus puntos de encuentro. El sábado 5 de julio celebrarán sus cuatro décadas junto a sus fans en Bogotá en el teatro Astor Plaza. Al respecto, hablamos con Danel Sarmiento, baterista de la agrupación. Esto nos dijo.

SEMANA: ¿Qué sienten al mirar hacia atrás y ver lo que han aportado en la historia del ska latinoamericano?
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Danel Sarmiento: Nos sentimos sumamente orgullosos de que esa pequeña idea de unos chamos, de unos jóvenes que querían tocar lo que estaban escuchando en ese momento ska, punk rock, hardcore, hayan mantenido cuarenta años esa pasión y esa sensación de los primeros días, casi de manera intacta. Porque hay bandas que pueden empezar y con el tiempo van desarrollando otras cosas o piensan diferente o cambian músicos… En nuestro caso tenemos un núcleo de guitarra, bajo, batería y percusión que se ha mantenido durante cuarenta años: cuarenta años juntos, cuarenta años de verdad satisfactorios. Es muy chévere poder hacer música y construir canciones, poder viajar y presentar tu arte a otra gente. Y si que luego la gente acepta esa música, mejor aún, ¡es un orgullo!
Fundado el 27 de julio de 1985, Desorden Público ha mantenido a lo largo de cuatro décadas un estilo inconfundible que fusiona ska, rock y elementos de la música latina, convirtiéndose en una referencia obligada del género en Latinoamérica.
SEMANA: Desorden Público ha sido voz crítica desde sus inicios. ¿Cómo ha evolucionado su forma de protestar a través de la música en estas cuatro décadas?
D.S.: Una influencia que hemos tenido indudablemente vino de nuestros nuestros profesores. Además, cuando uno entra a este mundo de la música, tú profesor, tus guías son tus bandas favoritas, las bandas que sabes que te van a acompañar por el resto de tu vida y de las que siempre vas a conseguir algo bueno.
La forma en que Desorden ha desarrollado su lírica ha tenido una evolución bien bonita, desde mi punto de vista. El primer disco es un disco bien panfletario, con canciones muy directas. Veníamos de un momento bien punk, donde la canciones tienen que ser directas, rápidas y contundentes; luego con el paso del tiempo, uno va leyendo libros, literatura, poesía y definitivamente uno quiere buscar nuevas formas de expresión. Y Horacio, nuestro cantante, es sumamente curioso con la lectura, con la poesía, y ha desarrollado una forma de escribir que, para nosotros, es como un realismo mágico latinoamericano. Utiliza muchas metáforas, muchas cosas muy venezolanas también que se entienden en otras partes del mundo, Hay juegos de palabras muy buenos, interesantes. Y otro elemento que usamos es el humor negro latinoamericano, que bueno compartimos con México y Colombia. Tenemos muchos escritores y artistas que han utilizado esa forma de crítica. Es muy sabrosa y tiene una forma de llegar a los jóvenes y a los no tan jóvenes también. Además, si te pones a criticar siempre directamente, puede ser cansón.
SEMANA: Muchos los conocimos en la adolescencia, brincando con “Tiembla” o “Políticos Paralíticos”. ¿Qué canciones definen cada una de sus etapas como banda?
D.S.: Hay canciones que se mantienen en todos los conciertos porque la gente las pide y también a nosotros nos encanta tocarlas; por ejemplo, un tema que lo tocamos muchísimo que es “Allá cayó”. Y si bien la música es muy alegre y la gente está brincando la letra, es muy fuerte porque la letra va contando tres historias de tres asesinatos, es como una realidad que estuvimos viviendo durante un tiempo en Caracas el hecho de que había balaceras a la salida de los colegios, cosas que no debía pasar o que te robaran un par de zapatos y que tu vida valiera unos zapatos entonces eso está contado a manera de crónica en esta canción y ese es un tema que siempre está allí.

Otro tema clave es “La danza de los esqueletos”, que aborda no ver las diferencias en las personas, porque al final todos somos lo mismo. Tenemos una coraza por fuera que usamos para defendernos muchas veces, pero, en el fondo, terminamos siendo lo mismo. Esa canción y esa letra tienen mucho contenido especial para nosotros.

También está “Combate”, una canción que siempre está en los shows de Desorden, que te mantiene, da ánimo, y apoya mantener tus ideales, tus propias luchas, no dejarte vencer por lo que está pasando. En una parte dice: “Nunca voy a esperar morirme de hambre para cantar lo que me duele”. Hay que seguir adelante y no importa ni la manera ni donde estés, tienes que decirlo.

