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Si su nevera tiene malos olores, este es el error más común que podría estar cometiendo sin darse cuenta

El real inconveniente podría deberse a una falla en la limpieza que suele repetirse con mayor frecuencia de lo que muchos imaginan.

26 de septiembre de 2025, 6:44 p. m.
La verdadera causa puede estar relacionada con un error de limpieza que se comete con más frecuencia de lo que se piensa.
La verdadera causa puede estar relacionada con un error de limpieza que se comete con más frecuencia de lo que se piensa. | Foto: Getty Images

Uno de los electrodomésticos más importantes en los hogares es la nevera, debido a su funcionalidad para conservar los alimentos frescos. Por ello, mantener este aparato en óptimas condiciones no solo es una cuestión de orden y estética, sino también de salud.

Cuando algo no anda bien, una señal evidente son los malos olores en este electrodoméstico, y aunque muchas personas recurren a trucos caseros de limpieza para eliminarlos, la verdadera causa del problema puede estar relacionada con un error de limpieza que se comete con más frecuencia de lo que se piensa.

La nevera es uno de los objeto más propensos a sufrir de rayones.
La nevera es uno de los objeto más propensos a sufrir de rayones. | Foto: Getty Images

De acuerdo con el sitio web Grupo Brandt, la nevera cumple un papel esencial y es garantizar que los alimentos se conserven “frescos y seguros para el consumo”. Sin embargo, cuando en su interior se acumulan restos de comida, líquidos derramados o exceso de humedad, se convierte en el “ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y moho”.

En ese contexto, es importante realizar limpiezas periódicas para no solo prevenir estos inconvenientes de higiene, sino también optimizar el rendimiento del electrodoméstico y contribuir a que funcione de manera eficiente por más tiempo.

Según recomendaciones de Haceb, la frecuencia con la que se debe limpiar la nevera está directamente relacionada con el tipo de alimentos que se almacenan. Cuando se guardan carnes crudas, huevos u otros productos de conservación prolongada, lo adecuado es realizar una limpieza mensual.

En el caso de frutas y verduras, que requieren mayor control, lo más aconsejable es higienizar el electrodoméstico cada quince días. Sin embargo, si se trata de alimentos altamente perecederos, como lácteos frescos o quesos, la limpieza debe hacerse semanalmente para asegurar condiciones óptimas de higiene y proteger la salud de quienes los consumen.

Un compartimento específico de la nevera, habitualmente olvidado, podría afectar la inocuidad de la comida.
En una limpieza no debe pasar por alto la limpieza de las juntas de las puertas, que suelen acumular suciedad y moho. | Foto: Getty Images

¿Cómo limpiar la nevera?

Antes de iniciar cualquier rutina de limpieza con la nevera, lo primero es vaciarla por completo. Esto implica retirar todos los alimentos, bebidas y recipientes, lo cual brinda la oportunidad de revisar el estado de cada producto y desechar aquellos que ya estén vencidos o en mal estado.

Una vez que el electrodoméstico está vacío, el siguiente paso esencial es desconectarlo de la corriente eléctrica. De esta forma garantiza una limpieza más segura y profunda, sin riesgo de accidentes, y al mismo tiempo se evita el gasto innecesario de energía mientras la puerta permanece abierta durante el proceso.

Para continuar con la limpieza, expertos recomiendan utilizar una mezcla de agua tibia con bicarbonato de sodio, una fórmula eficaz para eliminar manchas y neutralizar olores sin recurrir a químicos agresivos.

Con la ayuda de un paño o una esponja suave, se deben limpiar cuidadosamente las paredes, la base y las puertas internas. Las piezas extraíbles, por su parte, pueden lavarse con la misma solución o con agua y jabón neutro, asegurándose de enjuagarlas y secarlas bien antes de colocarlas nuevamente.

Finalmente, no debe pasar por alto la limpieza de las juntas de las puertas, que suelen acumular suciedad y moho, ni la parte exterior del electrodoméstico, donde un producto adecuado permitirá mantener la superficie libre de manchas y con un acabado impecable.