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La palabra que jamás debe responder en un mensaje o podría ser víctima de estafas y extorsiones

Contestar un mensaje puede marcar a alguien como próxima víctima.

David Alejandro Rojas García

David Alejandro Rojas García

Periodista en Semana

21 de julio de 2025, 9:40 p. m.
La intención de frenar mensajes puede exponer a riesgos mayores.
Mensajes engañosos buscan confirmar si un número está activo. | Foto: Getty Images

Los delincuentes digitales han perfeccionado sus métodos de engaño y hoy basta con un simple mensaje de texto para iniciar una estafa o incluso una extorsión. Aunque parezcan inofensivos, algunos mensajes esconden trampas diseñadas para robar información personal o confirmar la identidad del usuario. Una respuesta equivocada podría convertir a cualquier persona en la próxima víctima de los ciberdelincuentes.

¿Qué es el smishing y cómo logran sus objetivos los delincuentes?

El smishing es una técnica de fraude cibernético que opera a través de mensajes SMS. Los atacantes envían textos que simulan provenir de empresas reconocidas o entidades oficiales para ganarse la confianza de la víctima. La táctica es sencilla pero efectiva: inducen a la persona a pulsar un enlace o contestar el mensaje, lo que abre la puerta al robo de datos personales o financieros.

Los smartphones ofrecen herramientas efectivas contra suplantaciones.
Responder una palabra puede bastar para convertirse en objetivo de estafadores. | Foto: Getty Images/iStockphoto

En muchos casos, estos mensajes incluyen enlaces que redirigen a páginas falsas que parecen legítimas o solicitan respuestas inmediatas. Esta técnica, al igual que el phishing por correo electrónico, aprovecha la ingenuidad o el miedo para conseguir su propósito.

La palabra que nunca debe escribir para evitar ser víctima

Una de las prácticas más peligrosas es responder al mensaje, incluso con palabras como:

  • “STOP”
  • “Ya no más”
  • “Detener”
  • “Basta”

Según advirtió la firma de ciberseguridad Kaspersky, hacerlo confirma a los atacantes que el número está activo y que pertenece a una persona real.

Esta información resulta valiosa para planear futuros ataques o para incluir ese número en bases de datos utilizadas para otros fraudes.

La recomendación es clara: no responder bajo ninguna circunstancia, ya que incluso las peticiones para “cancelar” o “darse de baja” pueden ser utilizadas para identificar a la víctima.

El engaño puede venir de cualquier parte y de formas inesperadas

Los estafadores no siempre utilizan las típicas excusas bancarias o de seguridad. A menudo, sus mensajes simulan situaciones cotidianas o de emergencia, tales como:

  • Supuestas recargas de saldo o promociones en operadores móviles
  • Falsos avisos de paquetes o entregas pendientes
  • Accidentes de un familiar con solicitud de ayuda urgente
  • Notificaciones de transferencias bancarias o cobros sospechosos
  • Comunicaciones falsas sobre deudas con la empresa donde trabaja la víctima
También se han registrado mensajes que afirman detectar movimientos sospechosos, buscando generar miedo y provocar que el usuario acceda a enlaces falsos.
El INCIBE ha identificado mensajes que informan sobre cargos no autorizados como una de las formas más comunes de engaño para robar datos bancarios. | Foto: Composición de Semana con imágenes de Incibe

Estos mensajes buscan provocar una reacción inmediata. La clave está en activar la curiosidad o el temor para lograr que la persona haga clic en un enlace o responda al mensaje.

Recomendaciones para evitar caer en las trampas del smishing

  • Nunca haga clic en enlaces sospechosos recibidos por mensaje de texto.
  • No conteste ni siquiera para pedir que lo eliminen de la lista.
  • Bloquee y reporte el número a su operador o a las autoridades locales.
  • Mantenga actualizados sus sistemas de seguridad en el dispositivo móvil.
  • Use herramientas de protección recomendadas por empresas de ciberseguridad.

Desconfiar y no interactuar con mensajes sospechosos sigue siendo la mejor defensa contra el smishing y otras formas de fraude digital.