Tecnología
Si su celular muestra estas señales, preste atención porque le indicarían que necesita un cambio urgente
Los usuarios no se suelen percatar que dispositivos con estas señales claras de deterioro podrían comprometer su seguridad, productividad y experiencia tecnológica.


Con los avances tecnológicos, el celular se ha convertido en una herramienta indispensable para la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, como cualquier dispositivo electrónico, los teléfonos móviles tienen una vida útil limitada.
Muchos usuarios continúan utilizando sus dispositivos incluso cuando estos comienzan a mostrar señales claras de deterioro, sin saber que podrían estar comprometiendo su seguridad, productividad y experiencia tecnológica.
Por ello, es importante que los usuarios sepan detectar los síntomas que podrían indicar un teléfono en declive, y así ayudar en la toma de decisiones oportunas, con el objetivo de evitar dolores de cabeza innecesarios.

Antes del listado de señales que advierten el cambio de estos dispositivos, también es importante tener en cuenta la frecuencia con la que se debería cambiar de celular, según la experta en tecnología Stephanie Humphries, en diálogo con CBS New York.
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De acuerdo con la experta en el tema, aunque varía según el tipo de uso que se le dé, en promedio, la vida útil de un dispositivo suele estar entre tres y cinco años. Sin embargo, si el teléfono aún recibe actualizaciones del sistema y parches de seguridad, es posible extender su funcionamiento hasta seis o incluso siete años.
¿Cuáles son las señales que indicarían un cambio urgente de celular?
Según el medio adn40, una de las señales más claras de que el celular está llegando al final de su vida útil es la pérdida constante de batería. Si después de una carga completa el dispositivo no logra mantenerse encendido durante toda la jornada y necesita estar conectado varias veces al día, es probable que la batería haya agotado su capacidad.
Las baterías de iones de litio, presentes en la mayoría de teléfonos, cuentan con un número limitado de ciclos de carga, y cuando su rendimiento cae de forma irreversible, no hay solución fácil. Si el cargador se ha vuelto indispensable, puede que haya llegado el momento de pensar en un reemplazo.
Además, el bajo rendimiento también es un indicio de que el equipo está quedando atrás. Cuando tareas cotidianas como abrir una app, tomar una foto o revisar mensajes se vuelven lentas, con retrasos en la respuesta o congelamientos constantes, el problema suele ser más profundo que una simple falla temporal.
A menudo, el desgaste de los componentes y la exigencia de las aplicaciones actuales sobrepasan la capacidad del hardware. Si cerrar aplicaciones o reiniciar el sistema no mejora la situación, es señal de que el dispositivo ya no puede cumplir eficientemente su función.

Otro aspecto clave es la falta de actualizaciones del sistema operativo. Las marcas lanzan periódicamente versiones nuevas y parches de seguridad que permiten corregir errores y mantener protegido el dispositivo.
Cuando un celular deja de recibir estas mejoras, no solo se pierde acceso a funciones más modernas, sino que también aumenta el riesgo de sufrir fallas de seguridad. Sin soporte oficial, el teléfono queda desprotegido frente a amenazas digitales y se convierte en una herramienta desactualizada.
Por último, la señal definitiva que podría indicar que su celular necesita un reemplazo urgente tiene qué ver con la incapacidad de ejecutar ciertas aplicaciones. Si las apps empiezan a cerrarse solas, presentan errores o directamente ya no pueden instalarse, lo más probable es que el hardware no esté a la altura de los requisitos mínimos.
Además, problemas como una cámara de baja calidad o almacenamiento saturado también afectan la experiencia. Si tomar una foto resulta frustrante o no se pueden guardar archivos sin borrar otros, es evidente que el celular ya no responde a las necesidades básicas del día a día.