Tecnología
Los cuatro ajustes que debe hacer en el celular para mejorar su autonomía y rendimiento
Las causas de esta ralentización van desde una sobrecarga de aplicaciones y almacenamiento, hasta actualizaciones del sistema o incluso malware.

El teléfono se ha consolidado como uno de los dispositivos más utilizados a nivel mundial, siendo esencial en la vida diaria de millones de personas. No obstante, con el paso del tiempo, muchos usuarios experimentan una reducción en el rendimiento de sus equipos. Este fenómeno, aunque común, puede resultar frustrante, ya que afecta directamente la experiencia del usuario, interrumpiendo la fluidez y eficiencia en el uso cotidiano.
Uno de los factores más frecuentes que contribuyen a esta ralentización es la sobrecarga de aplicaciones y procesos que se ejecutan en segundo plano. A medida que los usuarios instalan nuevas ‘apps’ o mantienen abiertas varias sin cerrarlas, el sistema operativo debe gestionar más tareas simultáneamente, lo que consume tanto la memoria RAM como el poder de procesamiento del dispositivo.
Por otro lado, el espacio de almacenamiento juega un papel fundamental en la velocidad de los smartphones. Muchos usuarios tienden a acumular archivos, fotos, videos, aplicaciones y otros contenidos, lo que rápidamente llena la memoria interna del equipo. Cuando el espacio disponible se ve reducido, el sistema operativo enfrenta mayores dificultades para funcionar de manera eficiente.

El rendimiento también se ve afectado cuando la batería comienza a descargarse con mayor rapidez, lo que obliga a los usuarios a mantener el celular conectado a un cargador para poder seguir utilizándolo. Ante estos problemas, existen varias recomendaciones clave que pueden contribuir a mejorar la autonomía del dispositivo móvil:
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1. Optimizar el brillo de la pantalla
El brillo de la pantalla es uno de los factores que más consume batería. Mantenerlo al máximo, incluso en entornos con suficiente luz, puede reducir drásticamente la carga. La mayoría de los smartphones modernos cuentan con una opción de ajuste automático del brillo, que adapta la intensidad de la pantalla según las condiciones del entorno, contribuyendo a un uso más eficiente de la energía.
2. Desactivar las funciones de conectividad
Los dispositivos modernos ofrecen diversas opciones de conectividad, como wifi, Bluetooth, GPS y datos móviles. Aunque son esenciales para la interacción con el dispositivo, estas funciones también son responsables de un alto consumo de batería. Desactivar aquellas que no se necesiten en determinado momento puede marcar la diferencia en la duración de la carga.
3. Gestionar las aplicaciones en segundo plano
Algunas aplicaciones continúan funcionando incluso cuando no se encuentran en uso, consumiendo recursos del sistema y energía sin que el usuario lo perciba. Los servicios de notificación, actualizaciones automáticas y las aplicaciones que sincronizan datos constantemente son responsables de una rápida disminución de la batería.
Se recomienda revisar las configuraciones de las aplicaciones para evitar actualizaciones automáticas, limitar notificaciones o incluso desactivar aquellas que no se usan con regularidad. Además, la mayoría de los dispositivos permiten visualizar qué aplicaciones consumen más energía, lo que facilita la gestión de estos procesos.

4. Activar el modo de ahorro de batería
La mayoría de los teléfonos móviles cuentan con una opción de “modo de ahorro de batería”, que limita ciertas funciones del dispositivo para optimizar el consumo energético. Este modo generalmente desactiva las animaciones visuales, reduce el brillo de la pantalla, limita las actualizaciones en segundo plano y ajusta el rendimiento general del dispositivo. Resulta especialmente útil en situaciones donde la carga de la batería es baja y no se tiene acceso inmediato a un cargador, permitiendo extender la duración de la batería hasta que se pueda recargar el teléfono.