Tecnología
Si quiere evitar pagar más en la factura de energía, deje desconectado este electrodoméstico en la noche
Retirar el enchufe cuando no se va a usar, y más aún antes de dormir, disminuye la posibilidad de incidentes y ayuda a prolongar la vida útil del aparato.


Los electrodomésticos son herramientas diseñadas para simplificar las labores domésticas y optimizar el día a día. Desde los modelos tradicionales, como la lavadora, el refrigerador o el horno microondas, hasta los equipos más recientes con tecnología inteligente, todos cumplen la función de agilizar procesos, aportando comodidad y eficiencia mientras reducen el esfuerzo y el tiempo invertido.
En la búsqueda de métodos más eficientes para disminuir el gasto de electricidad, una medida simple pero de gran impacto es desconectar ciertos aparatos durante las horas de descanso, como lo es la noche. Aunque algunos creen que los dispositivos en modo de espera apenas consumen energía, la realidad es que este consumo pasivo —también llamado consumo fantasma— puede representar un aumento significativo en la factura.

El horno microondas, cuyo uso principal es calentar o descongelar alimentos en pocos minutos, puede convertirse en una fuente de gasto innecesario si permanece conectado todo el día. Este fenómeno ocurre cuando el aparato sigue absorbiendo electricidad incluso estando apagado.
Según el blog de Repsol, la energía que utiliza un microondas depende de factores como la potencia del modelo, el tiempo de uso diario y la función seleccionada —ya sea calentar, descongelar o cocinar—. Para calcularlo, se utiliza una fórmula sencilla: Consumo (kWh) = (Potencia (W) x Tiempo de uso (h)) / 1000.
Además del impacto en la factura eléctrica, el sitio web Eleconomista.com reseñó que la seguridad es un motivo clave para desconectar este electrodoméstico cuando no se utiliza. Aunque los equipos actuales suelen incorporar mecanismos de protección, los riesgos de cortocircuitos o fallos eléctricos no desaparecen, especialmente en modelos antiguos o deteriorados.
Retirar el enchufe cuando no se va a usar, y más aún antes de ausentarse del hogar por varias horas o días, disminuye la posibilidad de incidentes y ayuda a prolongar la vida útil del microondas, ya que evita el desgaste constante de sus componentes electrónicos.

Un microondas con una potencia de 800 vatios, utilizado durante 15 minutos al día, puede generar un consumo aproximado de 0,2 kWh diarios, lo que se traduce en cerca de 6 kWh al mes. A este gasto se suma el consumo en reposo, ya que mantener el aparato enchufado de forma permanente puede incrementar la demanda eléctrica entre 13 y 14 kWh adicionales al mes, aun cuando no se esté utilizando.
Otro punto a tener en cuenta es la emisión de campos electromagnéticos. Aunque no existen pruebas científicas definitivas sobre los posibles efectos a largo plazo de la exposición a los campos de baja intensidad que generan los microondas, algunas personas optan por reducir esta exposición como medida preventiva. Desconectarlo cuando no está en uso no solo evita este tipo de radiación en el hogar, sino que también contribuye a un entorno más seguro y eficiente.