Música

Entre la tradición y la experimentación: el universo sonoro de ‘Lapsos’, de Andrés Galindo Arteaga

Una charla con el compositor y productor colombo-canadiense sobre su EP debut, reflejo de un lenguaje propio en el que confluyen la tradición acústica de su herencia andina y las posibilidades expresivas de la síntesis electrónica.

24 de febrero de 2025, 4:03 p. m.
'Lapsos', Andrés Galindo Arteaga
En 'Lapsos', Andrés Galindo Arteaga entrega una atmósfera musical de pulsiones múltiples, un reflejo. | Foto: Cortesía del artista

Con una trayectoria consolidada en la música para cine y televisión, Andrés Galindo Arteaga ha desarrollado un lenguaje propio en el que confluyen la tradición acústica de su herencia andina y las posibilidades expresivas de la síntesis electrónica. Nacido en Colombia y radicado en Toronto, su trabajo ha abarcado desde la composición para documentales y series de televisión hasta la producción de piezas experimentales que exploran las intersecciones entre lo análogo y lo digital. Su música ha sido parte de producciones para plataformas como Sky History y Bell Media, lo que le ha permitido expandir su propuesta sonora más allá de los límites de la música incidental y adentrarse en un territorio en el que la composición se convierte en un laboratorio de ideas y texturas. Galindo Arteaga es ganador en cuatro ocasiones del Premio de Composición Audiovisual de SOCAN Foundation, además de becas de distintos consejos de artes como “Toronto Arts Council”, “Ontario Arts Council” y “FACTOR”. Andrés continúa aportando bandas sonoras a diversos proyectos, que van desde series de televisión, películas y documentales hasta sus propias composiciones instrumentales. Su primer EP, Lapsos, se compuso a partir de una beca del Ontario Arts Council y verá la luz a principios de 2025.

'Lapsos', Andrés Galindo Arteaga
Para este trabajo, Galindo Arteaga se preguntó “¿Quién soy yo como artista cuando no estoy al servicio de otros colaboradores? ¿Cuál es mi voz? ¿Qué quiero expresar y cómo se siente eso musicalmente?". | Foto: Cortesía del artista

En este trabajo, el compositor y productor colombo-canadiense propone una exploración sonora en la que la tensión entre lo orgánico y lo inorgánico, lo melódico y lo ruidoso, la calma y la violencia se convierte en el eje central de su discurso musical. En este trabajo, la instrumentación folclórica –charango, tiple, flautas wayuu– convive con texturas digitales y grabaciones electromagnéticas, generando un paisaje sonoro en constante transformación. Cada elemento parece dialogar con el otro en un proceso que no busca resolver las tensiones, sino exponerlas en toda su complejidad. El resultado es un trabajo que transita por la memoria y la percepción, sugiriendo espacios en los que el tiempo parece diluirse. A lo largo de estas composiciones, Galindo Arteaga deja entrever una sensibilidad cinematográfica en su manera de construir dinámicas y climas sonoros, llevando al oyente por un recorrido en el que cada sonido parece tener un peso narrativo propio.

Desde su residencia en Toronto, Galindo Arteaga ha logrado consolidar un enfoque compositivo que combina la precisión de la producción electrónica con la expresividad de la instrumentación acústica. Lapsos no es solo una muestra de su habilidad técnica, sino un ejercicio introspectivo en el que el compositor se enfrenta a sus propias preguntas sobre la identidad, el azar y la estructura, dejando que el flujo de los sonidos guíe el camino. Esta dualidad entre control y espontaneidad es una constante en su obra, lo que lo posiciona como un creador que no teme adentrarse en territorios inciertos, donde cada nota y cada textura son parte de una búsqueda incesante por nuevas formas de expresión.

SEMANA: En LAPSOS explora la tensión entre elementos contrarios (lo acústico y lo digital, lo ruidoso y lo melódico, en definitiva, la calma y la violencia). ¿Cómo dialogan estos conceptos en su sonido y en la estructura de cada pieza?

Andrés Galindo Arteaga: Estos contrastes son fundamentales en mi manera de pensar la música y otras formas de expresión artística. La fusión de estos dos mundos, lo orgánico y lo inorgánico, lo tonal y lo atonal es algo que siempre me ha atraído.

