Tecnología
No se confíe al digitar el PIN de su tarjeta en un cajero automático porque este método permitiría a estafadores vaciar sus cuentas
En los últimos años, los fraudes y estafas a través de cajeros automáticos han tomado mayor fuerza impulsados por el avance de la tecnología.


En un mundo donde la tecnología es el eje de casi todas las actividades, los ciberdelincuentes han encontrado el escenario perfecto para llevar a cabo ataques que ponen en riesgo la seguridad digital de las personas. No es un secreto que hoy existen múltiples métodos y estrategias que estos criminales utilizan para lograr su cometido.
Uno de los peligros más frecuentes es el compromiso de la vida financiera de los usuarios, ya que los delincuentes informáticos suelen estar al acecho de sus cuentas bancarias. Dado que muchas personas realizan movimientos desde sus celulares, estos dispositivos se convierten en un blanco atractivo: basta un mensaje de texto o una llamada para intentar un ataque.
Sin embargo, los ataques no se limitan a los teléfonos. Los cajeros automáticos también se han convertido en un objetivo. En este contexto ha tomado fuerza un término que quizá muchos desconocen, pero que está detrás de una modalidad de estafa que gana terreno: la “escucha clandestina” o eavesdropping attack.
Se trata de un ataque basado en el espionaje, en el cual un hacker intercepta o modifica los datos que se transmiten entre dos dispositivos.

“Con las escuchas clandestinas, los atacantes pueden usar varios métodos para lanzar ataques que generalmente implican el uso de varios dispositivos de escucha para escuchar conversaciones y revisar la actividad de la red”, explican desde la web de Fortinet.
En el caso de los cajeros automáticos, las técnicas pueden incluir la interceptación y grabación de la interacción del usuario con el dispositivo: obtener números de tarjeta o PIN, registrar conversaciones o vigilar movimientos, todo sin el conocimiento ni consentimiento de la víctima. No siempre se trata de micrófonos; también pueden usarse cámaras ocultas, dispositivos para clonar tarjetas o software malicioso instalado en el propio cajero.
Según especialistas, “las contraseñas débiles facilitan a los atacantes el acceso no autorizado a las cuentas de usuario, lo que les proporciona una vía de acceso a los sistemas y redes corporativos. Esto incluye la posibilidad de comprometer canales de comunicación confidenciales, interceptar la actividad y las conversaciones entre colegas y robar datos empresariales confidenciales o valiosos”.

En la práctica, los delincuentes suelen instalar sensores de sonido y micrófonos en los cajeros para registrar las pulsaciones del teclado y deducir el PIN de la tarjeta. Esto puede complementarse con cámaras o trampas adicionales que refuercen el ataque.
Frente a esta amenaza, es fundamental que los usuarios sean precavidos: realizar retiros únicamente en lugares seguros y bien iluminados, y revisar con cuidado el cajero antes de usarlo para asegurarse de que no tenga dispositivos extraños instalados. Estas medidas pueden ayudar a reducir el riesgo de robo y proteger la seguridad financiera personal.