Además, de estos, que son temas básicos, también están los temas muy ska de los primeros discos. Y de las canciones más recientes, tenemos un tema que se creó después de la pandemia, “La olla”, con bastante adrenalina. Habla de ese momento tan raro que vivimos donde estuvimos apartados por tanto tiempo y, de repente, nos volvimos a encontrar en la olla. La olla le decimos al sitio donde se encuentra la gente en el slam, de esa olla, de esa licuadora habla esa canción. De volver a reencontrarnos, abrazarnos, sudar juntos, cantar, y ya que pasó ese tiempo, podemos dejar atrás lo malo.
SEMANA: ¿Cómo ven el estado actual del ska en América Latina? ¿Ha cambiado su papel dentro de las juventudes y los movimientos sociales?
D.S.: De Colombia no tengo tanta referencia actualmente. No sé si siguen tocando los amigos de Los Elefantes (con ellos tocamos la última vez que estuvimos en Bogotá). Sé que hay bandas y movimiento, pero definitivamente no tiene el mismo impulso que tuvo en los noventa hacia el dos mil.
En México, en cambio, no ha parado. Allá tú ves que los festivales como el Skatex llevan ochenta mil, cien mil personas que van a escuchar ska, a bandas como Panteón Rococó que llena estadios tres días, dos o tres estadios llenos es impresionante. En Venezuela, el ska ha bajado muchísimo en cantidad hay muy pocas bandas que mantienen el espíritu de el ska. Y hay bandas que hacían fusión, que te tocan una que otra cosa de reggae y ska, pero ska como Desorden Público hay pocas bandas, cuatro, tres, una cosa así. Esperemos que esto vuelva a crecer. Acuérdate que el ska también tiene sus altos y sus bajos. En los sesenta tuvo un auge, luego bajó; hacia finales de los setenta volvió a subir, con el 2tone, y después volvió a bajar y luego hubo ese repique hacia los Estados Unidos, en la costa este y en la costa oeste y volvió otra vez a bajar.
Imagínate, y luego vino ese gran movimiento japonés-asiático que agarró una fuerza increíble, y los Tokio Ska Paradise Orchestra continúan. Yo creo que la familia del ska se mantiene. De hecho, Desorden va para un festival en septiembre de este año en Virginia que se llama el Supernova International Ska Festival y tú ves el cartel y está buenísimo: hay tanto reggae como ska, de diferentes partes del mundo. Por nuestro lado, nosotros tratamos de apoyar a todas las bandas que hacen ska. Les decimos siempre que, si bien el momento es difícil, la constancia te da los resultados.

SEMANA: Han llevado su música a diferentes países y culturas. Cuéntenos de eso y de qué representan Colombia y Bogotá para Desorden Público…
D.S.: Tuvimos la suerte de que los Tokio Ska Paradise Orchestra nos invitaran a un evento que organizan cada tantos años, con bandas de diferentes partes del mundo. Con ellos tenemos muy buena relación. son muy buenos amigos y, de hecho, tenemos una canción juntos que se llama “Ska mundo ska”. Y llegó la invitación de parte de ellos para que fuéramos a celebrar, en 2010, un festivalazo con el Monte Fuji detrás, una cuestión bien hermosa. Una superproducción hermosísima, como lo hacen los japoneses.
En Colombia hemos tocado en Medellín, hemos tocado en Bogotá y en otros festivales, y definitivamente necesitamos tocar más. Creo que tenemos público y tenemos cómo hacerlo. Vamos a ver si para este concierto que viene podemos congregar no solamente venezolanos sino también público colombiano.
Desorden Público cumple 40 años de trayectoria y los celebra con una serie de eventos especiales que incluyen el lanzamiento de un nuevo álbum y una gira internacional. En Bogotá, el próximo 5 de julio, ofrecerán su esperado concierto de aniversario en Bogotá.
SEMANA: ¿Qué diferencias encuentran entre el público que los escucha hoy y el que los seguía en los años 90?
D.S.: Estando en vivo, la sensación con el público es exactamente la misma. La gente va a disfrutar, a descargar, a desahogarse con nuestra canciones, y nosotros la pasamos de lo mejor. Sabemos que ha cambiado la forma de difusión musical, ya no es con un casete como hacíamos antes: yo te mandaba un casete con un fanzine y tu me enviabas otro de allá de Colombia, y para tener los discos esperábamos que viajara alguien.
Ahorita va todo de una manera vertiginosa, y tienes tanta información que a veces uno se pierde, los jóvenes se pierden, o no terminan de familiarizarse con una banda y tomarle el cariño que uno tomaba. Por ejemplo, cuando yo descubrí Kortatu en el país vasco, de ska, yo quería saber más de ellos, tener sus discos, quería información. Y por eso fui coleccionando todas las cosas que hizo Fermín Muguruza, no solamente como Kortatu sino con todos los proyecto diferentes que ha tenido. Y eso no pasa hoy en día. Aparece una banda por Spotify y no sé, oyes una canción y al día siguiente ya no te acuerdas cuál fue la que escuchaste y pasas a otra. Ese mundo del que venimos nosotros se está perdiendo, pero creo que se puede recuperar, poco a poco, dependiendo de lo que uno haga. Y tampoco uno puede estar tan atado a las formas antiguas; hay que utilizar como un poco de lo antiguo y lo nuevo.
SEMANA: El ska siempre ha sido un género mestizo, rebelde y callejero. ¿Cómo se mantiene fresco sin perder su raíz contestataria?
D.S.: Si vamos para Europa, todos quieren sonar como Jamaica, todos quieren sonar old school o early reggae, pero muy poca fusión hay. Pero los latinoamericanos sí hemos buscado esa combinación. Entonces, por ejemplo, con Desorden hemos hecho ska con mambo, con cumbia, ska con merengue, con son, hasta ska con afro venezolano y con música de nuestro llano, el llano venezolano (que veces compartimos los mismos ritmos con Colombia). En el disco Bailando sobre las ruinas hay un tema que se llama “Cementerio de mi amor”, una canción que tiene los dos mundos al mismo tiempo, que se logra si se compaginan bien, sin forzar. Nuestra búsqueda siempre es hacia lo latino y no hacia lo electrónico o hacia lo que esté sonando reguetonero o algo así. Nos mantenemos dentro de nuestros gustos personales (que sabemos que van a dar buenos frutos que van a gustar) y no buscar cosas por cuestiones de marketing como lo hace mucha gente, con esos featuring que a veces no tienen ni pies ni cabeza, y más bien apuntan a traer otro público. Y pueden atraerlo por un momento, pero de ahí no va a pasar.
SEMANA: El humor es parte del ADN de Desorden. ¿Sigue siendo una herramienta para sobrevivir a la realidad venezolana y latinoamericana?
D.S.: El humor negro nos ha acompañado hace mucho tiempo a los latinoamericanos, y a veces pienso que es una manera de ponerse positivo ante la adversidades. Si te pasa algo y además te pones negativo, no vas a salir adelante muy rápido. Entonces, tomar las cosas con humor hace que lo malo pase más rápido y te lleva a conseguir soluciones desde el punto de vista positivo. El humor negro definitivamente está en Desorden Público y otras muchas bandas latinoamericanas es algo que nos une, es algo que manejamos muy bien (en México es algo increíble).

