Seis lugares que podrían estar dañando su lavadora sin darse cuenta

La lavadora es uno de los electrodomésticos más indispensables en el hogar. Facilita las labores domésticas, ahorra tiempo y permite mantener la ropa limpia con eficiencia. Sin embargo, aunque está diseñada para ser resistente, su funcionamiento y durabilidad dependen en gran medida del lugar donde se encuentra instalada y de las condiciones a su alrededor.

En muchas ocasiones, sin ser conscientes de ello, se coloca la lavadora en sitios que favorecen el desgaste prematuro de sus componentes o provocan fallas con el tiempo. Factores como la humedad, el calor, las vibraciones excesivas o incluso problemas eléctricos pueden afectar su rendimiento y reducir considerablemente su vida útil.

A continuación, se presentan seis lugares o condiciones que podrían estar dañando la lavadora sin que usted lo note:

1. Espacios reducidos o mal ventilados

Instalar la lavadora en un espacio muy estrecho o sin ventilación, como armarios cerrados o rincones pequeños, puede provocar acumulación de humedad y falta de circulación de aire. Esto favorece la oxidación interna y externa, afecta los componentes electrónicos y hace que el motor se recaliente más fácilmente. La lavadora necesita “respirar” para funcionar correctamente.

2. Cerca de desagües en mal estado o con fugas

Si el desagüe donde va conectada tu lavadora está obstruido, suelto o mal sellado, pueden ocurrir retornos de agua sucia, malos olores e incluso inundaciones. Además, si el agua no drena bien, el aparato tiene que esforzarse más para completar los ciclos, lo que afecta tanto al motor como a la bomba de desagüe. Una instalación deficiente puede salir muy cara a largo plazo.

3. Cerca de fuentes de calor

Ubicar la lavadora cerca de estufas, calentadores de gas o incluso calefactores puede exponerla a temperaturas elevadas que afectan sus componentes plásticos, electrónicos y el aislamiento de los cables. El calor constante también puede deformar piezas internas sensibles. Lo ideal es mantenerla en un lugar fresco y seco.

4. En exteriores sin protección

Aunque algunas personas instalan su lavadora en patios, balcones o azoteas para ahorrar espacio, esto puede ser un error si no cuentan con un techo o cubierta adecuada. La exposición al sol directo, la lluvia, el polvo o los cambios bruscos de temperatura deterioran la pintura, provocan corrosión y dañan los circuitos eléctricos. Si no tiene otra opción, asegúrese de protegerla con una funda resistente e impermeable.

5. Sobre superficies desniveladas o inestables

Poner la lavadora sobre pisos inclinados, plataformas de madera débiles o superficies no firmes puede generar vibraciones intensas durante el centrifugado. Estas vibraciones no solo hacen ruido, sino que pueden desajustar el tambor, romper amortiguadores o incluso desplazar la lavadora, provocando fugas de agua o accidentes. Por elo, un nivel y asegúrese de que esté perfectamente apoyada.

6. Cerca de enchufes sin conexión a tierra o con voltaje inestable

Instalar la lavadora en un lugar donde el enchufe no tenga toma a tierra o donde hay frecuentes variaciones de voltaje (bajones o subidas de energía) puede dañar seriamente su sistema eléctrico. Este tipo de problemas pueden provocar desde fallos en la tarjeta electrónica hasta cortocircuitos, pérdida de programas o incluso dejarla inservible tras una descarga fuerte.

Siempre que sea posible, conecte su lavadora a una toma con conexión a tierra y utiliza un regulador de voltaje o supresor de picos para protegerla.