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Las diferencias entre el submarino de James Cameron para ir al fondo del mar y el Titán, nave que implosionó buscando el Titanic
A diferencia del Titan, la nave del cineasta tuvo en cuenta otro tipo de consideraciones claves para sobrevivir en el fondo del mar.
La tragedia del Titan, submarino que buscaba llegar a los restos del Titanic y que implosionó provocando la muerte a sus cinco tripulantes, trajo a la memoria las maniobras de James Cameron, intrépido cineasta detrás de la cinta que llevó a la pantalla gigante la historia de amor entre Rose y Jack en el trasatlántico más grande construido hasta 2012.
Cameron viajó varias veces a las profundidades del océano para visitar los restos de esta famosa embarcación que sucumbió cuando viajaba de Southampton, Inglaterra, a Nueva York, Estados Unidos.
“El diseño del submarino requería de cosas que no existían”, fue una de las frases que utilizó el también director de Avatar cuando se construyó el submarino que lo llevó a explorar la fosa de las marianas, un abismo en el fondo del océano ubicado a más de 10.000 metros de profundidad, mucho más abajo que donde reposan los restos del Titanic.
La inmersión de este famoso director se realizó el 26 de marzo de 2012 a bordo del Deepsea Challenger, embarcación que fue construida únicamente con ese fin y cuyo verdadero desafía era aguantar la presión del agua a tal profundidad.
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Para la fecha, Cameron utilizó tecnología de punta para garantizar que la nave resistiera todas las condiciones adversas que planteaba su aventura y por eso busco la colaboración de la Sociedad Geográfica Nacional y del ingeniero Ron Allum, con los que diseñaron una espuma sintáctica estructural.
El éxito de este material, según reseña National Geographic, es que tenía la capacidad de encogerse a medida que el sumergible avanzaba hacia el fondo del mar; lo que lograron es que la nave se contrajera 6,4 centímetros al momento de alcanzar los 10.000 metros de profundidad de la fosa de las Marianas, lo que garantizó la seguridad del cineasta y de todo el sistema de navegación.
La cabina no era muy grande, pues solo tenía 109 centímetros de ancho, lo que no permitía mucho movimiento la interior; el diseño esférico obedecía a recomendaciones de los fabricantes para hacer el sumergible mucho más resistente.
Así mismo, la portilla de mando fue construida en acrílico óptico, material que también resistía la presión y que permitía tener una visualización perfecta de todo el entorno.
Por último, se conoció que el Deepsea Challenger, se movía como “un caballito de mar”, según el propio Cameron. El propio cineasta contó que que en el interior disponía de 180 sistemas de soporte vital, cámaras 3D, mando, pantallas táctiles y focos led para dar luz a la aventura.
Sobre la velocidad, el submarino se movía a 3 nudos gracias a varios propulsores alimentados por baterías de litio; para poder llegar a esa profundidad, el sumergible tenía atadas pesas de 500 kilos que lo llevaban a su destino y que eran liberadas una vez terminaba su misión para dirigirse rápidamente a la superficie.
¿Cómo murieron los tripulantes del submarino que hizo expedición al Titanic?
¿A qué se refirieron las autoridades con la hipótesis de la implosión? Se trata de un fenómeno físico que se da cuando la presión exterior es superior a la interior. En esa medida, se considera que a raíz de la presión del mar sobre el submarino, este colapsó. Si se confirma esa teoría, querría decir que el accidente ocurrió hace varios días y que los tripulantes fallecieron de inmediato.
En la mañana de este jueves, un ROV, un vehículo a control remoto, encontró la cola cónica del sumergible en el lecho marino a menos de medio kilómetro del Titanic, explicó el contraalmirante del servicio de Guardacostas John Mauger en una conferencia de prensa.
Poco antes, los Guardacostas indicaron el hallazgo de un “campo de restos”, que debían ser evaluados por los expertos.
Una de las primeras hipótesis, sin embargo, apuntaba, precisamente, a que el oxígeno se había terminado.
Ray Sinclair, un exbuzo de autorización de la Marina Real y veterano de las Malvinas, le había dicho al medio Daily Express US que las probabilidades de que los tripulantes hubieran fallecido eran cada vez más altas.
Sinclair ya ha hecho algunas misiones en submarinos e incluso había participado en una que también hizo una expedición al Titanic.
A bordo viajaban el millonario británico Hamish Harding, quien era presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet, y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible, y que cobraba cerca de 250.000 dólares por turista.