Tecnología
Por qué usar inteligencia artificial para crear contraseñas aumenta el peligro de ser víctima de una estafa
La mejor opción es adoptar buenas prácticas que aseguren el manejo privado y seguro de las credenciales.


Con el avance progresivo de la ciberdelincuencia a nivel global, los expertos en seguridad informática se han mantenido a la vanguardia en la creación de estrategias y técnicas destinadas a mitigar los daños provocados por quienes, desde el anonimato de una pantalla y con el apoyo de internet, buscan engañar a las personas para obtener datos personales y financieros.
En este contexto, especialistas insisten en que las contraseñas constituyen la principal barrera de protección para las cuentas, ya sean de redes sociales, correo electrónico o bancarias, pues impiden que los ciberdelincuentes se infiltren en los sistemas con el fin de acceder a información sensible. Sin embargo, no basta con tener una contraseña, sino que esta debe cumplir con criterios de seguridad que la hagan menos vulnerable a ser descifrada.
Una contraseña segura debe cumplir ciertos requisitos básicos para ofrecer una protección adecuada. Por ejemplo, cuanto más larga sea, más difícil resulta para un atacante adivinarla mediante ataques de fuerza bruta. Se recomienda un mínimo de 12 caracteres, aunque las contraseñas de 16 o más caracteres proporcionan un nivel de seguridad significativamente mayor.

Además, es indispensable que incluyan una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos especiales. Esta variedad aumenta las posibles combinaciones y complica su adivinanza. También es fundamental que cada contraseña sea única para cada cuenta o servicio, ya que la reutilización puede abrir la puerta a múltiples ataques si alguna es comprometida.
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Con la llegada de la inteligencia artificial, algunos usuarios han contemplado la opción de solicitar a estas tecnologías la creación de contraseñas. Sin embargo, esta práctica conlleva riesgos asociados que pueden resultar peligrosos.
Expertos en ciberseguridad de Kaspersky realizaron un estudio que revela que los modelos impulsados por inteligencia artificial tienden a generar contraseñas que siguen patrones lingüísticos reconocibles, lo que facilita su descifrado por parte de criminales que emplean herramientas similares para predecir o replicar dichas combinaciones.
“Las contraseñas creadas por modelos de lenguaje grande (LLM) tienden a seguir patrones reconocibles, lo que podría facilitar su descifrado por parte de atacantes que usan herramientas similares. Además, si una de estas contraseñas cae en manos equivocadas, su reutilización en múltiples plataformas multiplica el riesgo de un ataque masivo”, advierten en su portal oficial.
Al analizar estas contraseñas generadas por inteligencia artificial, un experto descubrió que, aunque parecían robustas, en realidad resultaban más vulnerables de lo esperado. Para comprobarlo, desarrolló un algoritmo de aprendizaje automático que evalúa la fortaleza de las contraseñas y encontró que casi el 60 % pueden ser descifradas en menos de una hora utilizando GPUs modernas o herramientas de descifrado basadas en la nube. Estos hallazgos evidencian que muchas contraseñas, incluso las creadas por IA, no ofrecen la protección adecuada.

Por ello, en lugar de depender exclusivamente de la inteligencia artificial, los expertos de recomiendan el uso de software especializado en gestión de contraseñas para mantener las cuentas seguras.
Crear una contraseña segura sigue siendo una responsabilidad personal fundamental en la protección de la información digital. Aunque las herramientas basadas en IA pueden brindar soluciones rápidas, es imprescindible entender que no todas garantizan privacidad o seguridad absoluta.
En definitiva, la mejor opción es adoptar buenas prácticas de seguridad digital y utilizar herramientas especializadas que aseguren el manejo privado y seguro de las credenciales. En un mundo cada vez más interconectado, la seguridad comienza con decisiones informadas.