En mi proceso creativo, este diálogo entre instrumentación orgánica y elementos más sintéticos, o abstractos, me permite construir espacios sonoros atemporales en los que disfruto explorar y perderme. Generalmente, cuando empiezo a componer, no parto de una melodía o una progresión armónica, aunque hay excepciones. En cambio, suelo buscar una textura o un timbre específico, ya sea en un instrumento, un objeto, un ambiente o cualquier fuente sonora que despierte una sensación particular en mí. Es un proceso que, desde mi perspectiva, tiene mucho de pictórico.

A partir de estas fuentes de sonido, me gusta expandir la idea inicial y “derramarla” en la composición. Usualmente, desde ahí incorporo elementos más orgánicos, generando un diálogo con esa primera premisa sonora. La orquestación de capas híbridas a menudo genera giros inesperados en la composición, lo que dificulta la creación de estructuras tradicionales o lineales. Sin embargo, cuando me conecto con los elementos que voy desarrollando en la sesión, siento que no necesito forzar el camino de la pieza. En lugar de imponer una dirección, dejo que la propia música me guíe, permitiéndole actuar como la corriente que la arrastra hasta su desenlace o su transición a la siguiente obra.

SEMANA: La combinación de instrumentos tradicionales, sintetizadores y grabaciones electromagnéticas genera un universo sonoro único. ¿Qué papel juega el azar en la construcción de estas texturas y cómo decide qué elementos permanecen en la versión final?

A.G.A.: A menudo, cuando comienzo a componer, establezco ciertas limitaciones. Estas limitaciones son como una paleta de colores que elijo de manera aleatoria, lo que me obliga a exprimir al máximo cada elemento. Pueden surgir de fuentes electrónicas como mi sintetizador modular, de mi colección de instrumentos folclóricos o incluso de grabaciones ambientales que hago en lugares como centros comerciales. Este proceso es muy intuitivo y el azar juega un papel crucial en la construcción del discurso sonoro.

La selección final de elementos ocurre de manera orgánica, conforme voy descubriendo qué elementos encajan mejor entre sí. No hay una explicación matemática para ello. Es como si estuviera componiendo una pintura: uno prueba si los grises funcionan con los azules, siempre observando el cuadro completo. Si algo aporta a la forma y la cohesión general, permanece. Si no, a veces también puede tener sentido dentro del caos. Al final, estas decisiones son profundamente personales y reflejan el lenguaje artístico que cada uno va construyendo a partir de sus experiencias y mundo interno.

SEMANA: Ha mencionado que el EP partió de ideas en guitarra clásica. ¿Cómo se transforman estas ideas iniciales cuando las lleva a un entorno de producción más amplio y digital? ¿Qué sobrevive de esas primeras intuiciones?

A.G.A.: Las primeras maquetas en guitarra clásica eran pequeños arpegios y frases que grabé y luego dejé de lado. Pasaron meses antes de que volviera a escucharlas, pero incluso entonces las volví a sepultar. Durante ese tiempo, me enfoqué en experimentar con otras fuentes, desde sintetizadores hasta grabaciones ambientales. Fue solo después de ese proceso que logré conectar con esas ideas iniciales.

A veces, hay fragmentos que no encuentro cómo desarrollar en el momento y quedan suspendidos, esperando su lugar en la historia. En el caso de Lapsos, esas grabaciones de guitarra fueron esenciales para estructurar Pulsos, Impulsos. Terminaron complementando la sección rítmica electrónica y el cuarteto de cuerdas. Gracias a la guitarra, logré integrar los demás elementos y definir el tono oscuro del tema que abre el EP.

'Lapsos', Andrés Galindo Arteaga
Andrés Galindo Arteaga explica que, en su proceso creativo, "este diálogo entre instrumentación orgánica y elementos más sintéticos, o abstractos, me permite construir espacios sonoros atemporales en los que disfruto explorar y perderme". | Foto: Cortesía del artista
Raw footage BTS Recording Session EP LAPSOS

SEMANA: A lo largo del EP hay una clara exploración de la tensión, el caos y la resolución, con contrastes entre momentos de crudeza, estructuras erráticas e instantes de aparente calma. ¿Cómo construyó este arco emocional a nivel compositivo y qué decisiones tomó para que cada pieza se sintiera parte de un todo?

