Tecnología
Si busca ahorrar espacio en casa, organice de esta forma sus electrodomésticos para evitar que sufran daños costosos
Al guardarlos adecuadamente, se evita tener que invertir en reparaciones innecesarias o en la compra de un reemplazo.

Muchas veces las personas deciden guardar sus electrodomésticos porque ya no los necesitan, no tienen suficiente espacio para mantenerlos en casa o simplemente quieren darles un respiro después de haberles sacado el máximo provecho. Sin embargo, este no es un proceso que deba hacerse a la ligera, pues es importante tomar ciertas medidas para evitar que sufran daños.
Es común que alguien guarde un aparato y, tras algunos meses, al volver a usarlo note que ya no funciona igual. Esto suele deberse a malos hábitos durante el almacenamiento, como el lugar donde se guarda, la forma en que se empaca u otros detalles que son clave para su conservación.
Uno de los aspectos más importantes es el sitio de almacenamiento. Según rentaespacio.co, lo ideal es utilizar una minibodega con buena ventilación, limpia y libre de humedad, ya que esta puede atraer plagas y bichos que deterioren los equipos. También es fundamental asegurarse de que no haya filtraciones de agua ni accesos fáciles para animales.

Otro factor determinante es la calidad del dispositivo, pues los materiales con los que fue fabricado influyen directamente en su vida útil y en el tiempo que puede permanecer guardado sin inconvenientes. Por ejemplo, las neveras no deben almacenarse por largos periodos, ya que el motor puede sufrir daños por la falta de lubricación.
En este sentido, los especialistas explican: “Los electrodomésticos grandes (neveras, lavadoras, secadoras, etc.) que son almacenados tienden a durar de dos a tres años sin daños considerables. Lo recomendable es guardarlos máximo por dos años y encenderlos de manera regular para mantener activos los circuitos y motores, especialmente en el caso de neveras y congeladores”.
Ahora bien, para guardarlos correctamente es necesario seguir un proceso. El primer paso es realizar una limpieza profunda antes de almacenarlos. Si quedan restos de comida, polvo o suciedad, estos pueden acumularse y acelerar un deterioro prematuro.

El siguiente paso es el empaque. Los electrodomésticos no deben dejarse expuestos: lo ideal es cubrirlos adecuadamente, por ejemplo, con papel burbuja, para protegerlos del polvo y la humedad. Es importante evitar materiales que puedan manchar o afectar su apariencia. En el caso de aparatos grandes, como neveras o lavadoras, se recomienda sellarlos muy bien.
Finalmente, se aconseja conservar la posición habitual de uso del electrodoméstico, es decir, si fue diseñado para funcionar de manera vertical, debe almacenarse en esa misma posición; lo mismo aplica para aquellos que trabajan de forma horizontal.