Salud mental
La actriz Maribel Abello cuenta en SEMANA su dolorosa experiencia con el trastorno bipolar; “he tenido cinco hospitalizaciones”
La reconocida actriz Maribel Abello relata su experiencia con el trastorno bipolar en ‘La belleza de la locura’, un testimonio valiente sobre las huellas y retos que esta enfermedad ha dejado en su vida.
Después de la pandemia, hablar de salud mental ha comenzado a dejar de ser un tabú. Cada vez más personas se desprenden del pudor y deciden compartir su experiencia con alguna de estas enfermedades.
Una de ellas es Maribel Abello. Actriz, dramaturga y escritora, esta barranquillera fue durante más de 30 años un rostro reconocido en la televisión por producciones como En cuerpo ajeno, La sombra del deseo y La costeña y el cachaco.
Alejada desde hace varios años de la pantalla chica, Maribel llega ahora con una revelación poderosa: un testimonio valiente y emotivo sobre su larga lucha contra el trastorno bipolar, con el que fue diagnosticada en 2007. Testimonio que recoge en las páginas de La locura de la belleza (Aguilar), un libro que reúne un amoroso cruce epistolar entre la actriz y la periodista Catalina Gallo, con quien comparte el mismo diagnóstico.
De esa experiencia, conversó con esta revista.
SEMANA: ¿En qué momento decide que este cruce de cartas se convierta en un libro?
Maribel Abello: Todo empezó en 2016. Catalina hizo un libro, Mi bipolaridad y sus maremotos. Cuando supe de ese libro, vivía en Estados Unidos y una amiga me lo llevó con su dedicatoria. No lo podía creer; para ese momento, había tenido hospitalizaciones por trastorno bipolar, pero no lo aceptaba del todo. Entonces, cuando leí este libro, la llamé. Hablamos mucho. Fue una revelación que una amiga pudiera compartir mi diagnóstico y entender por lo que estaba pasando, aunque las dos tuviéramos visiones distintas: yo me había aferrado a lo espiritual, al budismo, al yoga, la medicina alternativa. Ella, a la ciencia y la medicina tradicional. Después de eso, le propuse hacer un libro. Fue la primera carta que le envié. En un comienzo me dijo no, pero luego lo vio como una oportunidad para compartir a otros nuestro testimonio y mostrar que, a pesar de lo compleja, es una enfermedad con la que puedes llevar una vida muy funcional.
SEMANA: Dice precisamente en estas páginas que su hijo fue una motivación para contarle al mundo su enfermedad...
M.A.: Mi hijo tiene hoy 23 años, pero en la época en que comienza mi proceso, solo tenía 8 y era doloroso porque no estaba segura de que él entendiera muchas de las cosas por las que yo estaba pasando. Este libro lo hice pensando en que él entendiera lo que muchas veces pasó y que, me lo ha hecho saber, fue difícil para él. Porque cuando enfrentas una enfermedad de salud mental, no solo tiene que ver contigo, sino con tu familia.
SEMANA: Cuenta además que uno de los retos más duros fue sobrellevar la medicación.
M.A.: No quería asumir pastillas, me negaba, porque las pastillas te limitan, sobre todo cuando vivía sola con mi hijo en un país que no es el tuyo. Por eso, fue que me apoyé en terapias alternativas. Cuando te enfrentas a una enfermedad, así lo primero que toca es conocerse a uno mismo, solo así llega ese momento en que uno dice ‘sí, acepto esta enfermedad, debo hacerme un tratamiento y apoyarme en mi familia’ porque sola no puedes.
SEMANA: Más allá del tema médico, ¿cómo define el trastorno bipolar?
M.A.: La defino desde mi experiencia, porque no todo el mundo la vive igual. A mí me sucedieron varios episodios cuando estaba en situaciones difíciles a nivel emocional o económico. Eran situaciones que no podía manejar, que me ponían al borde, en una encrucijada. Te genera depresión, ansiedad. Y es entonces cuando llegan los episodios maniaco-depresivos, que te pueden llevar al suicidio porque te sacan de la realidad. Entonces, al comienzo decía ‘me tomo esta droga solo por seis meses’ porque me asustaba no poder ser funcional, criar a mi hijo, manejar un carro, trabajar para poder mantenernos.
