Turismo
El nombre de este municipio boyacense significa ‘aire del lago’, una joya natural rodeada de cascadas y verdes paisajes
Este destino está ubicado a media hora de Tunja.

Viajar por Boyacá y visitar sus pueblos es uno de los planes que todos los amantes de la naturaleza, la tranquilidad, los lindos paisajes y la rica gastronomía debería contemplar.
Este es un territorio acogedor dividido en 13 provincias en las que se encuentran 123 municipios, siendo el segundo departamento con mayor número de estos entes territoriales, después de Antioquia.
Una de ellas es la provincia de Márquez, que alberga 10 municipios, dentro de los que se encuentra Viracachá, un territorio especial en el que los viajeros tienen la posibilidad de disfrutar de diferentes tipos de climas, gracias a las distintas zonas geográficas.
Viracachá tiene áreas de páramo en las cuales la comunidad se enfoca en la producción de ganado, y cultivos de papa, y en la zona centro del municipio de clima frío-templado, además de papa, producen tomate de árbol y zanahoria. En la parte de clima templado-cálido cultivan leguminosas y árboles frutales.

¿Qué se puede visitar en este pueblo boyacense?
Uno de los atractivos, según el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr) es la piedra respondona, una roca que, según su historia, estaba encantada y le respondía con eco a los habitantes del sector.
También está la Cruz del Castigo, la cual es símbolo de sumisión del indígena a los conquistadores españoles, así como la Fuente de Toscano, y los baños de Ruma, una cascada natural de 10 metros de altura formada por las aguas de la quebrada que lleva el mismo nombre, la cual se encuentra rodeada por vegetación nativa.
Para los amantes de la naturaleza, otra opción es el Chorro de la Vieja, un afluente formado por las quebradas Honda y Chuscal. A esta se suma la Cueva de los Murciélagos, la cual está hecha de grava y piedra, su puerta principal está tallada en roca viva y tiene cerca de dos metros de altura. De acuerdo con los datos de Situr, muchas personas guardaban sus tesoros allí y era utilizada como escondite de los campesinos que no querían ir a la guerra.
Otra alternativa para conocer en este destino boyacense es la columna de Los Indios, que son dos piedras cilíndricas, rodeadas de vegetación y pasto nativo, con dimensiones de 3.81 metros y de 9.20 metros, respectivamente. Su denominación evoca en los antiguos pobladores indígenas muiscas.

Gastronomía
Además de sus atractivos naturales está la gastronomía que resulta imperdible para los viajeros que llegan a este destino que les ofrece una temperatura promedio de 15 grados centígrados.
Uno de los platos más autóctonos dentro del municipio son las famosas “Mazorcas de agua” o “jutes”, reconocidas por tener un olor muy particular que, se dice, no hace honor a su gran sabor.
Allí también es posible deleitar el paladar con el cuchuco de espinazo, el delicioso ajiaco, la cuajada con melado, los envueltos de mazorca y las almojábanas.