Palmira, Valle del Cauca
La apuesta de Palmira para construir paz territorial
Después de dos meses de trabajo, a través de talleres y encuentros, la Pastoral Social de la Diócesis de Palmira, Valle del Cauca, y otras organizaciones de la sociedad civil presentaron sus propuestas para que el municipio sea un ejemplo al fomentar relaciones para lograr una paz sostenible

‘Palmira, territorio de paz’ es la iniciativa con la que ese municipio del sur del Valle del Cauca busca fomentar relaciones que construyan paz desde la cotidianidad y convertirse en un ejemplo para el país. Entre febrero y marzo, el Secretariado de Pastoral Social de Palmira, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina del Alto Comisionado por la paz, y otras organizaciones de la sociedad civil, como la Fundación Paz y Reconciliación, e instituciones de educación superior se unieron para reflexionar sobre el tema.
El resultado de ese trabajo está compilado en sus ‘Aportes para la construcción de paz territorial’, un documento que propone una hoja de ruta para Palmira y, en general, para el país, si se quiere construir paz duradera con justicia social.
El informe reitera que para construir paz en el país hace falta trabajar primero en la reconstrucción o generación de nuevas relaciones entre los colombianos y replicar ese esfuerzo dentro de las instituciones, públicas y privadas, para que su trabajo refleje los intereses de la sociedad. El diálogo y el trabajo en equipo son acciones necesarias para lograr ese objetivo.

Además de las charlas y los encuentros, la iniciativa ‘Palmira, territorio de paz’ publicó las reflexiones de los dos meses de trabajo del equipo. © Pastoral Social de Palmira © Pastoral Social de la Diócesis de Palmira
Como centro de esta propuesta, sus autores se alejaron de la conceptualización de la paz, pues reconocen que existen múltiples propuestas, y formas de acción desde las comunidades. Precisamente, el enfoque territorial implica que las iniciativas de construcción de paz deben responder a las particularidades territoriales de los municipios, no solo desde sus problemáticas e historia sino también desde sus potencialidades.
A partir de los espacios de trabajo, los asistentes reconocieron que existen tantos discursos e imaginarios acerca de qué es la paz como personas que hablen de ella. Las conclusiones de esos espacios señalan que esa diversidad, en lugar de enriquecer el debate“han supuesto un freno para el trabajo institucional y político, pues al no tener claridad alguna frente al concepto, no es posible establecer objetivos concretos y realizables”, sostiene el documento.
«La sostenibilidad de las iniciativas de construcción de paz depende en gran medida de la existencia de un sistema social que respalde la paz»
Así mismo, una vez superado el debate por el concepto, hace falta dejar a un lado las diferencias ideológicas y políticas cuando se trata de establecer políticas públicas para la paz. La sostenibilidad de esas iniciativas depende, en gran medida, de que su planeación no se quede en el corto plazo, sino que vaya más allá de las banderas de los partidos o de los periodos de mandatos para enfocarse en el bienestar de las comunidades.
En la construcción de paz, la tarea no es solo de las autoridades o de los gobernantes. Los actores que se reunieron en Palmira resaltaron que lograr la paz y la reconciliación “requerirá de mecanismos de articulación que convoquen organizaciones sociales, empresas privadas y entidades públicas en diferentes sectores y en los ámbitos regional, local y nacional”. Si esto no se logra, difícilmente será posible garantizar el éxito de la construcción de paz en los territorios, “así como la sostenibilidad en la implementación del Acuerdo Final a nivel local”.
Durante dos meses, organizaciones sociales, instituciones educativas y representantes de la sociedad civil aceptaron la invitación de la Pastoral Social de Palmira y compartieron sus propuestas para construir paz territorial. © Pastoral Social de la Diócesis de Palmira
Por supuesto, la sociedad civil también tiene su parte de responsabilidad para construir paz. La organización, la capacidad para planificar sus acciones, canalizar sus demandas y lograr incidir en los espacios de decisión son los retos que convocan a los ciudadanos para hacer su aporte en un escenario de búsqueda de paz. Este desafío pasa por construir una nueva estructura institucional, en la que las relaciones permitan la construcción participativa de las políticas públicas.
Finalmente, el mensaje más contundente que Palmira le envía al país es que “la sostenibilidad de las iniciativas de construcción de paz depende en gran medida de la existencia de un sistema social que respalde la paz”. El documento que este municipio aporta es un punto de partida para que todos los territorios de Colombia se sumen al reto de construir paz duradera a partir de sus propias realidades.