SEMANA: Hay una fecha que es un parteaguas en su historia: 2007. Ese año sufre uno de esos episodios y termina en una clínica de reposo...
M.A.: Sí, fue un episodio muy duro. Mi hijo, chiquito, me visitaba. Lo veía y pensaba que tenía que salir de esa situación por él, porque sabía que lo afectaba verme en esas condiciones. Es terrible, nunca quieres que un hijo te vea en esas situaciones. Fue en ese momento que me dieron el diagnóstico y me enteré de la enfermedad. Y todo fue muy caótico.
SEMANA: Una de las revelaciones de este libro tiene que ver con la motivación detrás de haber dejado su carrera actoral de más de 30 años...
M.A.: Fue una decisión de la que no me arrepiento, a pesar del costo que ha tenido para mí. En uno de los mejores momentos de mi carrera, decidí hacerme a un lado, irme de Bogotá, de mi vida en el medio artístico y procurarle a mi hijo un mejor ambiente para criarlo en Barranquilla, con sus abuelos, sus primos, porque me la pasaba viajando y lo dejaba solo con una empleada y no me sentía a gusto con eso. Me puse en el último lugar para darle prioridad a mi hijo y creo que solo con este libro pude hacer el duelo de haber dejado mi carrera en la actuación. Dejé a un lado mi carrera profesional y eso no fue fácil. Pero es que yo fui madre a los 36, ya tenía una carrera, había rumbeado, vivido. Entendí que tener un hijo ya era una responsabilidad mayor. Me instalé en Barranquilla y me fui a dirigir la Cinemateca del Caribe. Pero, justo después de eso, tuve mi primer episodio maniaco-depresivo y llegó la hospitalización en Barranquilla durante una semana. Pero le di la vuelta a esa realidad. Lo tomé como un campo de verano emocional.
SEMANA: Y después de eso ha tenido más hospitalizaciones...
M.A.: Sí, todos episodios difíciles y que requirieron de un largo recetario de medicamentos. Yo sabía que eran necesarios, pero siempre me ha paralizado la idea de depender de ellos. Lo que puedo decir es que esas experiencias me permitieron conocer a otros pacientes con enfermedades incluso más complejas, como la esquizofrenia. Y aprendí a ver a los seres humanos que había tras ellos. La belleza de su humanidad, precisamente la belleza de la locura, como se llama este libro.
SEMANA: Además del yoga, ¿qué otras alternativas ha explorado en medio de este proceso?
M.A.: Hago yoga, meditación, y leo mucho. Leo a Deepak Chopra, Caroline Myss, Santiago Rojas. He pasado por la regresión, la astrología, la reflexología, la acupuntura. Ha sido un viaje largo porque con el tiempo, con una enfermedad como el trastorno bipolar, entiendes que el camino es aprender a vivir con ella lo más estable posible porque no tiene cura. Nunca será fácil porque, de todas maneras, las enfermedades de salud mental siguen siendo un tabú y representando un estigma. Justamente, este libro buscar mostrar la realidad de cómo se vive con una enfermedad de estas en Colombia.
SEMANA: En medio de la complejidad del trastorno bipolar, llega también el cáncer de seno. ¿Cómo logró lidiar con todo eso?
SEMANA: El cáncer es una enfermedad que, lo quieras o no, te lleva a pensar en la muerte. Pero como ya había hecho un camino al ser diagnosticada con trastorno bipolar, quise hacer también un camino espiritual. Hoy, cuando pienso en el cáncer o en los episodios más graves del trastorno bipolar, alojo esos recuerdos en la parte posterior del mi cerebro. No dejo que eso me defina, determine lo que soy o lo que valgo como persona.