RELIGIÓN
La verdadera cara del papa Francisco, la titánica tarea del escritor Javier Cercas en su más reciente libro que presentará en la FILBO
En un relato magistral, el novelista español Javier Cercas narra mediante El loco de Dios en el fin del mundo la increíble oportunidad que tuvo cuando el Vaticano le abrió las puertas para viajar junto con el papa Francisco a Mongolia. Una narración que devela al bonarense que ama el mate y el tango, y dirige la Iglesia católica.

Ante una multitud agolpada, el papa Francisco hizo una breve y sorpresiva aparición este Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro en Roma para desearles a los fieles una buena Semana Santa. El pontífice de 88 años necesitará al menos dos meses para recuperarse de la neumonía doble que lo mantuvo 38 días hospitalizado. A pesar de encontrarse fuera del hospital Gemelli, el papa permanece convaleciente y los ojos siguen puestos sobre su salud.
Se puede ser o no fiel a la Iglesia católica, pero el destino del santo padre es un hecho que tiene relevancia mundial. Por eso, hablar del papa Francisco no es menor cosa o al menos así lo cree Javier Cercas, el novelista español autor de títulos como El móvil, El inquilino, El vientre de la ballena, Soldados de Salamina o Anatomía de un instante. Los libros de Cercas han sido traducidos a más de 30 idiomas y él ha recibido galardones como el Premio Nacional de España o el Prix du Livre Européen otorgado por el Parlamento Europeo.

En su más reciente libro, El loco de Dios en el fin del mundo, Cercas, un “ateo, anticlerical, laicista militante, racionalista contumaz y un impío riguroso”, como él se autodenomina, se encarga de desentrañar la figura del papa Francisco, detrás de la cual está Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano y el primero también en llamarse Francisco por Francisco de Asís, el asceta que convivió entre los pobres y los enfermos. Empezó a llamarse así desde el 13 de marzo de 2013 a las 7:05 p. m., cuando el arzobispo bonarense fue elegido como el sumo pontífice número 266 de la Iglesia católica, luego de un cónclave de más de 24 horas y más de cinco votaciones del Colegio Cardenalicio. Ese día, 95 cardenales de los 115 reunidos votaron a favor del argentino.
Cercas, “un loco sin Dios”, se dedicó a seguir los pasos del papa Francisco, el “loco de Dios”, hasta el fin del mundo. Se fue detrás del apasionado del tango, adicto al mate, al fútbol y al San Lorenzo de Almagro, el “club más humilde de Buenos Aires”, hasta Mongolia, en la periferia del planeta. Una empresa nunca antes vista, pues el Vaticano no le había abierto sus puertas de par en par a un escritor. Cercas, como su libro, es único, así como también el viaje emprendido por el papa en 2023. Este viaje excepcional, de acuerdo con la revista especializada The Diplomat, tuvo una connotación estratégica en términos geopolíticos.
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En su investigación, el novelista español señaló que el viaje apostólico del santo padre por Mongolia reivindicó su espíritu misionero. Fue el mismísimo Lorenzo Fazzini, responsable de la Libreria Editrice Vaticana, la editorial de la Santa Sede, quien explicó la razón. “Francisco no ha visitado los grandes países católicos, pero viaja a Mongolia, un país budista con algo más de 3 millones de habitantes y apenas 1.500 católicos. Este papa quiere ir a donde nadie quiere ir, al lugar más remoto y difícil”.

