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La forma en la que se debe preparar el arroz para evitar subir de peso

La preparación del arroz es fácil y económica, aunque los ingredientes con los que se realiza pueden tener calorías no deseadas.

Redacción Vida Moderna
17 de marzo de 2024
Arroz
Este alimento tiene un alto valor nutricional. Getty Images. | Foto: Getty Images

El arroz es uno de los alimentos más populares y consumidos a lo largo y extenso del mundo. La versatilidad de este cereal hace que sea la compañía perfecta para la preparación de diferentes platos, incluso hay quienes lo consumen todos los días.

De acuerdo con el portal Cuerpo Mente, el arroz es considerado como “el sustento básico de la población mundial”, ya que tiene propiedades y beneficios importantes para el organismo y, a su vez, es de fácil acceso.

El arroz tiene múltiples propiedades, ¿pero se recomienda para pacientes de hígado graso?
El arroz tiene múltiples propiedades, ¿pero se recomienda para pacientes de hígado graso? | Foto: Getty Images

Existen dos principales tipos de arroces: el blanco y el integral. Cada arroz tiene su favoritismo y la diferencia entre sí es que el arroz integral es orgánico, lo que quiere decir que no se somete a procesos productivos para ser comercializado, así que tiene “un menor índice glucémico que el blanco y mayor riqueza vitamínica”.

Sin embargo, el arroz blanco es el que mayoritariamente se consume y, por ello, es necesario hablar sobre este producto. Teniendo en cuenta recopilaciones del blog gastronómico Mundo Sabor, una de las características de este alimento es que proporciona energía para que se puedan llevar a cabo las actividades diarias.

Asimismo, “el arroz blanco es alto en minerales como el calcio y el hierro, también es rico en vitaminas, como la niacina, la vitamina D, la tiamina y la riboflavina”. En cuanto al integral, “es una buena fuente de fibra y, por lo tanto, mejora la digestión”.

Al tratarse de un producto versátil, hay arroces con diferentes granos y colores. Sea cual sea la clasificación de este alimento, todos concuerdan en lo mismo: contienen un valor nutricional único.

Entonces, este cereal debe ser consumido con responsabilidad, ya que no se descarta que pueda provocar subida de peso. La razón de esto es que el arroz aporta calorías que se transforman en azúcar, lo que significa que puede acumularse en forma de grasa, según El Confidencial.

Ejercicio, alimentación y hábitos saludables ayudan a bajar de peso luego de los 50 años. Foto: Getty Images.
Ejercicio, alimentación y hábitos saludables ayudan a bajar de peso luego de los 50 años. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

En ese orden de ideas, nunca es tarde para aprender a preparar un arroz que aporte los nutrientes necesarios, pero a su vez combata la subida de peso.

La preparación ideal de arroz

De acuerdo con el portal Hola Doctor, el arroz es el segundo cereal más importante para la alimentación, después del maíz, aunque la demanda que tiene este producto hace que no se descarte la idea de que sea “el cereal más importante en la alimentación humana”.

Foto referencia sobre cultivo de arroz.
Foto referencia sobre cultivo de arroz. | Foto: Getty Images

La preparación del arroz es fácil y económica, aunque los ingredientes con los que se realiza pueden tener calorías no deseadas para el organismo. Por ejemplo, la mantequilla, la margarina o el aceite vegetal. Según los expertos, “si te preocupa el aumento de peso, puedes optar por cocer el arroz sin grasas añadidas”.

Lo anterior significa que la mejor manera para preparar el popular cereal es con menos calorías y cocinarlo de manera normal. El citado portal indica que una alternativa saludable es la siguiente: “cuando el agua está hirviendo, antes de añadir el arroz, se agrega aceite de coco (3 % del peso del arroz que vas a cocinar). Una vez que está listo, se deja enfriar y se refrigera por 12 horas antes de comerlo”.

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En ese orden de ideas, se considera que el arroz refrigerado engorda menos y los conocedores del tema dan la explicación a ello: “La clave es el tipo de almidón que consumimos. Hay dos clases: el digerible, que se procesa rápidamente en el estómago, se transforma en glucosa y acaba convirtiéndose en grasa, y el resistente, que tarda más en digerirse, no se convierte del todo en glucosa y aporta menos calorías”.

Arroz
BRUNSWICK, ME - JANUARY 21: A mixture of par-cooked basmati rice, yogurt and saffron with oil in a no-stick pan to crisp the rice. (Staff photo by Ben McCanna/Portland Press Herald via Getty Images) | Foto: Portland Press Herald via Getty

Respecto al aceite de coco, se prevé que interactúa con el almidón que tiene el cereal, por lo que trasforma su estructura. Así, la refrigeración cambia el almidón y el arroz sería “más sano”, aunque se deba volver a calentar.

¿Cuánto arroz es bueno comer al día?

Tras los resultados, los científicos invitan a consumir granos integrales, pues aseguran que consumir 50 gramos de arroz integral reduciría el riesgo en 16 %, ya que una porción de este tipo contiene 10 % de la proteína diaria que se recomienda y 14 % de la fibra. Además, el arroz integral contiene cantidades saludables de magnesio, selenio, fósforo, niacina, vitamina B6 y tiamina.

Arroz Integral
Se caracteriza por no tener ningún proceso de refinación. Foto: Getty Images. | Foto: Getty Images/iStockphoto

En una publicación de la revista Glamour, de España, la nutricionista María Victoria Ramírez, asegura que “en una dieta equilibrada se puede comer pasta y arroz dos a tres veces por semana. La cantidad indicada de cada ración son 150 gramos, de pasta o arroz ya cocidos”.

Según las Guías Alimentarias del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la cantidad de cereales que una persona requiere al día varía en función de sus necesidades calóricas y nutricionales y una porción de media taza de arroz integral cocido, sería favorable para cumplir con la dosis recomendada de cereales cada día.

Además de ser fuente de energía por sus carbohidratos, también contiene triptófano, un aminoácido que funciona como precursor de la serotonina, un neurotransmisor relacionado con la regulación del estado anímico, el estrés y el apetito.