Tecnología
¿Qué se debe desconectar primero: el celular o el cargador? El dato curioso que pocos conocen
Aunque pueda parecer un detalle sin importancia, seguir la secuencia correcta es una forma sencilla de proteger los dispositivos.

En la actualidad, celular se ha consolidado como una herramienta indispensable en la vida cotidiana. Ya no se limita a realizar llamadas o enviar mensajes, sino que se ha convertido en una extensión de las actividades diarias: permite trabajar, estudiar, entretenerse, navegar por internet y mantenerse conectado con el entorno. Para garantizar su correcto funcionamiento y prolongar su vida útil, uno de los componentes más relevantes —y muchas veces subestimado— es el cargador.
Lejos de ser un simple accesorio, el cargador cumple una función esencial: suministrar al dispositivo la energía necesaria para operar. Aunque su labor pueda parecer sencilla, incorpora una serie de tecnologías que regulan el voltaje y protegen la batería contra sobrecargas, cortocircuitos y otros daños potenciales. Por esta razón, su adecuado uso y conservación son determinantes tanto para el rendimiento del teléfono como para la seguridad del usuario.
Uno de los debates más comunes entre los usuarios gira en torno a una pregunta aparentemente trivial: ¿Qué se debe desconectar primero, el cargador del tomacorriente o el cable del celular? A pesar de que podría parecer un detalle menor, el orden en que se realiza esta acción puede tener implicaciones relevantes en términos de seguridad eléctrica, funcionamiento del equipo y durabilidad tanto del cargador como del dispositivo.

Según el portal especializado en tecnología Xataka, lo recomendable es desconectar primero el cable del teléfono móvil antes de retirar el cargador del enchufe. Esta sugerencia responde a criterios técnicos que buscan minimizar riesgos y garantizar la protección tanto del dispositivo como del entorno.
Cuando un cargador permanece conectado a la red eléctrica sin estar vinculado al celular, continúa consumiendo una pequeña cantidad de energía, conocida como “consumo fantasma”. Aunque el impacto económico de este consumo es mínimo, el desgaste prolongado del adaptador puede reducir su vida útil de forma significativa.
Por otro lado, si se retira directamente el cargador del tomacorriente mientras aún está conectado al móvil, es posible que se genere una leve descarga eléctrica o un pequeño arco voltaico. Este fenómeno, aunque suele pasar inadvertido, puede dañar los contactos del cable, comprometer el puerto de carga del dispositivo o incluso provocar un cortocircuito, especialmente si existen fluctuaciones en la red eléctrica.
Buenas prácticas para cargar el celular
Preservar el buen estado del cargador y del teléfono requiere adoptar ciertas medidas preventivas. Entre las principales recomendaciones se encuentra el uso exclusivo de cargadores originales o certificados, ya que los genéricos o de baja calidad pueden carecer de los mecanismos de protección necesarios ante variaciones eléctricas.

Asimismo, se aconseja evitar cargar el dispositivo durante tormentas eléctricas. La actividad atmosférica, como los rayos, puede generar picos de tensión que dañen tanto el cargador como el teléfono, e incluso desencadenar incidentes eléctricos graves.
Otra práctica común que implica riesgo es dejar el celular cargando durante toda la noche, sobre todo si se ubica sobre superficies inflamables como colchones, cobijas o bajo la almohada, lo cual puede incrementar el peligro de sobrecalentamiento o incendio.
Finalmente, es fundamental revisar periódicamente el estado del cable y del adaptador. Ante cualquier señal de daño —como peladuras, dobleces marcados o cables expuestos—, se recomienda su reemplazo inmediato para evitar fallos en la carga o posibles accidentes.