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Inteligencia artificial reveló por qué a algunas personas les cuesta decir “no”

Existen diversos factores psicológicos, sociales y culturales que influyen en la dificultad de rechazar peticiones; algunos de estos fueron analizados por ChatGPT.

25 de febrero de 2025, 9:15 p. m.
Este fenómeno puede hablar de la personalidad de cada individuo.
Este fenómeno puede hablar de la personalidad de cada individuo. | Foto: Getty Images

El acto de decir “no” se erige como una habilidad fundamental para establecer límites saludables en la vida cotidiana. No obstante, muchas personas encuentran considerablemente difícil rechazar peticiones, aun cuando hacerlo podría redundar en beneficios personales o emocionales.

Diversos estudios científicos, recogidos por modelos de la inteligencia artificial, han señalado que esta dificultad se vincula con una serie de factores psicológicos, culturales y sociales. Estos elementos inciden en la manera en que los individuos perciben sus responsabilidades, las relaciones interpersonales y la propia autoestima.

1. La necesidad de aprobación social

Según el Instituto Terapéutico de Análisis de Conducta, uno de los motivos primordiales por los cuales las personas temen rechazar solicitudes radica en su afán de aceptación y aprobación social. El temor a ser percibidos como despectivos o insensibles puede inducir a la creencia de que el acto de rechazar a otro podría causar decepción o molestias. Este miedo a la desaprobación puede llevar a que una persona se vea inclinada a ceder a las demandas ajenas, incluso a expensas de su propio bienestar y deseos personales.

Decir "no" es un acto crucial para la preservación de la salud emocional y mental de las personas.
Decir "no" es un acto crucial para la preservación de la salud emocional y mental de las personas. | Foto: Getty Images

2. El síndrome de “complacer a los demás”

Otra razón de peso radica en la tendencia inherente de algunas personas a complacer a los demás. Los análisis han evidenciado que la constante necesidad de agradar a los otros surge frecuentemente de la ansiedad provocada por el miedo a desagradar. Este patrón de comportamiento, que prioriza las necesidades ajenas por encima de las propias, puede volverse automático, llevando al individuo a sacrificar sus deseos y límites personales para satisfacer a los demás.

3. La falta de habilidades para establecer límites

Un factor igualmente relevante en este contexto es la falta de habilidades para establecer límites claros y firmes. De acuerdo con el mencionado Instituto Terapéutico, muchas personas no desarrollan la capacidad de decir “no” de manera efectiva durante su formación, lo que les impide trazar fronteras saludables en sus relaciones. En muchos casos, los individuos internalizan la creencia de que sus necesidades y deseos no tienen valor, lo que los lleva a anteponer las exigencias externas a su propio bienestar.

4. La sobrecarga de responsabilidades

Frecuentemente, aquellos que enfrentan dificultades para rechazar solicitudes asumen más responsabilidades de las que pueden manejar, lo que conlleva una sobrecarga emocional y al agotamiento. Al decir “sí” constantemente, estas personas terminan comprometiéndose con tareas y obligaciones que exceden sus capacidades. Este fenómeno es particularmente evidente en entornos laborales, en los cuales el temor a ser percibidos como ineficaces o poco colaboradores puede impulsar a aceptar tareas adicionales sin evaluar las implicaciones que ello conlleva.

Decir "no" es una habilidad fundamental para establecer límites saludables.
Decir "no" es una habilidad fundamental para establecer límites saludables. | Foto: Getty Images

La inteligencia artificial, que recopila los estudios de expertos, al analizar los comportamientos humanos, han identificado varios factores que dificultan la capacidad de decir “no”. Entre ellos se incluyen la necesidad de aprobación, la tendencia a complacer a los demás, el temor al conflicto, la falta de habilidades para establecer límites y la sobrecarga de responsabilidades. Comprender estos aspectos puede ser el primer paso para desarrollar una capacidad equilibrada de rechazar solicitudes de manera saludable, favoreciendo así el bienestar personal y promoviendo relaciones interpersonales más auténticas.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.