Tecnología
Guía práctica para cuidar la unidad exterior del aire acondicionado en invierno y evitar daños costosos
La unidad exterior contiene el compresor y el intercambiador de calor, piezas fundamentales del sistema.
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Con la llegada del frío, muchos hogares se preparan para el invierno: los ventiladores vuelven al armario y la calefacción toma el relevo. En este momento suele surgir una duda frecuente: ¿qué hacer con la unidad exterior del aire acondicionado que queda expuesta a la intemperie?
Aunque podría parecer lógico protegerla del frío, la lluvia o el polvo, la mayoría de los equipos modernos están diseñados precisamente para resistir estas condiciones. En muchos casos, incluso continúan funcionando en modo bomba de calor, por lo que cubrirlos sin criterio puede resultar contraproducente.
¿Cubrirla o no?
La unidad exterior alberga el compresor y el intercambiador de calor, dos componentes esenciales del sistema. Su carcasa está fabricada para soportar las inclemencias del tiempo y permitir la correcta circulación del aire. Cubrirla por completo puede generar condensación interna, favorecer la aparición de óxido o moho y acortar su vida útil.

Durante los días más fríos, algunos modelos pueden acumular una fina capa de hielo en las aletas, un fenómeno normal que el propio equipo resuelve mediante un ciclo automático de desescarche. Interferir con este proceso cubriendo la máquina puede afectar su funcionamiento y aumentar el consumo energético.
Cuándo sí conviene protegerla
Aun así, existen situaciones en las que una protección parcial resulta recomendable. Si la vivienda está en una zona con abundante vegetación o expuesta a la caída de hojas, cubrir la parte superior durante el otoño puede evitar que los residuos se acumulen en el ventilador o las rejillas. En regiones muy frías, también es importante asegurarse de que la unidad esté ligeramente elevada del suelo para evitar que la nieve o el hielo bloqueen las salidas de aire.
Desde el portal técnico Servicio de Reparación explican que “colocar la máquina exterior al menos a cinco centímetros del suelo ayuda a prevenir la acumulación de agua o hielo bajo el equipo”. Además, recomiendan mantener limpio el entorno y comprobar que el sistema de desescarche automático funcione correctamente.

La importancia de un mantenimiento frecuente
Más que decidir entre tapar o destapar, la mejor forma de cuidar la unidad exterior es realizar un mantenimiento preventivo antes del invierno: limpiar hojas y residuos, revisar las conexiones y asegurarse de que no haya obstáculos cerca. Si el aparato no se va a utilizar durante varios meses, puede emplearse una funda transpirable que lo proteja del polvo y la suciedad, pero nunca una cubierta hermética que impida la ventilación.
*Con información de Europa Press