Tecnología
Preste atención a estas señales porque alguien podría estar controlando remotamente su celular sin que lo sepa
Detectar las señales de alerta a tiempo, ante una posible intrusión, podría ser clave para evitar consecuencias mayores.


Una de las herramientas más indispensables en la vida de las personas, sin duda, es el celular. Pero, una situación que suele llamar la atención es que, ante los niveles de conectividad, es la constante exposición a nuevas amenazas, especialmente en el ámbito de la seguridad cibernética.
En ese contexto, cada vez más son las personas que suelen notar ciertos comportamientos extraños en sus celulares sin haber realizado modificaciones en la configuración o haber instalado nuevas aplicaciones.
Entre las señales más comunes de un posible control remoto no autorizado se encuentran el encendido o apagado del dispositivo de forma repentina, la activación del micrófono o la cámara sin intervención del usuario, y la aparición de aplicaciones desconocidas que no fueron instaladas voluntariamente.

Un ejemplo de ello es que los delincuentes digitales suelen utilizar estrategias engañosas para convencer a las víctimas de instalar aplicaciones como TeamViewer, que, aunque legítimas y ampliamente usadas para asistencia remota, pueden convertirse en herramientas peligrosas si caen en manos equivocadas.
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A través de falsas alertas en páginas web, simulando infecciones por virus, suelen inducir al usuario a comunicarse con supuestos servicios técnicos, donde el estafador emplea técnicas de ingeniería social para persuadirlo de instalar un software que, en realidad, permitirá el acceso total al dispositivo.

De acuerdo con el experto en ciberseguridad, Germán Andrés Olano Trejos, muchas aplicaciones recopilan y envían datos desde el teléfono sin que el usuario lo note, amparadas en permisos concedidos al aceptar los términos de uso.
Este comportamiento, aunque legal en algunos casos, puede ser riesgoso si no se revisa con atención lo que se autoriza. Además, el especialista señala que existen programas aparentemente inofensivos que ocultan malware, capaz de operar en segundo plano para sustraer información privada o propagar amenazas a otros dispositivos conectados.
Adicionalmente, otra señal que suele dejar en evidencia este tipo de actividad ilegal es una batería que se descarga con rapidez, incluso cuando el teléfono está en reposo. Los programas de espionaje requieren una conexión constante a internet para enviar datos al atacante, lo que incrementa el uso del procesador y, en consecuencia, agota la batería mucho más rápido de lo habitual.