Turismo
La isla centroamericana que se transformó en un increíble destino turístico y dejó atrás su pasado de temida cárcel
Este lugar, que se convirtió en un paraíso imperdible, cuenta con una extensión de 472 hectáreas.
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A lo largo de la historia, muchas regiones del mundo han sido escenarios de sufrimiento, conflicto y represión. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos de estos lugares han logrado reinventarse, convirtiéndose en atractivos turísticos donde la memoria histórica y la belleza natural se entrelazan.
Desde antiguas cárceles hasta campos de batalla, estos destinos han dejado atrás su oscuro pasado para recibir a viajeros de todas partes del mundo y ofrecer una combinación perfecta entre aventura, historia y reflexión.
Uno de esos lugares es la Isla San Lucas, ubicada en el golfo de Nicoya, Costa Rica, cuya extensión es de 472 hectáreas, con una altura que oscila entre 0 y 220 metros sobre el nivel del mar, localizada en la zona de vida bosque tropical seco.
Según el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), la historia de este lugar es fascinante y a la vez un poco intimidante para muchos, pues se remonta al año 1873, cuando el Gobierno de la República de Costa Rica dispuso la creación de un centro penitenciario, en el cual alcanzaron a estar más de 200 prisioneros para 1990.
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A partir de esta época, “la flora autóctona de la isla fue alterada fuertemente como producto de las actividades humanas, como el raleo de los bosques y la ganadería a pequeña escala”, señala la misma fuente, todo esto con el objetivo de suplir las necesidades de alimentación de la población carcelaria que allí se encontraba.
Adicionalmente, la administración del centro penitenciario utilizaba la isla para el pastoreo de un hato de 150 cabezas de ganado vacuno y aproximadamente 10 caballos.
Con esta dinámica, durante más de un siglo, la Isla San Lucas albergó una de las cárceles más temidas del país, donde se vivieron innumerables relatos de sufrimiento y supervivencia. Sin embargo, en el año 1991, el centro penitenciario fue clausurado por la falta de recursos económicos y problemas de administración.
Posteriormente, la Municipalidad de Puntarenas puso sobre la mesa la propuesta para desarrollar un proyecto turístico en la isla, pero debido a su importancia ecológica, en 2001 mediante el Decreto 29277-MINAE, fue declarada Refugio Nacional de Vida Silvestre, formando parte del Área de Conservación Pacífico Central.
Ya en setiembre de 2020 y después de muchos años de trabajo, se creó el Parque Nacional Isla San Lucas, una diseñada para el disfrute turístico sostenible en las áreas específicas, ofreciendo a los visitantes una experiencia única entre historia y biodiversidad.
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Entre sus principales atractivos se encuentran:
- Los restos de la prisión: se pueden recorrer las antiguas celdas, los pasillos oscuros y los muros de piedra donde los reclusos dejaron grabados mensajes y dibujos como testimonio de su paso por este lugar.
- Senderos y biodiversidad: gracias a su gran variedad de flora y fauna, los visitantes pueden encontrar desde monos hasta venados, iguanas y aves exóticas.
- Playas y actividades ecoturísticas: con aguas tranquilas y paisajes paradisíacos, la Isla San Lucas permite disfrutar de caminatas, kayak y observación de vida silvestre.
Con esta interesante y variada oferta, este lugar ha pasado de ser un símbolo de castigo y aislamiento a un destino de aprendizaje, reflexión y aventura a través de su particular historia.