Tecnología
La peligrosa técnica que usan los delincuentes para vaciar cajeros automáticos sin dejar rastro
Este método fue diseñado para obligar a estas máquinas a dispensar dinero de manera ilícita.


En pleno auge de la era digital, los cajeros automáticos continúan siendo un recurso clave para retirar dinero en efectivo. No obstante, su uso no está exento de problemas, ya que pueden presentar fallos o vulnerabilidades que ponen en riesgo las cuentas bancarias de los usuarios.
Hace una década y media, el experto en ciberseguridad Barnaby Jack sorprendió al mundo tecnológico al revelar en una conferencia cómo podía hacer que un cajero automático liberara todo su dinero.
Más allá del impacto que generó su demostración, su objetivo fue claro: alertar sobre una nueva técnica delictiva conocida como jackpotting, capaz de vaciar los cajeros sin dejar señales visibles para los usuarios.
Desde aquel momento, el jackpotting no solo avanzó tecnológicamente, sino que también se extendió a nivel internacional, impactando especialmente a entidades bancarias en países como Alemania y España.
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¿Cómo operan los delincuentes con este tipo de engaño?
Esta práctica se basa en la infección de cajeros automáticos con programas maliciosos específicos, como Cutler Maker o WinPot, que permiten extraer elevadas cantidades de dinero sin necesidad de robar tarjetas físicas ni duplicar su información.

Pero, ¿cómo funciona esta modalidad de estafa? El jackpotting es un método diseñado para obligar a los cajeros automáticos a dispensar dinero de manera ilícita. A diferencia de otras estafas bancarias, este procedimiento no involucra el acceso a cuentas de clientes ni el robo de información personal.
Los delincuentes intervienen directamente el equipo, accediendo a su interior mediante herramientas convencionales o tácticas de distracción que pasan desapercibidas. Una vez dentro del sistema, insertan una memoria USB con el malware necesario para ejecutar la extracción del dinero.
Una vez que el software malicioso entra en funcionamiento, los atacantes introducen instrucciones que hacen que el cajero libere efectivo como si estuviera realizando una operación normal.

Dado que se trata de una intervención directa al sistema interno del dispositivo, tanto los usuarios como las entidades bancarias suelen tardar en notar el hurto. Con variantes como Cutler Maker y WinPot, los ciberdelincuentes han refinado sus técnicas, logrando desvalijar múltiples cajeros en un solo día sin levantar sospechas inmediatas.
En tiempos recientes, las organizaciones dedicadas al jackpotting han adoptado una estructura más sofisticada y jerárquica. Los cerebros detrás de estas operaciones rara vez se involucran directamente en el acto de retirar el dinero. En lugar de eso, delegan la ejecución en terceros que cumplen funciones específicas dentro de la red criminal.
Uno de los eslabones clave son las llamadas “mulas”, individuos reclutados bajo la promesa de ganancias rápidas, quienes se hacen pasar por clientes comunes para retirar el efectivo sin generar sospechas. Esta división de tareas permite a los líderes mantenerse en la sombra, lo que complica su identificación y enjuiciamiento.
Como resultado, las fuerzas del orden suelen capturar solo a los ejecutores, dificultando tanto la desarticulación completa del grupo como la recuperación del dinero sustraído.