Tecnología

Una historia que no fue escrita por humanos: el filme que desafía la creación artística

Sin cámaras ni actores, una pieza generada por IA cuestiona las nociones clásicas de narrativa y originalidad.

9 de julio de 2025, 2:53 a. m.
Inspirado en Borges, un cortometraje concebido por máquinas explora el infinito visual y los límites de la imaginación.
El arte creado por algoritmos ya no es curiosidad técnica: es fenómeno cultural con profundas implicaciones creativas. | Foto: Jacob Adler

Una familia ficticia observa televisores que emiten imágenes sin sentido. Luego, un edificio flotante se mueve entre explosiones, y una mujer acaricia un gato gigantesco junto a un piano que parece venir de otra dimensión. Así arranca Total Pixel Space, el cortometraje de Jacob Adler que obtuvo el máximo galardón en el Festival Internacional de Cine de Inteligencia Artificial (AIFF) realizado en junio en el Lincoln Center de Nueva York.

Total Pixel Space

Inspirado en La biblioteca de Babel de Jorge Luis Borges, Adler traslada el principio de combinatoria literaria al campo visual. En lugar de libros infinitos, presenta un universo de imágenes latentes, suspendidas en el tiempo. “Negar esto”, afirma la narración sintetizada, “sería negar la existencia de los números mismos”.

Visualidad infinita: cuando el arte se mide en cifras

El cortometraje se sumerge en la magnitud abrumadora del universo visual digital. Según explica la voz narradora, una imagen digital de resolución modesta y profundidad de color RGB de 24 bits puede producir un número finito, aunque incalculable, de combinaciones visuales.

“Cada combinación posible de estos números se mapea exactamente a una imagen única”, señala el corto, estimando que, para una resolución de 1.024 píxeles cuadrados, el total de imágenes posibles es “un siete seguido de más de 7,5 millones de dígitos, más que un Google, pero menos que un Googleplex”.

Una película generada con IA, sin estudios ni equipos humanos, se impone como experimento visual provocador.
Una historia sin estructura tradicional, hecha de imágenes imposibles, fue premiada como visión del cine del futuro. | Foto: Jacob Adler

Adler no recurre a cámaras, sino a una orquesta de programas de inteligencia artificial: Midjourney para generar imágenes, Runway para animarlas y ElevenLabs para sintetizar la voz. El guion, sin embargo, fue escrito por él mismo.

Su elección estilística elude el brillo técnico: las imágenes son borrosas, inestables, como sueños prestados. Como señala el crítico Ben Davis en Artnet, la obra “utiliza los fallos y el carácter inquietante de las imágenes generadas por inteligencia artificial como algo con lo que pensar y no contra lo que pensar”.

El festival que redefine el arte con IA

Lo que inició como un experimento excéntrico se ha convertido en un fenómeno cultural. El AIFF, impulsado por Runway (una compañía pionera en creación audiovisual con IA valorada en más de 3.000 millones de dólares) recibió 6.000 postulaciones este año, un salto monumental desde las 300 del primer evento. En el jurado figuraron directores de renombre como Harmony Korine y Gaspar Noé.

Total Pixel Space es una meditación sobre la imaginación contemporánea en tiempos de inteligencia artificial.
Una obra sin intervención directa humana ganó el máximo galardón en un festival que redefine el concepto de cine. | Foto: Wyatte Grantham-Philips/AP/picture alliance

“Este podría ser el cambio tecnológico más importante que cualquiera de nosotros haya visto en su vida”, afirmó Cristóbal Valenzuela, CEO de Runway, a Deadline.

En su discurso inaugural, comparó el momento actual con el nacimiento de la fotografía: “La gente no tenía palabras para describirla. Usaron la idea de un espejo con memoria... Creo que eso se acerca bastante a donde nos encontramos ahora mismo”.

Pese al entusiasmo, no han faltado las voces críticas. La Alianza Internacional de Empleados de Escenarios Teatrales (IATSE) ha advertido que la IA no debe usarse para “socavar los derechos o medios de vida de los trabajadores”. Si bien muchos defienden su capacidad para democratizar la creación, otros temen que se convierta en una maquinaria de automatización cultural.

El arte como reflejo y frontera

Más allá de sus logros técnicos, Total Pixel Space abre un debate profundo sobre los límites de la creatividad en la era algorítmica. En su estética onírica y fragmentaria, el film parece cuestionar si estamos viendo lo nuevo o simplemente una reconfiguración de lo conocido.

Davis advierte que, tras varias visualizaciones, el espectador empieza a notar patrones repetitivos en las imágenes, que remiten a un imaginario cultural ya establecido. Gatos, paisajes rocosos, cielos tormentosos: elementos familiares que revelan cómo la IA tiende a replicar lo que ya fue alimentado en su entrenamiento.

En esa tensión entre innovación y repetición, entre posibilidad matemática y cultura acumulada, radica el verdadero dilema del film. ¿Puede una inteligencia artificial crear lo inesperado o está condenada a permutar infinitamente sobre lo que ya sabemos?

Adler no ofrece respuestas. Su obra no es un manifiesto tecnológico, sino una interrogación poética sobre el presente. En un momento donde los algoritmos buscan ofrecer certezas, Total Pixel Space se atreve a mantener la ambigüedad. Y tal vez, como Borges con su biblioteca infinita, eso sea lo más humano que una máquina (o su creador) puede hacer.

*Con información de DW.