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Si escucha estas mentiras en una llamada, cuelgue sin dudarlo porque podrían vaciar su cuenta bancaria en minutos
Estas acciones delictivas suelen basarse en discursos falsos y técnicas repetitivas que se aprovechan de la confianza y la buena fe, especialmente de los adultos mayores.


Las autoridades advierten sobre el incremento de estafas que buscan manipular emocionalmente a las personas con el fin de inducirlas a realizar transferencias de dinero. Sin embargo, las personas de la tercera edad se han convertido en uno de los principales objetivos de los delincuentes que cometen fraudes financieros.
Según datos recientes de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) revelan que las denuncias de ciudadanos mayores de 60 años, víctimas de engaños por parte de suplantadores, se han incrementado de forma alarmante en los últimos años.
Quienes cometen estas estafas recurren a métodos cada vez más elaborados, explotando el miedo, la desorientación y la credibilidad de sus víctimas para apropiarse de sus ahorros. En muchos episodios, los afectados entregan sumas considerables, convencidos de que actúan en defensa de su dinero o de su reputación.

Estas acciones delictivas suelen basarse en discursos falsos y técnicas repetitivas que se aprovechan de la confianza y la buena fe, especialmente de los adultos mayores.
Cuelgue si escucha este tipo de mentiras
Una de las mentiras más comunes empleadas por los delincuentes es hacerse pasar por empleados de entidades bancarias, reconocidas compañías e incluso hasta tiendas en línea. El primer contacto puede realizarse a través de una llamada, un correo electrónico o incluso un mensaje de texto, y casi siempre incluye una supuesta alerta sobre movimientos inusuales o riesgos en la cuenta del afectado.
Bajo este tipo de artimañas, los delincuentes generan seguridad en la víctima y la colocan en una situación de aparente urgencia. De acuerdo con la Comisión Federal de Comercio (FTC), la estrategia central de estos impostores es construir un relato convincente en torno a una crisis inexistente.
A menudo, afirman que se han detectado compras o transferencias no autorizadas, empujando a la persona a reaccionar de inmediato. En medio de la presión y el temor, muchos adultos mayores siguen al pie de la letra las indicaciones falsas, terminando por entregar datos confidenciales o incluso sumas importantes de dinero.
Otra estrategia recurrente que usan los delincuentes es provocar miedo al advertir sobre presuntos problemas judiciales o vínculos con actividades ilegales. Para dar credibilidad a la mentira, se presentan como representantes de agencias gubernamentales y aseguran que el número de Seguro Social de la persona ha sido utilizado en crímenes de gran magnitud.

A partir de esta acusación, recalcan que el asunto es grave y que requiere una intervención inmediata. Bajo ese clima de presión, las víctimas actúan con rapidez para proteger su imagen y evitar sanciones, siguiendo instrucciones que incluyen transferir dinero a cuentas “seguras” o entregar información confidencial, supuestamente para limpiar su historial.
Para terminar, un fraude que se suma y que es cada vez más común es la advertencia de seguridad tecnológica. La persona afectada recibe un mensaje que alerta sobre un presunto hackeo de su computadora o una vulnerabilidad grave en sus sistemas. En la notificación se incluye un número de contacto o instrucciones para recibir asistencia inmediata, lo que da inicio al engaño.
Una vez que la víctima responde, el estafador le indica una serie de pasos para “resguardar” sus cuentas o datos personales, lo que en realidad conduce a la entrega de información privada o al envío de dinero. Según la Comisión Federal de Comercio, estos criminales se valen de falsas promesas de ayuda, asegurando que seguir sus indicaciones es la única forma de evitar el daño.