Turismo
Guía práctica para empacar la maleta en una escapada de fin de semana; no tiene pierde
Es clave elegir la combinación adecuada de ropa y accesorios para tener un viaje sin complicaciones.

Los fines de semana son una buena alternativa para quienes quieren desconectarse por un tiempo corto de las cosas cotidianas y del estrés que generan tanto el trabajo, como otras actividades realizadas durante los días anteriores.
Escaparse un par de días es una buena oportunidad para recargar energías en un entorno diferente. Cambiar de ambiente, aunque sea por poco tiempo, permite experimentar nuevas sensaciones, disfrutar de la naturaleza o la ciudad sin presiones, y fortalecer vínculos con amigos o familiares.
Además, para muchos, esas pequeñas escapadas ofrecen una sensación de libertad que revitaliza el estado de ánimo y mejora el bienestar general e incluso las relaciones interpersonales.

Para sacar el mejor provecho de ese corto tiempo de descanso y no enredarse con mucho equipaje llevando lo que tal vez no se requiere, es posible aplicar una guía que es muy práctica y sencilla y que ayuda a llevar solo lo justo en la maleta.
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Lo primero es que la ropa que se lleve puesta el día del viaje debe combinar o ser complemento de cosas que van en la maleta. Por ejemplo, se deben elegir colores que estén en sintonía con las prendas del equipaje, para ampliar las posibilidades de vestuario durante los días de descanso.
Otro aspecto a tener en cuenta es crear un tema cromático. Los expertos aseguran que una fórmula infalible es limitar las prendas de la maleta a uno o dos colores neutros intensos, como el negro, el azul marino, el marrón o el caqui, más el blanco. Sin embargo, quienes deseen más color pueden añadir un tono brillante a la mezcla. Esta estrategia genera un vestuario más versátil que facilita la empacada.

En este proceso es clave elegir prendas que sirvan para usar en el día y en la noche. Los trajes de una pieza contemporáneos y los vestidos a media pierna y largos funcionan igual de bien, por lo que son una opción que no debe faltar y que no ocupa mucho espacio.
Elegir accesorios que puedan usarse varias veces también es clave. Es tentador meter en el equipaje de mano muchas cosas que complementen el vestuario, pero lo más seguro es que no se requieran todas. Por ejemplo, una recomendación es elegir un bolso cruzado que sirva tanto para la playa como para hacer turismo y añadir aretes que se ajusten a los diferentes momentos, dependiendo de las características del viaje.
En cuanto al calzado, este debe ser versátil, cómodo y con colores que combinen bien con el vestuario que se lleva con el fin de evitar empacar varios pares, pues son de los elementos que más espacio ocupan.
Por último, reducir el kit de maquillaje es un punto más a tener en cuenta, así como los artículos de aseo personal. De cada cosa se debe llevar estrictamente lo necesario. Los artículos de aseo deben estar empacados en envases pequeños y más si se viaja en avión donde no se permiten frascos de más de 100 mililitros. Esto, además de ahorrar espacio y peso, puede evitar complicaciones a la hora de subirse a la aeronave.