Por qué los dueños de iPhone ya no usan funda ni vidrio templado: estos serían los motivos detrás del cambio

Durante años, las fundas —también conocidas como carcasas— y los protectores de pantalla fueron compañeros inseparables de los celulares, sin importar la marca o el modelo. En el caso del iPhone, uno de los dispositivos más costosos del mercado, estos accesorios eran casi obligatorios para proteger la inversión.

Sin embargo, una nueva tendencia parece imponerse entre los propietarios de estos teléfonos, al dejar de lado cualquier tipo de protección externa. Muchos consideran que su decisión de usar el iPhone “al natural”, sin fundas ni cristales adicionales, tiene qué ver con la estética y la confianza en la resistencia del dispositivo.

¿Por qué algunos no usan fundas ni protectores de pantalla?

Para muchos usuarios, uno de los principales motivos para abandonar la funda es la apreciación por el diseño original del iPhone. Apple busca invertir anualmente en el perfeccionamiento de la estética de sus dispositivos, utilizando materiales como el titanio, el vidrio pulido y bordes curvos que combinan funcionalidad con elegancia. Por lo que, si una persona decide hacer uso de una funda protectora, todos estos detalles quedarían ocultos.

No es un secreto que, con cada nueva generación de iPhone, la compañía no solo introduce innovaciones en software y rendimiento, sino que también refuerza el diseño físico del dispositivo para hacerlo más resistente frente a los desafíos del uso diario.

Desde el iPhone 12, lanzado en 2020, todos los modelos incorporan el vidrio Ceramic Shield en su parte frontal, una tecnología que destaca por ofrecer mayor protección contra caídas, arañazos y exposición al agua. Esta mejora en la durabilidad lleva a muchos usuarios a prescindir de fundas y protectores, apostando por una experiencia donde es valorado el diseño original del dispositivo.

Otra de las razones por las que los usuarios de iPhone, especialmente en modelos con varios años de uso, no suelen usar estos elementos de protección es por el sobrecalentamiento del dispositivo durante tareas exigentes o exposiciones prolongadas al sol.

Al agregar una funda, se incrementa el aislamiento térmico, dificultando la disipación del calor, como si se le colocara una capa extra de abrigo. Por esta razón, muchos optan por retirar la protección con la esperanza de mantener su equipo más fresco y evitar posibles fallos relacionados con la temperatura.

Por otro lado, la tendencia hacia bolsillos y bolsos cada vez más reducidos también ha influido en esta decisión. Las fundas, aunque protectoras, aumentan el volumen del teléfono y dificultan su portabilidad. En busca de mayor comodidad y practicidad, muchos prefieren prescindir de ellas, aceptando el riesgo de daños en caso de caída a cambio de un dispositivo más liviano, delgado y fácil de guardar.