Turismo
El nombre de este pueblo boyacense significa ‘salida de sol’, un destino famoso por sus montañas y lagunas
Este destino se encuentra ubicado a menos de dos horas de Tunja, capital del departamento.

Visitar Boyacá puede convertirse en una experiencia enriquecedora tanto por su valor histórico como por su belleza natural y cultural, que llama la atención de propios y extraños que encuentran en esta región un destino tranquilo y acogedor en el que la diversidad de planes para realizar es amplia.
En su oferta natural se encuentra, por ejemplo, el Lago de Tota, el más grande de Colombia, que ofrece playas de arena blanca; sumado a páramos como el de Ocetá o Pisba, que son ecosistemas únicos, perfectos para senderismo y avistamiento de fauna, sin dejar de lado una buena cantidad de cascadas y montañas, ideales para conocer.
Es un departamento con una gran riqueza histórica dado que tiene muchos lugares que fueron clave en la independencia de Colombia, además de pueblos con encanto como Villa de Leyva, Ráquira, Monguí, Tibasosa e Iza, solo por mencionar algunos porque la lista es larga.
Dentro de las muchas opciones para conocer en lo que a pueblos se refiere está Mongua, que en lengua chibcha significa ‘salida del sol’. Datos del Sistema de Información Turística de Boyacá indican que durante el siglo XVII este lugar fue un resguardo indígena, y durante la época colonial volvieron a ser perseguidos por los españoles hasta ser expulsados.
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Mongua es un territorio tranquilo, rodeado de montañas, en donde es posible apreciar bellos paisajes y respirar aire puro.
De acuerdo con Situr, en sus alrededores se destacan las cuchillas Nuevo Mundo, Periquila y Novaca, el río Cravo, y las lagunas La Estrella, Negra, Candelaria, Guevara y Hato, lo cual convierte el municipio en un lindo lugar que destaca por su biodiversidad.
Esta población boyacense destaca por herencia ancestral dejada por los Muiscas, lo que la ha convertido en uno de los destinos predilectos para aquellos estudiosos de las culturas precolombinas.
Como testimonio de esto se encuentran varios vestigios indígenas recopilados en el museo arqueológico del municipio y en el sitio conocido como Las Piedras de Santo Domingo, el cual cuenta con dibujos rupestres significativos; entre ellos, la representación de la caza de un venado.

Quienes deciden ir hasta este destino, que está ubicado a menos de dos horas de Tunja, capital del departamento, pueden visitar otros lugares como la iglesia de San Jerónimo, construida en piedra gracias al padre José Lisandro Cely, en 1942.
De igual forma, para los aventureros está el Morro de Use, que brinda un lindo panorama de encantos y paisajes naturales. Información de la Alcaldía indica que desde allí se divisan las llanuras orientales, la Sierra Nevada del Cocuy y los valles del Tundama y Sogamoso. Es uno de los cerros más altos del municipio, a aproximadamente unos 4.000 metros de altura. También está la Reserva Forestal de la Cuenca del Río Cravo Sur.
La gastronomía de este pueblo boyacense es otro de los imperdibles, pues refleja las tradiciones de la región, con platos típicos que deleitan a quienes lo visitan. Entre su principal oferta se encuentra el cocido boyacense, así como las arepas de maíz, envueltos de mazorca y el inigualable sabor del queso de cabra, que es un producto tradicional del lugar.