Carga eléctrica en conjuntos residenciales, uno de los principales miedos a la hora de comprar un carro eléctrico, ¿por qué?

Aunque el auge por los carros eléctricos ha crecido en Colombia, durante los últimos años, de una forma sostenida, aún siguen existiendo algunas reservas por parte de interesados que no terminar de estar totalmente convencidos de cambiarse a esta nueva tecnología.

Aunque hay algunas dudas sobre el comportamiento propio del vehículo eléctrico, también existen temores acerca de las reglas y la capacidad que tienen las viviendas y los conjuntos residenciales donde se desea instalar el servicio para carga.

SEMANA habló con Nelson David Padilla, fundador y CEO de Mubon, plataforma dedicada a resolver problemas relacionados con la infraestructura eléctrica de carga para vehículos eléctricos.

Padilla, en medio de su experiencia, explicó, desde el punto de vista de infraestructura, cuáles son los temores e inconvenientes más comunes a los que se enfrenta una persona que opta por esta tecnología.

“El principal es: yo compro un carro eléctrico y dónde lo voy a cargar, entonces está ese miedo que no haya una infraestructura de carga desarrollada como hoy en día están las estaciones de gasolina”, expresó el experto, quien señaló que la posibilidad de encontrar electrolineras es muy escasa a la hora de emprender un viaje largo pro carretera.

Otro de los inconvenientes que se pueden convertir un dolor de cabeza es al que se enfrentan algunos propietarios de este tipo de vehículos cuando intentan instalar estaciones de carga en sus casas o en sus conjuntos residenciales.

Allí, Padilla asegura que por desconocimiento o por temas de infraestructura, muchas veces los conjuntos no permiten que se cargue el vehículo, ya sea porque se piensa que el consumo se va a incrementar de forma drástica o porque técnicamente es imposible sustentar esta demanda de energía.

“El otro miedo es uno más avanzado y es donde, bueno, ya me decidí a comprar un carro eléctrico, entonces empiezo a investigar y me doy cuenta de que, a veces, las instalaciones en mi casa o en el conjunto residencial pueden ser complicadas porque la administración no lo permite y no lo hace porque los transformadores de los conjuntos son limitados”, indicó el experto.

En este punto agregó que, además de esto, puede que los tableros de la subestación estén demasiado lejos al lugar donde se busca instalar el punto de carga, lo cual multiplica el valor de una instalación.

“Entre más lejos, más costosos y pues al final una instalación de un punto de carga es cobre y pues es cable que es lo más costoso, entonces, en promedio, una instalación de 20 metros puede estar alrededor de los 4 millones”, explicó Padilla, quien considera que este precio puede variar según la ciudad donde se desee hacer la instalación.

Ahora bien, este costo puede variar si u grupo de residentes de un mismo conjunto quieren instalar el servicio, pues se podría dividir el valor en el total de interesados y sacar varios cargadores desde un mismo punto, lo cual sería más económico, solución por la que han optado en algunas zonas residenciales para poder contar con el servicio.

En cuanto a la responsabilidad de los conjuntos residenciales para facilitar el tránsito a la movilidad eléctrica, Padilla es claro en señalar que hay normativas existentes en las que estas nuevas unidades de vivienda están obligadas a destinar espacios exclusivos para instalar estaciones de carga para vehículos eléctricos

“Hay una ley que dice que a partir de los del 2019 las nuevas construcciones ya tiene que, así como existen los espacios para personas con discapacidad, destinar el 2 % para vehículos eléctricos, aunque bueno, la regulación dice que es más para puntos de espacios públicos es decir, centros comerciales oficinas; sigue habiendo un vacío para conjuntos”, explicó, señalando que las nuevas edificaciones deben contemplar estos espacios y deberán estar planificados para quedar cerca a los tableros y de los transformadores de los conjuntos, evitando tener que hacer instalaciones en puntos lejanos.