El viaje apostólico de Francisco a Mongolia fue el número 43 y el primero de un papa al país asiático apretado entre Rusia y China. Antes de iniciar este periplo, Francisco había visitado 59 naciones, cifra no tan excepcional si se compara, por ejemplo, con Juan Pablo II, un trotamundos que visitó 109 países. Lo que ha llamado la atención sobre los viajes de la actual cabeza de la Iglesia católica no es tanto la cantidad, sino los destinos. “Un listado de nombres que llaman la atención por la escasez de países centrales en la cosmovisión occidental”, escribió Cercas en su libro.
Para el papa Francisco existen tres periferias: la geográfica, la religiosa y la social. Es decir, la de los centros alejados de la metrópoli, la de los lugares donde no hay un dios y la de los “desheredados de la tierra”. Ir a Mongolia fue excepcional para el resto del mundo, pero no para Francisco, un hombre que antes de convertirse en papa ya era popular en las “villas miserias” de Buenos Aires, donde pasaba los fines de semana entre charlas, confesiones y en la casa de los más necesitados.
El 31 de agosto de 2023, el viaje del sumo pontífice a Mongolia se hizo realidad. El avión papal en dirección a Ulán Bator partió a las 6:30 p. m. La aventura de Javier Cercas también comenzó esa tarde, no solo con el objetivo de desentrañar al vicario de Cristo, sino para responder, además, a la pregunta que su madre le había lanzado años antes. Cercas viajaba para preguntarle al mismísimo papa Francisco si su madre iba a ver a su esposo cuando ella muriera. Cercas tenía la misión de acompañar a Francisco en su paso por Mongolia y conocer los secretos de la resurrección de la carne y la vida eterna.

Al pisar tierra, Giorgio Marengo, primer cardenal en la historia de Mongolia, estaba entre el puñado de personas que recibieron al papa. El apellido de Marengo ha resonado recientemente como uno de los candidatos papables más fuertes. Como Bergoglio, Marengo también es un hombre fuera de lo común. Es italiano y llegó a Mongolia en 2003 cuando tenía apenas 29 años. En 2022 fue ordenado como cardenal, convirtiéndose en el más joven en la historia de la Iglesia católica y el segundo más joven del Colegio Cardenalicio. A la lista debe sumarse que, de los 50 años que ostenta hoy, 20 los dedicó al exorcismo.
El viaje a Mongolia duró cuatro días, tiempo suficiente para que el sumo pontífice pronunciara cinco discursos, se reuniera con ese grupo de apenas 1.500 católicos y corroborara la hipótesis sobre la razón de dicha gira. En un acto que se desconoce aún si fue o no improvisado el día antes de terminar el viaje, el papa Francisco lanzó un mensaje que Cercas recogió así: “Quisiera aprovechar la presencia de estos dos hermanos, el cardenal emérito de Hong Kong y el cardenal Stephen Chow Sau-yan, para mandar un saludo al noble pueblo chino. A todos les deseo lo mejor. Seguid adelante. Progresad. Y a los católicos chinos les pido que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos”. Para el español, ese momento resignificó la visita del “loco de Dios” a Mongolia: “El papa ha viajado a Mongolia porque no puede viajar a China o al menos para acercarse a China”.
Tras su regreso a España, Cercas continuó siendo ateo. Seguir los pasos de Francisco durante cuatro días en el fin del mundo lo cambió, pero no su creencia. Lo que modificó fue su perspectiva sobre el argentino, un “hombre en lucha consigo mismo: contra su propio carácter, contra sus propias flaquezas, contra sus propios demonios”. Según Cercas, Bergoglio no solo no es Superman, es solo un hombre normal y corriente. Y ese es su secreto. “Eso es lo que lo convierte de verdad en un cristiano sentado en la silla de san Pedro”.
Ese hombre normal y corriente, como lo describe el español, es el mismo que hoy lidera a más de 1.400 millones de católicos en el mundo, los mismos fieles que ansían la inmortalidad y la resurrección de la carne. La madre del novelista español, que falleció el primero de diciembre de 2024, podría estar tranquila sabiendo que Bergoglio sí le respondió a su hijo la gran pregunta sobre la vida eterna. Al final, “el loco sin Dios” sí logró que “el loco de Dios” le respondiera, así hubiera sido en camino al fin del mundo. La respuesta la encontrará el lector en las páginas del libro.

A un poco más de un año de ese viaje histórico del papa Francisco, el libro de Cercas, que el mismo novelista presentará en la Feria del Libro de Bogotá este 26 de abril en el Gran Salón B de Corferias, toma gran relevancia. Especialmente, cuando el estado de salud del sumo pontífice sigue preocupando y su eventual partida podría marcar un nuevo rumbo en la historia contemporánea.