Tecnología
La verdad detrás de los agujeros que tienen los cargadores del celular; no sirven para ahorrar energía
En el uso cotidiano de la tecnología, ciertos detalles de diseño pasan desapercibidos para la mayoría de los usuarios.


Aunque con frecuencia pasa desapercibido, el cargador es uno de los componentes más importantes de un teléfono celular. Gracias a este accesorio, el dispositivo recibe la energía necesaria para funcionar correctamente y aprovechar todas sus funcionalidades. Sin embargo, es fundamental que se trate de un cargador de calidad, ya que el uso de productos defectuosos o genéricos puede ocasionar daños considerables a largo plazo.
Cuando no se utilizan cargadores originales, es probable que el suministro de energía no sea el adecuado. Esta deficiencia puede provocar un sobrecalentamiento del equipo, lo que, en algunos casos, podría derivar en accidentes como incendios o fallos graves en los componentes internos del teléfono.
Por ello, gran parte de la vida útil del dispositivo depende directamente del cargador y del uso que se le dé. En este contexto, hay un detalle técnico que muchas personas suelen pasar por alto, pero que resulta clave para el funcionamiento óptimo del accesorio: los pequeños agujeros ubicados en las patas metálicas de algunos cargadores.

Si se observa detenidamente un cargador de celular u otro dispositivo electrónico, es posible notar que las clavijas del enchufe —especialmente en el formato estadounidense (tipo A o tipo B)— presentan diminutos orificios cerca de sus extremos. Aunque a simple vista pueden parecer un simple recurso estético, estos agujeros cumplen funciones prácticas y tienen un trasfondo técnico.
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De acuerdo con el medio especializado en tecnología Xataka, una de las principales razones de su existencia es mejorar la sujeción del enchufe dentro del tomacorriente. Algunos contactos eléctricos incorporan pequeñas protuberancias internas que encajan en esos agujeros, lo que evita que las clavijas se deslicen accidentalmente y mejora la estabilidad de la conexión.
En entornos industriales o técnicos, también existen tomacorrientes diseñados con mecanismos de bloqueo que se enganchan en los orificios para impedir que el enchufe se desconecte durante el uso de herramientas eléctricas o equipos especializados.
Desde el punto de vista de la ingeniería, estos agujeros pueden facilitar el proceso de fabricación. Durante el moldeado y ensamblaje del enchufe, permiten mantener las clavijas en su lugar, haciendo que el montaje sea más preciso y eficiente. Esto, a su vez, contribuye a un ahorro en el uso de metales y materiales de producción.

Respecto a los enchufes que carecen de estos agujeros, su ausencia responde en muchos casos a decisiones de diseño, reducción de costos o a requisitos del mercado al que están dirigidos. En algunas regiones, los tomacorrientes no utilizan mecanismos de sujeción que aprovechen estos orificios, por lo que su inclusión se vuelve innecesaria. Además, los avances en materiales y precisión de ensamblaje han permitido que la retención del enchufe en la toma sea lo suficientemente firme sin necesidad de perforaciones.
Es importante aclarar que estos agujeros no tienen ninguna función relacionada con el ahorro energético. Aunque existe la creencia de que podrían influir en el consumo eléctrico del cargador, esta idea carece de fundamento técnico.
Su función es puramente mecánica. Para reducir el consumo de energía, lo verdaderamente efectivo es desconectar el cargador cuando no se esté utilizando, optar por modelos certificados y evitar dejar los dispositivos conectados más tiempo del necesario.