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¿Por qué me pasa corriente cuando toco a otra persona? El curioso significado científico que pocos conocen
Aunque estas descargas eléctricas pueden ser molestas, generalmente no son peligrosas.


¿Alguna vez ha experimentado una sensación de corriente eléctrica al entrar en contacto físico con otra persona? Este fenómeno es más común de lo que parece y, aunque muchas personas lo han vivido en algún momento de sus vidas, pocas conocen su verdadero origen. La curiosidad sobre las causas de estas descargas eléctricas es comprensible, pero la realidad es que pocos entienden completamente su mecanismo.
Lo primero que debe entenderse es cómo se produce una descarga eléctrica. Este fenómeno ocurre cuando se genera un desequilibrio entre las cargas eléctricas en un objeto o en el cuerpo humano. Tal desequilibrio se produce comúnmente por el roce o frotamiento de dos superficies, lo cual provoca que una de ellas acumule carga positiva y la otra carga negativa.
Según el portal Vida y Salud, este fenómeno es conocido como electricidad estática. Se trata de una acumulación de carga que no se desplaza hasta que encuentra un medio para liberarse. Cuando esto ocurre, la descarga se percibe como una chispa o una leve sensación de dolor.

Por ejemplo, las fibras sintéticas como el nylon o el poliéster son especialmente propensas a generar electricidad estática debido a la fricción con otras superficies, tales como los zapatos o los asientos de los automóviles. Además, en condiciones de clima seco, como durante el invierno, la baja humedad del aire dificulta la disipación de estas cargas, lo que incrementa la probabilidad de experimentar descargas estáticas.
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Caminar sobre alfombra con zapatos de goma también puede contribuir a la acumulación de electricidad estática en el cuerpo, ya que las superficies rugosas favorecen la generación de estas cargas. Sin embargo, no siempre se experimenta una descarga, incluso cuando se está acumulando electricidad estática. Esto depende de varios factores:
- Cantidad de electricidad acumulada: Si el desequilibrio de carga no es lo suficientemente grande, no se producirá descarga.
- Naturaleza del material: Cuando el objeto o la persona con la que se tiene contacto es un buen conductor de electricidad, la descarga será más intensa.
- Nivel de humedad: En ambientes húmedos, el aire actúa como conductor, facilitando la disipación de las cargas y reduciendo la probabilidad de una descarga.
- Tipo de superficie de contacto: Algunos materiales, como el metal, permiten un flujo más eficiente de electrones que otros materiales aislantes.
Las descargas eléctricas, aunque generalmente inofensivas, resultan ser un fenómeno molesto para muchas personas, quienes experimentan la corriente repentina al tocar superficies metálicas o incluso al entrar en contacto con otras personas. Aunque estos pequeños choques eléctricos son comunes, existen formas de reducir su frecuencia a través de ciertos hábitos y ajustes en la rutina diaria.

Una de las formas más sencillas de prevenir este tipo de descargas es tocar una superficie metálica antes de entrar en contacto con otra persona. Este gesto permite que la electricidad acumulada en el cuerpo se descargue de manera controlada, evitando que el choque se transfiera a otro individuo. Esta acción resulta útil en situaciones cotidianas, como al saludar a alguien o al abrir una puerta metálica.
Otro factor importante en la prevención es la elección de la ropa. Optar por prendas confeccionadas con fibras naturales como el algodón o el lino puede marcar la diferencia. Las telas sintéticas, por su parte, son conocidas por su tendencia a acumular electricidad estática, lo que aumenta la probabilidad de experimentar un pequeño choque al rozar o frotarse contra objetos. En cambio, las fibras naturales favorecen una mejor transpiración y minimizan la acumulación de carga estática.
Asimismo, la hidratación de la piel desempeña un papel fundamental en la prevención de estas descargas. Especialmente durante los meses de invierno, cuando el aire se vuelve más seco, la piel pierde su capacidad de retener humedad y se vuelve más propensa a acumular electricidad. Aplicar cremas hidratantes regularmente puede ayudar a mantener la piel en condiciones óptimas y reducir la probabilidad de sufrir descargas incómodas.