Vida Moderna
Los cinco pensamientos que mantienen pobre a una persona
Pensar de manera negativa suele ser más fácil que ser positivo. Dichos pensamientos involuntarios pueden convencer a la persona de una falsa realidad.
Una frase muy popular asegura que las personas se convierten en aquello que piensan. El ser humano utiliza frecuentemente la frase “no tengo dinero”. Este fenómeno de carencia tiene una explicación científica, la cual asegura que pensar de manera negativa, resulta ser más fácil que ser positivo. Todos estos pensamientos vienen al sistema cognitivo de manera inconsciente, y las personas lo repiten tanto que termina por convencerlas de que en realidad es “difícil” o “imposible” conseguir dinero.
¿Las personas son pobres o se hacen pobres?
Es importante hacerse responsable de lo que se piensa, el hecho de decir “no tengo dinero” es un cliché, una frase cómoda que sirve como armadura frente algunos problemas. El significado de la palabra pobreza va más allá de no tener acceso a servicios de salud, no tener un lugar donde dormir y no disfrutar los servicios básicos de vivienda.
Al mismo tiempo, existen algunas expresiones que pueden hacer sentir pobre a una persona, aunque esta no lo sea, algunas de ellas son:
Obstaculizar la mente porque “no tiene dinero”
Las personas suele utilizar frases como: “Tengo muchos gastos, está muy caro, gano muy poco o ya me acabé la quincena”. Muchos de ellos pueden ser familiares, amigos o la persona misma. Este tipo de frases que se repiten constantemente, pueden hacer que la persona en lugar de impulsarse, se hunda. Lo que cada quien debe hacer es poner en marcha acciones que lo alejen de esos pensamientos y en lugar de decir “no tengo”, utilizar frases como “por ahora no” o “tal vez luego”.
Tendencias
Antes muerto que sencillo
Una regla básica para tener una buena relación con el dinero es no gastar más de lo que se tiene. Lo ideal, es no derrochar el dinero, por ejemplo, en prendas de vestir. Es importante tener en cuenta que existen muchos almacenes donde se puede conseguir ropa de muy buena calidad a un precio cómodo.
Otra opción es modificar la ropa con la que ya se cuenta. Para ahorrar dinero en este tipo de cosas, la persona puede rasgar los jeans, cortar algunas camisas o teñir algunas prendas y zapatos. De esta forma, no tendrá la necesidad de comprar ropa de marca para verse más cool.
Decir que trabaja mucho, pero no rinde el dinero
En algunos países de América Latina, es común escuchar que los ciudadanos aseguran que “trabajan largas jornadas y ganan menos que en otros países del Norte o Europa”.
Es importante cambiar esta costumbre social, porque más horas no siempre significa productividad. Por lo mismo, cada persona debe obtener beneficios del dinero que gana y actuar de manera inteligente en cada movimiento que se le dé al mismo.
Culpar a los demás de la falta de dinero
Utilizar frases como “mis padres nunca me enseñaron a ahorrar”, “el Gobierno se roba todo el dinero” o “la empresa donde trabajo paga muy poco”, es una dinámica muy común y funciona de la siguiente manera: las personas que no tienen buenos hábitos financieros, al darse cuenta de su situación, culpan a todos y todo lo que lo rodea.
Muchos de ellos no desarrollan nuevos hábitos o estrategias que les permita cambiar dicha situación. En muchas ocasiones, esperan que alguien más resuelva su situación y afronta su vida siempre frustrado.
Remplazar el “no tengo” y decirse a sí mismo que es una persona que goza de abundancia
Es fundamental cuidar lo que se dice, cuando gaste en algo o cuando vea que el dinero se está acabando, no piense que se está quedando pobre. El dinero debe estar en constante movimiento llámese gastos, pago de deudas, ahorro e inversiones. Si la persona siente que el dinero se va fácilmente, debe pensar primero que mantenerlo cerca y no gastarlo, no ayudará en nada. El dinero no debe guardarse bajo el colchón, ni atesorarlo, porque difícilmente crecerá. Debe dejar que fluya, pero sobre todo, la persona debe ser consciente de que los pensamientos pueden cambiar la vida tanto positiva como negativamente.