Tecnología
La manera correcta de utilizar un cargador de carga rápida para evitar daños prematuros en el celular
El uso irresponsable de este tipo de cargadores puede tener consecuencias a largo plazo en la salud de la batería y la seguridad del dispositivo.

Uno de los avances tecnológicos más destacados en los últimos años ha sido la llegada de los cargadores de carga rápida, accesorios diseñados para suministrar energía a los equipos en el menor tiempo posible. Gracias a esta innovación, los usuarios ya no deben mantener sus dispositivos conectados durante largos períodos, lo que les permite retomar sus actividades diarias con mayor rapidez.
Estos cargadores emplean técnicas avanzadas que posibilitan transferir más energía a las baterías en un lapso mucho más corto en comparación con los modelos tradicionales. Esto se consigue mediante el uso de mayores niveles de voltaje y corriente, o mediante tecnologías especializadas que optimizan la gestión energética.
Debido a su capacidad para reducir considerablemente los tiempos de carga, los cargadores rápidos han ganado gran popularidad, especialmente entre aquellos con agendas ajustadas que requieren una carga eficiente y veloz.

No obstante, aunque esta tecnología ofrece grandes beneficios, su uso requiere precauciones para evitar posibles daños en los dispositivos o incluso accidentes, como incendios.
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¿Cuál es la forma correcta de usar un cargador de carga rápida?
Uno de los principales problemas asociados con el uso de carga rápida es el incremento de la temperatura del dispositivo. A menudo, los smartphones tienden a calentarse más de lo habitual durante este proceso. Según los expertos, las baterías de litio —las más comunes en los teléfonos inteligentes— son particularmente sensibles a las temperaturas extremas.
Si este fenómeno ocurre con frecuencia, las consecuencias podrían ser perjudiciales para el dispositivo. Entre los posibles efectos negativos se encuentra la reducción significativa en el número de ciclos de carga que la batería puede soportar antes de perder capacidad.
Además, si no se controla adecuadamente la temperatura, existe un pequeño riesgo de que la batería se sobrecaliente. En casos extremos, esto podría provocar la deformación de la batería e, incluso, explosiones o incendios.

Para evitar estos riesgos, es esencial tener en cuenta que no todos los cargadores son compatibles con la carga rápida. Aunque pueda parecer obvio, muchas personas no son conscientes de esta diferencia. Es fundamental verificar que tanto el adaptador como el cable sean compatibles con la tecnología de carga rápida del dispositivo. Dado que cada marca y modelo de teléfono tiene especificaciones distintas, es recomendable usar el cargador original o uno que cuente con la certificación adecuada.
Asimismo, los expertos sugieren no utilizar el celular mientras se encuentra en proceso de carga, ya que las aplicaciones que demandan muchos recursos, como juegos, transmisiones en vivo o navegación, generan calor adicional, lo que pone más estrés en la batería y aumenta el riesgo de sobrecalentamiento.
Finalmente, no se aconseja cargar el dispositivo hasta el 100% de manera constante. Las baterías de litio funcionan de manera óptima cuando se mantienen entre un 20% y un 80% de carga. Cargar el smartphone al máximo o dejar que la batería se agote por debajo del 10% con regularidad puede acelerar el desgaste de la batería y reducir su vida útil.