SEMANA: ¿Cómo quieren ser recordados: músicos, agitadores culturales, cronistas del caos… todo eso junto?
D.S.: Deberíamos ser recordados como una banda que cumplió sus sueños a pesar de toda la adversidad y que demostraron que si te esfuerzas y eres constante puedes lograr las cosas. También, definitivamente, somos unos cronistas de nuestra realidad. Eso es importante, porque lo que hemos cantado lastimosamente a veces se mantiene. La realidad política no termina de cambiar y es una tristeza que la violencia se mantenga. Pero bueno, los seres humanos somos así, no sabemos realmente cuál es la solución. De repente hay momentos en los que la cosa está cambiando y de repente empieza otra guerra, hay otro atentado… es un ir y venir todo el tiempo, pero no podemos dejarnos vencer por lo malo y lo negativo. El ska siempre te va a mantener arriba, espléndidamente.
“A final de año o el año que viene”, la banda lanzará el EP ‘Salsa all ska’, un tributo a las grandes voces de la salsa y al legado de la legendaria Fania Records. Este disco de seis canciones incluirá versiones de clásicos interpretados originalmente por Rubén Blades, Héctor Lavoe, Celia Cruz, Cheo Feliciano, entre otros. Además, entre sus planes, Desorden Público presentará ‘Los 40 Desorden en vivo’, un álbum que recopilará algunos de sus mayores éxitos, grabados durante su gira internacional.
SEMANA: ¿Qué le falta hacer a Desorden Público?
D.S.: Hemos tenido la suerte de haber hecho bastante música. De hecho, tenemos un disco que va a salir a final de año o el año que viene. Es un homenaje a La Fania. Nosotros seguimos con esa fusión latinoamericana y van a escuchar seis canciones clásicas de La Fania pero tocadas a lo Desorden Público. Es una interpretación realmente de lo que hicimos en ese momento. Y si algo le ha faltado Desorden Público es un buen trabajo de internacionalización. Porque arrancamos teniendo una disquera importante como fue CBS y luego Sony, pero no vieron que el mercado podría crecer y podíamos salir a otras partes. Siempre nos trataban de una manera muy por debajo de lo necesario. Claro, cada país tiene su prioridad, y venimos de Venezuela, un país que tiene tantas limitantes y cada día nos limitan más. Tenemos la puerta cerrada para entrar a muchos países por culpa que los que nos gobiernan no lo hacen bien y sufrimos las consecuencias de eso. Una buena internacionalización que es lo que le falta Desorden, y seguimos aquí, empecinados y testarudos como siempre, tratando de llevar lo mejor de lo que se hace en Venezuela a través de la música.
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