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¿Las motos se comportan diferente en el frío? Estos son los cambios que puede experimentar en lugares con bajas temperaturas
El combustible, el aire, el aceite y hasta los neumáticos se comportan diferentes en clima frío o en lugares donde el invierno es permanente.


Cuando las temperaturas bajan, muchos motociclistas notan que su moto pierde fuerza, responde más lento al acelerador o incluso presenta dificultades para arrancar.
Este fenómeno no es casual ni exclusivo de un modelo específico: las bajas temperaturas afectan directamente el rendimiento del motor y otros componentes críticos del sistema de combustión.
Aunque algunas soluciones requieren ajustes mecánicos, muchas pueden prevenirse con un mantenimiento adecuado, eligiendo correctamente el tipo de aceite, revisando la batería y utilizando gasolina de buena calidad.

¿Por qué el clima frío afecta el rendimiento de la moto?
Aire más denso y mezcla pobre
Uno de los factores principales es la densidad del aire. A menor temperatura, el aire se vuelve más denso, lo que significa que contiene más moléculas de oxígeno por volumen.
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Si bien esto podría parecer beneficioso, en motores carburados o mal calibrados puede generar una mezcla aire-combustible más pobre, es decir, con exceso de aire y falta de gasolina.
Esto provoca combustiones incompletas, lo que se traduce en pérdida de potencia, tirones y fallos al acelerar. Los motores con inyección electrónica suelen corregir este problema automáticamente, pero los carburados requieren ajustes manuales del tornillo de mezcla o incluso cambiar el chiclé para climas fríos.
Mayor viscosidad del aceite
Las bajas temperaturas también afectan la viscosidad del aceite del motor. El aceite se vuelve más espeso, lo que dificulta la lubricación interna, aumenta la fricción y hace que el motor trabaje con mayor esfuerzo, sobre todo durante los primeros minutos tras el arranque.

Esta resistencia adicional repercute directamente en una menor entrega de potencia y un mayor desgaste si no se deja calentar el motor adecuadamente.
Según Motul, utilizar un aceite con viscosidad adecuada para climas fríos, puede ayudar a mitigar este problema.
Batería debilitada y chispa deficiente
Las baterías también sufren con el frío. A temperaturas bajas, la capacidad de carga disminuye, lo que afecta el rendimiento del sistema eléctrico. Una chispa débil o intermitente en la bujía puede dificultar el encendido del motor y provocar combustiones ineficientes.
Una chispa poco efectiva se traduce en pérdida de potencia, dificultad para mantener el ralentí y fallos al acelerar. Revisar el estado de la batería y de las bujías es esencial, al igual que mantener los contactos eléctricos limpios y secos.
Combustible menos volátil
El frío también afecta al combustible. A menor temperatura, la gasolina se vuelve menos volátil, lo que dificulta su vaporización en el cilindro. Esta menor vaporización complica el encendido de la mezcla y genera pérdida de potencia, sobre todo en motores que dependen de carburadores.
En climas fríos se recomienda utilizar gasolina de buena calidad, y si es posible, con aditivos que mejoren su comportamiento en temperaturas bajas. Además, mantener limpio el filtro de aire y el carburador puede ayudar a evitar obstrucciones que agraven el problema.

Neumáticos fríos y menor tracción
Aunque no afecta directamente al motor, los neumáticos fríos pierden flexibilidad y agarre, lo que puede hacer que el piloto acelere con menor intensidad por precaución. Esto también da la impresión de que la moto está perdiendo fuerza, cuando en realidad es una limitación de tracción por el caucho endurecido.
Mantener la presión de los neumáticos correcta y revisar su desgaste es clave, ya que el frío reduce la presión y la superficie de contacto con el asfalto.