Vehículos
¿Por qué no se debe echar gasolina con el carro encendido? Cinco cosas graves que le pueden pasar si sigue haciéndolo de esa forma
Son varios los riesgos que, incluso, comprometen la vida del conductor.

El abastecimiento de combustible es una actividad cotidiana que forma parte del mantenimiento de un vehículo. Sin embargo, existe una norma fundamental que muchos conductores ignoran o subestiman: nunca se debe abastecer combustible con el motor del carro encendido.
Esta recomendación, que puede parecer trivial para algunos, responde a riesgos serios que pueden poner en peligro tanto a las personas que están dentro del carro, como al entorno donde se decide tanquear el vehículo.
Peligros de tanquear con el carro prendido
Incendio y explosión
El principal motivo para apagar el motor durante el abastecimiento de combustible es prevenir incendios y explosiones. El motor en funcionamiento genera calor y, en algunos casos, chispas eléctricas, especialmente en vehículos con sistemas eléctricos defectuosos o desgastados.
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Cuando se suministra combustible, se liberan vapores de gasolina, que son altamente inflamables. Estos pueden entrar en contacto con una fuente de ignición, como el calor del motor o una chispa, y provocar un incendio instantáneo.
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Además, en las estaciones de servicio se manipulan grandes cantidades de combustible, lo que aumenta significativamente el riesgo. Un solo error o una chispa puede desencadenar un evento catastrófico, no solo para el vehículo en cuestión, sino también para las instalaciones y las personas cercanas.
Averías al sistema de combustible
Otro riesgo asociado a mantener el motor encendido durante el repostaje es el daño potencial al sistema de combustible. Los motores modernos suelen estar equipados con sistemas de inyección electrónica que regulan la presión de este y si el motor está en marcha, el sistema puede recibir información errónea debido al flujo constante del líquido, lo que podría dañar componentes clave como los inyectores o la bomba de combustible.
Además, el flujo continuo de combustible mientras el motor funciona puede causar variaciones de presión en el sistema, lo que podría provocar fugas, las cuales representan un peligro adicional, ya quela gasolina derramada puede entrar en contacto con partes calientes del motor y causar un incendio.

Interferencia en el sistema eléctrico
El sistema eléctrico de un vehículo en funcionamiento también representa un riesgo durante el abastecimiento de combustible. La batería y el alternador generan corrientes eléctricas que pueden producir chispas en caso de un mal contacto o un cortocircuito. Aunque los vehículos están diseñados para minimizar estos riesgos, el desgaste de los componentes eléctricos o una instalación defectuosa pueden aumentar la probabilidad de un accidente.
Por otra parte, los dispositivos electrónicos que suelen utilizarse dentro de los vehículos, como cargadores de teléfonos móviles o sistemas de navegación, pueden aumentar la carga eléctrica y, por ende, la posibilidad de generar una chispa. Este riesgo es especialmente relevante cuando se manipulan líquidos inflamables.
Problemas para la salud
Repostar combustible con el motor encendido también tiene implicaciones para la salud de los ocupantes del vehículo. Los vapores de la gasolina contienen compuestos químicos como benceno, tolueno y xileno, que son tóxicos para el ser humano. Cuando el motor está en funcionamiento, el sistema de ventilación del vehículo puede aspirar estos vapores y distribuirlos dentro del habitáculo, exponiendo a los ocupantes a sustancias peligrosas.
La exposición prolongada a estos gases puede causar dolores de cabeza, mareos y, en casos graves, problemas respiratorios. Además, si hay niños o personas con condiciones de salud preexistentes en el vehículo, el riesgo es aún mayor.
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Incumplimiento de normativas de seguridad
Muchas jurisdicciones tienen normativas específicas que exigen apagar el motor del vehículo durante el repostaje. Ignorar esta regla no solo pone en peligro la seguridad personal, sino que también puede resultar en multas o sanciones. Las estaciones de servicio suelen colocar letreros claros que indican esta obligación, y su incumplimiento puede ser interpretado como negligencia por parte del conductor.
Además, en caso de un accidente provocado por no apagar el motor, las compañías de seguros podrían negarse a cubrir los daños, argumentando que el conductor actuó de manera imprudente. Esto puede generar costos económicos significativos, además de las posibles responsabilidades legales.