Tecnología
Microsoft enfrenta una demanda que podría reescribir para siempre el futuro de Windows 10
Un litigio en Estados Unidos busca frenar la retirada definitiva de actualizaciones para Windows 10.

La inminente despedida de Windows 10 ha encendido una batalla legal que podría tener un fuerte impacto en el rumbo de uno de los sistemas operativos más populares del mundo.
La disputa, originada en Estados Unidos, busca frenar la decisión de Microsoft de poner fin a las actualizaciones y parches de seguridad para esta versión, una medida que desde su anuncio ha generado inconformidad entre millones de usuarios.
El origen del conflicto judicial
El próximo 14 de octubre marcará la fecha límite en la que Windows 10 recibirá soporte oficial por parte de Microsoft. Aunque la decisión fue comunicada en 2020, una parte importante de la comunidad tecnológica nunca estuvo de acuerdo. Muchos usuarios siguen reacios a dar el salto a Windows 11, lo que llevó a la compañía a implementar acciones que, según los críticos, incentivaban o presionaban a migrar.
En este contexto, Lawrence Klein presentó una demanda en un tribunal de California, alegando que la finalización del soporte infringe normas estatales de protección al consumidor.
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Según la acusación, la estrategia de Microsoft busca incrementar las ventas de computadores compatibles con funciones avanzadas de inteligencia artificial, incluyendo Copilot, incorporado de forma nativa en Windows 11.
El documento legal sostiene que el gigante tecnológico habría aprovechado su liderazgo en sistemas operativos para reforzar su presencia en el mercado de la IA generativa, limitando las opciones para quienes aún dependen de Windows 10.
Lo que busca el demandante
Klein solicita que Microsoft continúe ofreciendo actualizaciones sin coste adicional hasta que el número de dispositivos con Windows 10 caiga por debajo del 10 % del total de usuarios de la plataforma. De no ser así, pide que se flexibilicen los requisitos técnicos de Windows 11 para que más equipos actuales puedan instalarlo.

Otra exigencia clave es que las actualizaciones de seguridad extendidas no supongan un gasto extra para los consumidores. Actualmente, quienes deseen mantener la protección en Windows 10 tras el fin de soporte pueden pagar 30 dólares por equipo para un año adicional de parches, mientras que las empresas tienen opciones de renovación a un costo creciente cada periodo.
El desenlace de este litigio podría no solo alterar el plan de retiro de Windows 10, sino también sentar un precedente en la relación entre fabricantes de software y sus usuarios, en un momento en que la inteligencia artificial se perfila como el nuevo campo de batalla tecnológico.