A.G.A.: Desde el inicio, tenía una idea clara del tono que quería para el EP y sabía que debía comenzar con agresividad y crudeza. La mayor dificultad fue consolidar Pulsos, Impulsos, pues se trataba de una serie de fragmentos musicales que tardé en unir. Sin embargo, una vez que terminé ese primer tema, el arco del EP comenzó a tomar forma.

Casi Perdido surgió como una extensión natural de Pulsos, Impulsos, con ambos temas estrechamente conectados. En contraste, la transición entre Casi Perdido y Quiebra es abrupta y disruptiva. Esto fue intencional, ya que quería reflejar la agresividad y la erraticidad. Sabía que Quiebra sería el punto de máxima intensidad del EP, y por eso decidí hacerlo completamente electrónico, sin el cuarteto de cuerdas.

Finalmente, Al Otro Lado introduce un cambio hacia una sensación más sublime y optimista. Disfruté construir este arco narrativo y explorar diferentes ángulos emocionales. En última instancia, quise plasmar un viaje que reflejara la evolución personal y la complejidad de nuestros mundos internos, algo que se resume en el concepto general de Lapsos:

“La vida es un viaje impredecible, donde a menudo nos encontramos arrastrados por sus corrientes. Estos lapsos en el tiempo y la dirección no son solo momentos de deambular sin rumbo, sino periodos significativos de evolución”.

SEMANA: Hay una relación constante entre la instrumentación acústica y la manipulación electrónica, con el cuarteto de cuerdas, el charango, el tiple y las grabaciones electromagnéticas coexistiendo con sintetizadores y texturas digitales. ¿Cómo equilibró estos elementos sin que uno dominara al otro y qué buscaba transmitir con esta fusión?

A.G.A.: Lograr ese equilibrio fue un proceso de prueba y error. Hubo momentos en los que tuve que sacrificar ciertos elementos para darle espacio a otros, siempre guiándome por el concepto general y el flujo narrativo del EP.

En la composición y orquestación, hubo momentos en los que lo electrónico funcionaba más como soporte para lo acústico, como en Casi Perdido, donde las flautas wayuu (massi) emergen antes de una ola de elementos electrónicos que generan una sensación de altibajos y desorientación. En contraste, en Pulsos, Impulsos, la introducción es dominada por ondas electromagnéticas antes de dar paso a otros elementos.

Casi Perdido

Cada decisión estuvo basada en la identidad y naturaleza de cada pieza, aprovechando dinámicas y contrastes para darle profundidad al viaje sonoro.

En la mezcla, trabajé con Josh Korody, quien me ayudó a balancear y calibrar cada elemento. Dado que algunos sonidos provenían de síntesis modular e incluían frecuencias infrasónicas, el proceso requirió muchas escuchas en distintos sistemas, automatización y ajustes de sustracción. Finalmente, Mariana Hutten realizó el mastering, consolidando la identidad sonora del EP y dándole cohesión final.

SEMANA: Su trabajo con música incidental y bandas sonoras implica crear música al servicio de una narrativa externa. En Lapsos, ¿cómo encontró el balance entre el control total de la obra y la apertura a lo imprevisto?

A.G.A.: Fue difícil. Me compliqué mucho al principio y no lograba dar ese paso, ya que estaba creando muchas preguntas internas basadas en factores externos que no importaban en absoluto. Cuando trabajo en una producción para una película o documental, estoy al servicio de una visión y una historia preestablecida. Es un proceso colaborativo con otros artistas que le dan génesis y significado a esa historia. Soy una extensión de la visión de mis colaboradores, para que al final, la musicalización se integre a la historia y a los personajes. Es un proceso que disfruto mucho, pero gran parte de la oportunidad de desarrollar Lapsos fue un ejercicio de autorreflexión. Me pregunté “¿Quién soy yo como artista cuando no estoy al servicio de otros colaboradores? ¿Cuál es mi voz? ¿Qué quiero expresar y cómo se siente eso musicalmente?”. Todas estas preguntas me consumieron, y tuve que “jalar el gatillo”. Fue un momento en el que sentí que saltaba de un puente a lo desconocido.

Para encontrar ese balance y, de alguna manera, darle dirección al EP, tuve que profundizar mucho en el concepto y en lo que tenía que decir. Este fue un trabajo muy personal, que incluye muchas experiencias y momentos de mi vida. Al final, muchas cosas salieron de manera imprevista, y eso fue uno de los aspectos que más disfruté durante todo el proceso. Estos accidentes musicales y giros inesperados me trajeron una mayor comprensión de quién soy como artista, de mis inclinaciones artísticas y de mi esencia como compositor.

