Tecnología
La forma correcta de limpiar el aire acondicionado para evitar daños y ahorrar hasta un 15 % en el consumo de energía
La limpieza periódica del aire acondicionado no solo extiende la vida útil del equipo, sino que también mejora la calidad del aire que circula en interiores.

El aire acondicionado se ha convertido en un aliado indispensable en la vida cotidiana de las personas, ya que no solo regula la temperatura, sino que también ayuda a mantener una adecuada humedad en el ambiente. Su presencia es cada vez más común en espacios residenciales, oficinas y establecimientos comerciales, donde proporciona confort térmico y un entorno más agradable.
Sin embargo, para que su rendimiento sea óptimo, resulta fundamental tener en cuenta las recomendaciones de mantenimiento y limpieza que aseguren un correcto funcionamiento. Por ejemplo, de acuerdo con reseñas de Mercado Libre, uno de los procesos que permite que este dispositivo enfríe un espacio es gracias al ciclo de refrigeración en el que un gas refrigerante cambia constantemente de estado entre líquido y gaseoso.
La limpieza periódica del aire acondicionado no solo extiende la vida útil del equipo, sino que también mejora la calidad del aire que circula en interiores. Los expertos advierten que la acumulación de suciedad en filtros y conductos obliga al sistema a trabajar con mayor esfuerzo, lo que eleva el consumo eléctrico y, en consecuencia, el costo en la factura de energía.

Por ello, fabricantes como TCL suelen recomendar que las personas que tengan estos aparatos, realicen mantenimientos preventivos al menos dos veces al año, dependiendo del uso del dispositivo y las condiciones del lugar, con el objetivo de reducir estos riesgos y garantizar tanto eficiencia energética como un entorno saludable para quienes hacen uso de este electrodoméstico.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, cuando los filtros acumulan partículas de polvo y suciedad pueden obstruirse y dificultar la circulación del aire. Esto obliga al aparato a trabajar con mayor intensidad, lo que se refleja en un incremento del consumo eléctrico de hasta un 15%, según los cálculos de la entidad.
¿Cómo limpiar correctamente el aire acondicionado?
Antes de iniciar cualquier tarea de limpieza en un electrodoméstico que opere con electricidad, es fundamental desconectarlo de la corriente para prevenir incidentes. Una vez tomada esta precaución, resulta útil contar con un kit básico que facilite el proceso, compuesto por elementos como jabón líquido, agua, atomizadores, cepillos o esponjas, toallas secas, una aspiradora y guantes de protección.
Con estos implementos a la mano, la limpieza del aire acondicionado puede abordarse de forma organizada, dividiéndose en tres partes principales: la unidad exterior, la unidad interior y los filtros, cada una con pasos específicos que garantizan un mantenimiento seguro y eficiente.
Para iniciar la limpieza de la unidad interior, lo primero que se debe hacer es abrir el panel que protege la bobina del evaporador. Dependiendo de la marca o del diseño del aire acondicionado, el acceso puede estar asegurado con tornillos o con cintas, por lo que resulta necesario identificar el mecanismo correcto antes de desmontarlo. Este paso inicial permite acceder a las partes más importantes del sistema de enfriamiento.
Una vez abierta la unidad, el siguiente procedimiento es la limpieza de las bobinas del evaporador. Para ello, recomiendan utilizar un cepillo de cerdas suaves que elimine el polvo acumulado sin dañar la superficie. Posteriormente, se aplica un limpiador especial que cubra todas las rejillas. Al finalizar, es fundamental secar la zona con un paño limpio y seco. Cabe destacar que, gracias al proceso de condensación, los residuos de suciedad y del producto de limpieza se eliminarán por sí mismos con el tiempo.

El tercer paso de la unidad interior corresponde a la bandeja de drenaje. Sobre esta superficie debe aplicarse una solución compuesta por agua, jabón y cloro, la cual ayuda a desinfectar y a eliminar los restos de humedad que favorecen la proliferación de bacterias.
Adicionalmente, expertos recomiendan revisar que tanto las entradas de aire como el tubo de desagüe se encuentren libres de obstrucciones. De igual manera, es necesario comprobar que no existan fugas en el depósito de gas, ya que esto podría afectar la eficiencia del aparato.
Para terminar este proceso, una vez completada la limpieza de los componentes internos, se procede a cerrar la unidad interior. Para ello, se deben volver a colocar los tornillos o cintas utilizados originalmente, asegurando el panel de acceso en su lugar. Este paso garantiza que el dispositivo quede herméticamente protegido y listo para ser utilizado de nuevo sin riesgo de fallos.
En cuanto a la unidad exterior, el proceso comienza retirando la rejilla protectora. Para lograrlo, es necesario aflojar los tornillos ubicados en la parte superior del aparato y levantar con cuidado tanto el ventilador como la rejilla. Esta acción permite tener acceso directo a las bobinas del condensador y a las aletas, componentes que suelen acumular polvo, hojas y otros desechos provenientes del entorno.
Con la unidad descubierta, el paso siguiente consiste en eliminar los residuos que se hayan acumulado. Esto puede hacerse manualmente, retirando ramas, hojas u otros objetos, o bien utilizando una aspiradora que permita una limpieza más profunda y rápida. Posteriormente, se deben limpiar las bobinas y las aletas con agua y jabón o con un producto especializado.
Es recomendable enderezar y nivelar las aletas para que el flujo de aire sea uniforme y el equipo mantenga su máxima eficiencia. Una vez que todas las partes estén completamente secas, se reinstala el filtro, la carcasa frontal y los paneles, tras lo cual el aire acondicionado puede conectarse de nuevo a la corriente y quedar en perfecto estado de funcionamiento.