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Inteligencia artificial reveló detalles sobre la existencia del misterioso chupacabras, la criatura más temida de América Latina
Aunque su existencia no ha sido comprobada científicamente, los reportes continúan alimentando el misterio que rodea a esta criatura mítica desde que una persona dijo haberla visto en 1995.

Desde épocas antiguas, las personas han compartido relatos sobre criaturas asombrosas y entidades que escapan a toda explicación racional. Frente a estos relatos, especialistas y científicos han llevado a cabo investigaciones con el objetivo de comprobar si estos seres pudieron haber existido y permanecido ocultos de la humanidad.
En un esfuerzo por encontrar explicaciones racionales, expertos han realizado estudios sobre casos concretos en torno al chupacabras, una criatura legendaria que ha sembrado el miedo en comunidades rurales desde los años noventa.
El mito del chupacabras tuvo su auge en 1995, cuando en Puerto Rico comenzaron a reportarse casos extraños de ganado muerto, principalmente cabras, con signos de haber sido drenadas completamente de sangre. Los animales presentaban dos o tres orificios en el cuello, lo que despertó el temor de una criatura desconocida.
El término ‘chupacabras’ —que literalmente significa “chupa cabras”— fue acuñado por el comediante puertorriqueño Silverio Pérez y rápidamente ganó popularidad entre los medios.
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A partir de ahí, se multiplicaron los reportes en México, República Dominicana, Nicaragua, Argentina, Chile, Perú y Colombia; todos con características similares: ataques nocturnos, cuerpos sin sangre y la ausencia de rastros humanos o de animales comunes.

En ese contexto, herramientas como la inteligencia artificial (IA) revelaron detalles sobre esta misteriosa criatura. Los resultados arrojaron que, de acuerdo con descripciones de los testigos, se trata de una criatura de entre uno y 1.5 metros de altura, bípedo, con espinas dorsales que le recorrían la espalda, ojos rojos brillantes y una piel grisácea o verdosa.
Algunos afirmaban que tenía la capacidad de saltar grandes distancias, moverse con agilidad y desaparecer sin dejar rastro. Otros lo describían más como un canino sin pelo, con mandíbulas prominentes y un andar errático.

En 2007, un supuesto cuerpo de un Chupacabras fue hallado en Texas, Estados Unidos, y analizado posteriormente por genetistas. Los resultados indicaron que se trataba de un coyote afectado por sarna severa.
Aun así, para los creyentes, esto no fue suficiente para desmentir por completo la existencia del verdadero Chupacabras, al considerar que lo hallado era solo una criatura enferma y no la criatura original de la leyenda.
No obstante, este tipo de hipótesis fue respaldada por la profesora Allison Diesel, experta en enfermedades cutáneas inflamatorias de la Universidad Texas A&M, al señalar que la sarna puede deformar tanto a un animal que llega a parecer una criatura salida de una pesadilla.
Según explica, los perros afectados por esta afección suelen perder casi todo el pelaje, presentar zonas de piel enrojecida o ennegrecida, y desarrollar una textura gruesa y áspera.
Además, las heridas provocadas por el rascado intensifican su aspecto aterrador, lo que fácilmente podría llevar a confundirlos con un ser mitológico como el chupacabras. Sin embargo, aunque muchos de estos avistamientos resultaron ser animales enfermos, los cadáveres del ganado con extrañas marcas aún dejaban dudas en el aire sobre el origen real del fenómeno.