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La forma correcta de limpiar la campana extractora para evitar un peligroso incendio en la cocina

Mantenerla en buen estado garantiza una mejor calidad del aire en la cocina, evita que se dañen piezas clave y reduce el riesgo de fallos eléctricos.

21 de julio de 2025, 2:43 a. m.
La limpieza de este aparato debe entenderse como una medida preventiva de seguridad en el hogar.
La limpieza de este aparato debe entenderse como una medida preventiva de seguridad en el hogar. | Foto: Getty Images

Mantener la campana extractora en condiciones óptimas no solo mejora la calidad del ambiente en la cocina, sino que también refuerza la seguridad doméstica y garantiza el buen funcionamiento del aparato. Este electrodoméstico, ubicado estratégicamente sobre la estufa, cumple un papel fundamental en la eliminación de vapores, grasa y olores generados durante la cocción. Sin embargo, con el paso del tiempo, sus filtros y superficies tienden a acumular residuos grasos que reducen su eficacia y pueden representar un riesgo.

La limpieza periódica de este dispositivo suele posponerse, ya sea por desconocimiento o por temor a dañar alguno de sus componentes. No obstante, seguir un procedimiento adecuado permite mantenerlo en buen estado sin mayores complicaciones, al tiempo que se prolonga su vida útil.

La periodicidad de la limpieza varía según la intensidad de uso. En hogares donde se cocina diariamente, se recomienda limpiar los filtros una vez al mes y realizar una limpieza profunda al menos cada tres meses. En viviendas con un uso más esporádico, estas tareas pueden espaciarse, aunque no deben ser descuidadas, ya que la acumulación prolongada de grasa compromete tanto la eficiencia como la seguridad del equipo.

Campana extractora
La campana extractora es uno de los artefactos que más se engrasan en la cocina. | Foto: Getty Images

Procedimiento para una limpieza efectiva

Antes de comenzar cualquier intervención, es indispensable desconectar la campana de la corriente eléctrica a fin de prevenir accidentes.

La mayoría de los modelos cuentan con filtros metálicos desmontables, generalmente fabricados en aluminio o acero inoxidable, cuya función es atrapar la grasa. Para retirarlos, basta con presionar los seguros o pestañas laterales que los sostienen. Una vez desmontados, deben sumergirse en agua caliente con un detergente desengrasante durante aproximadamente 20 a 30 minutos.

En casos de suciedad excesiva, se puede añadir bicarbonato de sodio o vinagre blanco para potenciar la acción limpiadora. Posteriormente, se recomienda frotar con un cepillo de cerdas duras o una esponja no abrasiva y secarlos completamente antes de reinstalarlos.

La superficie exterior de la campana también requiere atención. Puede limpiarse con un paño húmedo y un producto desengrasante, evitando en todo momento el uso de sustancias abrasivas que puedan dañar el acabado. En modelos de acero inoxidable, es preferible utilizar productos específicos que además contribuyan a conservar el brillo original.

Los botones, interruptores y rejillas suelen ser puntos críticos en la acumulación de grasa. Para estas zonas, se recomienda el uso de herramientas como cepillos de dientes en desuso o hisopos, útiles para acceder a los espacios más estrechos

En aquellos modelos que permiten acceso al interior, resulta conveniente realizar una limpieza cuidadosa de esa área. La grasa acumulada en esta zona puede representar un peligro si entra en contacto con componentes eléctricos o con el motor.

Campana extractora
La campana extractora puede limpiarse con productos naturales. | Foto: Getty Images

Consideraciones sobre los filtros de carbón activado

En las campanas de recirculación, es decir, aquellas que no tienen salida al exterior, se emplean filtros de carbón activado para neutralizar olores. A diferencia de los filtros metálicos, estos no pueden lavarse y deben ser reemplazados cada tres a seis meses, de acuerdo con las recomendaciones del fabricante.

Una campana extractora descuidada no solo pierde eficiencia en su función, sino que también puede convertirse en un foco de malos olores, humo e incluso representar un riesgo de incendio.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.