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No basta solo con lavarlas: por esta razón, expertos recomiendan hervir las fresas antes de congelarlas

Es fundamental seguir prácticas higiénicas adecuadas durante todo el proceso de manipulación.

21 de mayo de 2025, 6:34 p. m.
Frutas
Las fresas deben conservarse en la nevera. | Foto: GUILLERMO TORRES

Las fresas congeladas se han convertido en un recurso habitual en numerosas cocinas. Su practicidad y disponibilidad durante todo el año las convierten en una opción ideal para la elaboración de smoothies, batidos y postres veraniegos. No obstante, existe una recomendación de seguridad alimentaria poco difundida que conviene tener en cuenta: si se van a consumir sin cocción previa, es preferible aplicar calor antes de ingerirlas.

Si bien la congelación es un método eficaz para conservar alimentos, no elimina ciertos microorganismos que pueden estar presentes desde su origen. En el caso de frutas congeladas destinadas al consumo directo tras la descongelación, la aplicación de calor actúa como una barrera preventiva frente a posibles patógenos.

¿Por qué se deben hervir las fresas?

Tal como recoge la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en su manual de referencia Bad Bug Book, la congelación detiene de manera temporal el crecimiento de bacterias, virus y parásitos, pero no los destruye. Al descongelar el alimento, estos microorganismos pueden reactivarse si estaban presentes.

Las fresas se deben guardar en la nevera para conservarlas por más tiempo.
Las fresas se deben guardar en la nevera para conservarlas por más tiempo. | Foto: Getty Images

Esta situación no se limita a las fresas y puede observarse en cualquier fruta o verdura congelada que no haya sido sometida a un tratamiento térmico previo. De hecho, el manual citado documenta casos puntuales de brotes de hepatitis A y norovirus vinculados al consumo de frutas rojas congeladas. Aunque se trata de episodios poco frecuentes en relación con el volumen global de consumo, no deben subestimarse.

El nivel de riesgo puede variar en función del origen del producto y del modo en que haya sido manipulado y procesado. Los productos importados que no han recibido tratamiento térmico en origen suelen presentar un mayor grado de riesgo.

Por esta razón no basta solo con congelar

Los alimentos congelados suelen ser percibidos como seguros por parte de los consumidores. Sin embargo, investigaciones como la publicada en Frontiers in Sustainable Food Systems advierten de que la confianza en el aspecto del producto o en su envase no debe reemplazar las buenas prácticas de higiene, especialmente en el caso de aquellos alimentos que no se van a cocinar.

El tratamiento térmico consiste en calentar el alimento a una temperatura adecuada durante un tiempo suficiente para reducir o eliminar la presencia de microorganismos. Según el Bad Bug Book, la cocción es efectiva frente a patógenos como Salmonella, E. coli, Listeria monocytogenes y norovirus en alimentos como las carnes. Sin embargo, en el caso de frutas y verduras, no existe una temperatura estándar definida, ya que su estructura y composición requieren parámetros específicos de validación.

Una de las recomendaciones más concretas sobre el uso de calor en frutas congeladas proviene de Catarina Flink, microbióloga de la Agencia Nacional de Alimentos de Suecia. En una entrevista publicada por el medio Allt om Mat, Flink advirtió que las bayas congeladas —como fresas, frambuesas o arándanos— pueden contener virus como el norovirus, resistente tanto a las bajas temperaturas como a la acidez gástrica.

La fresas contienen numerosos beneficios para el organismo.
La fresas contienen numerosos beneficios para el organismo. | Foto: Getty Images / devonanne

“Nuestro consejo es hervir durante un minuto las bayas congeladas importadas para una mayor seguridad”, señaló Flink. Esta medida resulta especialmente relevante en el caso de niños pequeños, personas mayores o individuos con sistemas inmunológicos debilitados, quienes podrían sufrir consecuencias más severas en caso de infección.

En caso de hervir previamente las fresas sin que vayan a consumirse de inmediato, pueden dejarse enfriar y conservarse en refrigeración o incluso volver a congelarse. Eso sí, es fundamental seguir prácticas higiénicas adecuadas durante todo el proceso de manipulación.

*Con información de Europa Press.