SEMANA: Sobre este tipo de trabajo y esta manera de contar historias, ¿qué puede aprender la música de la corriente más tradicional de John Carpenter, Trent Reznor y Atticus Ross o Barry Vorzon?

A.G.A.: Existen muchos enfoques composicionales y cada estilo tiene su mérito. En lo que respecta a corrientes más progresivas y experimentales, lo que se puede aprender es que la música no tiene límites ni fronteras, y las posibilidades son infinitas.

El enfoque de estos artistas me ha influenciado profundamente y me ha brindado ideas que me han motivado a mezclar elementos que tradicionalmente no son comunes. Estas vertientes de historias me han informado y añadido a mi lenguaje musical.

Desde mis raíces tolimenses, la música de la región andina ha sido también una fuente de inspiración e identidad, que ha contribuido a mi lenguaje y, últimamente, me ha ayudado a contar mis historias personales conjugadas con otros lenguajes que he apreciado a lo largo de mi trayecto como músico y compositor.

'Lapsos', Andrés Galindo Arteaga
Detrás del trabajo gráfico de 'Lapsos' está Juan Felipe Velásquez Trujillo (Pipex). | Foto: Cortesía del artista

SEMANA: La identidad visual del EP refuerza sus conceptos sonoros con imágenes fragmentadas y transitorias. ¿En qué medida la colaboración con Juan Felipe Velásquez Trujillo influenció su propia percepción de la obra? ¿Qué implica para usted la resignificación gráfica de tu abstracción sonora?

A.G.A.: Juan Felipe, a.k.a. Pipex, fue un integrante clave en este proyecto. Su arte me influenció profundamente y me conmovió. Ambos nos graduamos del mismo colegio, por lo que reconectarme con él fue algo muy significativo, considerando que su trabajo es impresionante y encajaba perfectamente con la estética de mi EP. Las portadas de los sencillos, diseñadas por Juan Felipe, fueron clave para transmitir visualmente estos conceptos erráticos y caóticos. En las portadas, hay elementos animales mezclados con rostros y gestos duplicados y fragmentados, que reflejan diferentes etapas o facetas de nuestra complejidad interna. Su estilo y su manera de colaborar me dieron la libertad de expresar lo que quería que él aplicara en las portadas. Él trajo elementos que no esperaba en varias ocasiones y me sorprendió. Su esencia como artista añadió mucha identidad a este proyecto, y por eso estoy infinitamente agradecido.

'Lapsos', Andrés Galindo Arteaga
"En las portadas, hay elementos animales mezclados con rostros y gestos duplicados y fragmentados, que reflejan diferentes etapas o facetas de nuestra complejidad interna", comparte el músico. | Foto: Cortesía del artista

SEMANA: Ha sido reconocido en múltiples ocasiones en Canadá por su trabajo compositivo. ¿De qué manera estos espacios han moldeado su perspectiva sobre la música experimental y su relación con la industria?

A.G.A.: He vivido en Canadá los últimos diez años y he estado trabajando en la industria del cine y la televisión durante ese tiempo. He conocido a muchos artistas y productores, desde la escena indie hasta los formatos más comerciales de la industria, lo que me ha permitido crear y componer una gran cantidad de música en distintos estilos y géneros. Todas estas colaboraciones han moldeado mi perspectiva como artista, y debo decir que, si no hubiera sido por la cadena de proyectos que he recibido, y el estilo con el que me han contratado para componer música más experimental para muchos de estos proyectos, mi identidad como compositor y artista habría sido muy distinta.

'Lapsos', Andrés Galindo Arteaga
"Le debo mucho a mis colaboradores hasta la fecha, a mis colegas, quienes me han inspirado e influido en la manera en que compongo", dice Andrés. | Foto: Cortesía del artista

Le debo mucho a mis colaboradores hasta la fecha, a mis colegas, quienes me han inspirado e influido en la manera en que compongo, así como a mis raíces colombianas, a mis mentores y a mi familia ibaguereña. Lo que ahora tengo es un compendio de lenguajes que he internalizado en mi sensibilidad musical y que proyecta lo que soy en este EP debut, Lapsos.